Todo el ecosistema cripto pasó la noche mirando con adrenalina y euforia la Luna que, al igual que un cometa, iniciaba un rumbo veloz al corazón de los infiernos emocionales.
Una gran compra de #BTC para apalancar un proyecto sumamente atractivo podría tratarse del punto de partida de un nuevo formato de Ponzi, muchísimo más sofisticado. Venía sosteniendo en columnas anteriores que el gran riesgo de BTC y de las criptos en general estaba en la marcada dependencia de la centralización, cuando su filosofía fundacional es totalmente contraria; y esta dependencia acarrea consecuencias jurídicas variadas cuando los efectos producidos le importan al derecho.
De repente nos vemos frente a un ecosistema anclado en #UST (stablecoin) como moneda estable algorítmica 100% sin respaldo. La dinámica de funcionamiento partía de la dialéctica depósito–bloqueo y quema de #LUNA para crear su equivalente en stablecoin (recomiendo aquí el hilo en twitter de @Gol_D_JaWs).
Pero con los beneficios de Anchor Protocol muchas personas estaban gozando de beneficios de 20% de rentabilidad anual. Este rol y aporte de Anchor genera aceptación (tener en cuenta que la aceptación no es una variable directamente proporcional a la confianza), y probablemente en la dinámica de funcionamiento habría cierta similitud con un gobierno centralizado que hace uso y abuso de la máquina de imprimir billetes.
Lo curioso es que el universo #blockchain refiere como variable de fortaleza de las criptomonedas la liquidez (digo esto porque es la bandera contra la inversión en activos tangibles), pero aquí estábamos ante un activo ilíquido pero poderoso, en términos poéticos.
Ahora bien, toda la gloria comenzó a desmoronarse, marcando un día histórico en la comunidad cripto/crypto en la madrugada del 11 de mayo de 2022. Sí, Luna ha caído fuertemente; a la vez Luna Fundation vende BTC en masa y todas las armas apuntan al CEO… Jaque!
Con esta introducción que relata una verdadera defunción cripto quiero hacerme eco de dos cuestiones centrales que pertenecen a las legal-tech y apartarme nuevamente de las DeFi.
a) El universo blockchain amparado en la dinámica de redes blockchain descentralizadas ha minimizado el rol y responsabilidad del CEO, ya que muchas veces se cree que por haber una comunidad simétrica, democrática y descentralizada que se autogobierna, no habrá deseos de hacer correr sangre con la figura del fundador, director o artífice de la idea. La cuestión tiene que ver con el cómo. ¿Cómo es posible entender y reunir los elementos de prueba necesarios para disparar la artillería contra el CEO? Esto demuestra la importancia que tiene para la ciencia jurídica conocer de manera precisa la tecnología blockchain; caso contrario, para muchos abogados/as será chino básico. Pero la cuestión no acaba ahí: ¿es posible aplicar las reglas de la centralización a la descentralización? Evidentemente que sí, pero con algunos recaudos iniciales.
b) La cuestión siguiente tiene relación con la previsibilidad y la maquinación en miras de visualizar la más sofisticada forma de estafa Ponzi con herramientas 100% algorítmicas, revistiendo el acto de mantos de transparencia como complemento de seductoras rentabilidades. Seguramente escucharemos muchos puntos de vista, como por ejemplo que todo se trata de una nueva guerra fría cibernética; que se maquinó todo desde un principio; que las ballenas han manipulado el mercado; que se desinfló la burbuja, etcétera, etcétera. ¿Hablamos de volatilidad o manipulación?
Pero lo real y concreto es que el mundo transita incertidumbre; y que las criptomonedas hoy demuestran ser más de lo mismo y tener las mismas vulnerabilidades que la moneda Fiat. ¡Sucumben al poder del más fuerte!
¿Qué es lo que queda ahora?
Seguramente veremos la caída de proyectos jóvenes, además de los fuertes; que muchas innovaciones importantes para la sociedad queden congeladas; y en lo que a mí me interesa como temática, en “la tokenización de inmuebles” se produce un cambio de rumbo hacia un nuevo horizonte: ni fiat ni crypto.
Mientras en Argentina y Latinoamérica los profesionales del derecho están aprendiendo a caminar en estos temas, los operadores del ecosistema cripto/crypto ya no sólo viajan a la velocidad de la luz sino que se teletransportan; cada vez será más difícil comprender estos fenómenos desde la ciencia del derecho. Y como todo quiebre del orden tradicional… habrá pérdidas monstruosas pero jugadores con nuevas y elevadas fortunas.