La marca Hesperidina ha sido un símbolo de tradición y de sabor por más de un siglo. Desde su fundación en 1864, esta icónica bebida tónica a base de corteza de naranjas amargas o agrias y dulces de frutos inmaduros con propiedades medicinales para las funciones digestiva y circulatoria ha deleitado los paladares argentinos, convirtiéndose en un elemento inseparable de la cultura nacional.
Hesperidina, haciendo alusión al Jardín de las Hespérides donde se encontraba mágicas naranjas doradas, nació en la provincia de Buenos Aires gracias a la visión del inmigrante español Melville Sewell Bagley, inspirado por los licores de naranja que se elaboraban en Europa, quien decidió crear su propia versión en Argentina, utilizando ingredientes locales y técnicas artesanales. Este emprendimiento dio lugar a una bebida que rápidamente ganó popularidad.
El 27 de octubre de 1876 el registro fue creado y Hesperidina fue la primera marca que se registró en Argentina. Tal fue el éxito de la bebida que no tardaron en aparecer falsificaciones o imitaciones de dudoso origen, por lo que su creador se encontró en la necesidad de imprimir también las etiquetas de Hesperidina en la Bank Note Company de New York.
La bebida se ha mantenido como un clásico en la cultura argentina a lo largo de los años. Con su botella distintiva y su etiqueta verde, es un elemento esencial en los bares y hogares de todo el país. Su sabor único, agridulce y refrescante, ha conquistado los corazones de varias generaciones de argentinos.
El impacto de Hesperidina en el mercado argentino es innegable. A lo largo de los años, ha mantenido su posición de liderazgo en el mercado de bebidas amargas y su imagen se asocia con la tradición y la calidad. La marca ha diversificado su gama de productos para satisfacer las demandas cambiantes de los consumidores, lanzando versiones sin alcohol y variaciones de sabores que se adaptan a los gustos contemporáneos.
A lo largo de los años, Hesperidina ha cruzado fronteras y se ha convertido en un embajador de la cultura argentina en el mundo. La marca ha logrado una presencia internacional, exportando sus productos a diversos países, donde los sabores únicos de Argentina son apreciados y disfrutados.
A pesar de su larga historia, Hesperidina sigue mirando hacia el futuro. La marca continúa innovando y adaptándose a las cambiantes preferencias de los consumidores. La importancia de tener una marca registrada se hace evidente en el caso de Hesperidina que, a lo largo de su historia, ha trabajado diligentemente para asegurarse de que su nombre y su receta estén debidamente protegidos por medio de registros de marcas y patentes. Esto le ha permitido defender su identidad y mantener su posición en el mercado frente a competidores que intentaron copiar su éxito.
Hesperidina es mucho más que una bebida. Es un pedazo de la historia argentina, una expresión de su cultura y un ejemplo de cómo la tradición puede coexistir con la innovación; aún hoy continúa siendo un ejemplo destacado de cómo una marca puede impactar profundamente en un mercado y en la cultura de un país. Su historia y su lucha por la protección de su identidad resaltan la importancia de una legislación sólida y actualizada en materia de propiedad intelectual en Argentina. A medida que los debates en materia de propiedad intelectual siguen evolucionando, Hesperidina se mantiene firme como un símbolo de la tradición argentina y la necesidad de proteger lo que es genuinamente nuestro en un mundo cada vez más competitivo.
(*) Agente de la propiedad industrial
(**) Abogada