El cortometraje Luminaris quedó preseleccionado en la carrera por los premios Oscar 2012. Se proyecta esta noche en el Cineclub Municipal Hugo del Carril. Su director desentraña el secreto de su producción detrás de las luces.
Producir contenidos audiovisuales es una aventura a la que pocos se atreven y muchos menos son los que se embarcan en el desarrollo de la industria de la animación. Si bien hoy los realizadores independientes se ubican en un contexto bastante más propicio que en la década pasada, llevar adelante un proyecto de stop motion o pixilación implica, sin duda, una apuesta a largo plazo.
Sin embargo, este año el director Juan Pablo Zaramella consiguió llevar Luminaris, su último cortometraje, a Hollywood y proyectarlo en la instancia de legitimación más importante de la industria cinematográfica internacional: los premios Oscar. El corto quedó entre los 10 preseleccionados para la nominación definitiva, que se publicará el 24 de enero próximo. Para conocer los detalles del proyecto, Comercio y Justicia conversó con Zaramella, quien visita Córdoba para presentar su trabajo hoy a las 20.30, en el Cineclub Municipal.
-¿Cómo fue el proceso de producción y realización de Luminaris?
-El proyecto empezó a principios de 2008, cuando decido presentarme a una beca que se da todos los años en Francia, para animadores, para empezar proyectos de animación casi de cero. Yo tenía un viejo proyecto que era hacer algo con un tango que se llama “Lluvia de estrellas”, desarrollar una historia a partir de esa música. Me parecía que el desarrollo que tenía era el de contar una historia. Me seleccionaron. Voy a trabajar durante un mes a Francia y el resultado fue la historia que se adecuaba a la técnica de pixilación con actores. A partir de que se inició la producción hasta que se terminó el corto, fueron dos años y medio; no de corrido, porque en el medio tuve que hacer trabajos para vivir.
-¿Cuál es el desarrollo de la pixilación en Argentina?
-Pixilación, especificamente, no hay mucha gente haciendo, pero sí stop motion. La pixilación es parte del stop motion. Hay estudios de stop motion que, en general, somos todos amigos, que hacemos esta técnica para publicidades. En cuanto a cortometrajes, no recuerdo que haya habido otros en Argentina. Yo hice uno en 2001 con esta técnica, se llama El Guante, con el mismo actor de Luminaris.
-¿Cuánto cuesta producir algo como Luminaris?
-Es difícil de calcular porque el corto es una producción independiente pero siendo un corto que tuvo alrededor de 60 jornadas de rodaje, el costo es alto, unos 200 mil pesos aproximadamente.
-¿Por qué creés que seleccionaron a Luminaria para los Oscar 2012?
-La verdad, no entiendo los criterios de la Academia. Si se ve la lista de seleccionados hay cosas que me gustan mucho, hay cosas que me gustan un poco y cosas que no me gustan. El proceso es votación. Asisten a proyecciones de cortos de animación, votan y con base en ese puntaje se determinan los preseleccionados y los nominados.
-¿Qué posibilidades abre, para un productor como vos, quedar seleccionado para un premio como el de la Academia?
-Genera posibilidades de producir mucho más fácil, de conseguir dinero para nuevos proyectos. Si llego a quedar nominado no me va a ser nada difícil conseguir dinero para proyectos.
-¿Cómo ves las condiciones para la producción audiovisual en el país?
-Bastante mejor con el apoyo que está dando el Incaa en este momento y con la televisión digital. Hay un intento de convocar a la producción pero quizás todavía haya que ajustarlo para concretarlo de la mejor manera, los presupuestos son bajos y cuesta producir. Pueden aprovechar estos recursos para hacer sus primeros trabajos o para insertarse profesionalmente pero los productores y directores tienen que trabajar mucho y ser conscientes de que no sabemos cuánto tiempo se puede sostener este contexto. Hay que aprovechar al máximo las posibilidades.
-¿Qué posición ocupa la animación argentina en el mercado internacional?
-Es bastante buena. En lo que se refiere a animación independiente creció muchísimo. Es muy común tener presencia argentina en festivales internacionales. Hay dos o tres nombres que andan siempre dando vueltas. En mi caso, hace diez años que participo de festivales pero también están Santiago Bou y Javier Prat, con muy buena repercusión, y está surgiendo mucha gente nueva a raíz del proceso actual. Muchos chicos que recién terminan de estudiar o que terminaban haciendo cosas en sus casas y no se animaban a mostrarlas, vieron que es posible trabajar de manera superindependiente, acceder al mundo de la animación independiente internacional, que tiene bastante movida de festivales, en Europa sobretodo, ayuda mucho a promoverte y a darte a conocer, y llevar adelante una carrera profesional.
-¿Qué ventajas competitivas tienen las producciones locales?
-Es muy difícil financiar un corto en Argentina, así que corremos más con desventajas. Una ventaja es que, al ser uno mismo el productor, se tiene total libertad sobre las decisiones de los cortos. Incluso la animación independiente europea, cuando consigue fondos, el productor suele meterse en las situaciones creativas y opina. En cuanto a capacitación, hay muy pocas escuelas. No hay de perfil profesional e independiente. La escuela donde yo estudié, el Idac de Avellaneda, están tratando de achicarlo o cerrarlo. Es una pena porque ahí aprendí muchas técnicas en animación y gracias a eso pude decidir mi camino en la animación.
-¿Cuáles son tus proyectos para 2012?
-Tengo muchas ideas, que estoy escribiendo. Una de ellas es un proyecto de serie de episodios de un minuto. Está en fase experimental.