Por Facundo Geremia*
En los últimos años hemos asistido a una creciente transformación de la comunidad de negocios en torno a aquello que se entiende por “innovación” y la manera en que se la gestiona.
Empujados por la incertidumbre que genera la reconfiguración simultánea de múltiples industrias atravesadas por la tecnología, los líderes de la comunidad de negocios que integran la AmCham, la Cámara de comercio de Estados Unidos en Argentina, han tomado dimensión de la importancia de imprimir innovación a sus procesos y modelos de negocio, y están protagonizando un cambio de paradigma.
Lo anterior se materializa en un sondeo realizado por la cámara a un conjunto de socios que representan 20 sectores de la economía real, del que surge que ocho de cada diez están desarrollando iniciativas, ya sea en un estadio incipiente relacionado al desarrollo tanto de una cultura, como en la formalización de una estrategia de innovación, con recursos e indicadores de performance. Esta “aceleración” en el abordaje de la temática, en parte se explica en el origen del liderazgo de las iniciativas en puestos gerenciales y ejecutivos, en 60% de los casos.
Entendiendo este nuevo escenario, propusimos que la cuarta edición de la Jornada de Innovación de AmCham abordara las facetas que permiten movilizar la innovación desde adentro hacia afuera en las organizaciones. En la agenda, la cultura surgió a todas luces como el catalizador de la innovación en los negocios, puesto que rediseñada y gestionada, permite no sólo transformar los negocios, sino también habilitar la colaboración con emprendedores para generar nuevas fuentes de valor a partir de los principales desafíos que están surgiendo en las industrias.
Ahora bien, ¿cómo una organización de tamaño mediano o grande logra generar estas nuevas fuentes de valor a partir de la “innovación”?
Para empezar a formular una respuesta y volviendo al sondeo realizado, es importante destacar que 94% de las empresas se reconoce como “innovadora”, pero solo 35% asigna recursos y colaboradores a la implementación de proyectos, en su mayoría, de consultoría en transformación cultural y digital. Sin embargo, la creciente interacción con nuevos actores del ecosistema emprendedor (70% declara estar interactuando con startups, y, más de 30%, invirtiendo en estas compañías) nos condujo a compartir un caso concreto en la Jornada que sirviera de ejemplo e inspiración al auditorio, conformado por empresarios y emprendedores.
El caso giró en torno a un emprendimiento de base tecnológica para el sector logístico llamado Avancargo, apoyado e invertido por inversores corporativos como Grupo Supervielle y Grupo Murchison (está última, empresa socia de AmCham). Ambas empresas, de un tamaño considerable y referentes locales en sus sectores (servicios financieros y logística, respectivamente), contaron cómo trabajando en conjunto con el emprendimiento, podían lograr nuevos resultados en sus negocios, más rápido y con menos inversión. Para que esto fuera posible, dejaron en claro que el problema abordado por Avancargo, es lo suficientemente grande y está alineado a sus estrategias de negocios. Aspecto clave y a tener en cuenta por otros emprendedores y empresas que se aventuren a trabajar en conjunto para dinamizar las principales industrias de Argentina.
Este insight de éxito reafirma la premisa por la cual en AmCham empezamos a trazar e implementar, en formar simultánea, hace más de dos años, un programa de innovación que invita a empresas socias y no socias, a codiseñar una agenda robusta alineada a nuestro objetivo institucional de trabajar en pos del desarrollo económico y social del país.
*Cámara de Comercio de los Estados Unidos