Por José María Rinaldi. Economista
Cuando llegó la época de la educación superior, tenía claro que quería estudiar Ciencias Económicas.
Pero fue en el año 1984, cuando cursé la materia Política Económica Argentina –proscripta por la dictadura y reinstalada en el plan de estudio ese año-, cuando conocí al profesor Salvador Treber y fui deslumbrado por sus conocimientos, claridad y cualidades pedagógicas sobre otra forma de enseñar la economía desde una perspectiva interdisciplinaria y heterodoxa, rompiendo con el modelo ortodoxo que tenía el plan de estudios.
En ese momento la materia era optativa para los que habíamos inaugurado el plan de estudios nuevo y decidí cursarla, a pesar de saber lo estricto que era el profesor.
La decisión cambió mi forma de estudiar la economía, rompió con todos los moldes que había acopiado hasta entonces y marcó a fuego, no sólo mi futuro profesional y docente, sino también un modo y estilo de vida.
Cuando comencé la docencia, el profe fue claro y contundente en aspectos fundamentales: “Hay que pensar con cabeza propia” o por ejemplo “si quiere ser un docente mediocre deberá estudiar por lo menos tres horas diarias”.
Lo tomé muy en serio y seguí sus recomendaciones. Comencé por vivir de la profesión independiente y dedicar el resto del tiempo al estudio, devorando sus libros y otras recomendaciones que me proveía. Como decía él: “Eligió el camino más difícil”.
De esta manera, comencé adscribiéndome a la cátedra en 1986, cuando obtenía mi segundo título de grado. Un año después se produjo el primer llamado a concurso para cargos de auxiliares docentes y, por supuesto, me presenté. El resultado fue desastroso, salí cuarto (éramos cuatro), y Treber se enfureció, e iracundo se acercó y me dijo “¡monetarista!”. Eso era muy fuerte para los que estudiábamos las teorías del subdesarrollo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Un año después llamó a concurso nuevamente y entonces salí primero. El profe desbordó de alegría (aunque en ningún momento lo demostró, sino que me enteré con el tiempo) y me dijo: “Usted es el día y la noche con respecto a lo que fue hace un año”. Todavía lo recordaba con cariño como un hecho que puso a prueba mi tenacidad.
Llevo 35 años de docencia. Estoy orgulloso y responsablemente a cargo de las cátedras que fundó. El trato estricto e igualitario que tuvo siempre conmigo forjó en mí su perfil de tenaz luchador de sus inquebrantables convicciones ideológicas, independencia, honestidad intelectual y patriotismo.
He sido afortunado en encontrarte, querido Lolo. Lograste que haga mi trabajo docente y profesional con amor, como alguna vez escribí en un diario “libre de las sombras pero no del sol”.
Voy a extrañar nuestros habituales encuentros de largas charlas: sobre tango, fútbol, anécdotas y, en ocasiones, economía.
Por eso, ¡hasta siempre, querido maestro!. Fuiste un faro y guía inestimable para mí, como un verdadero padre.
Me acabo de dar cuenta de que, por primera vez, te estoy tuteando.
Edgardo Gazal, Abogado, gracias por esta oportunidad, lamento mucho el deceso del Dr. Salvador TREBER, ¿porqué siempre los mejores se van?, eximio, tan eximio, como el Dr. Camilo Dagúm, tan eximio como el Dr. Aldo Ferrer, espíritus preclaros, nos enseñan y donan sus saberes y sabiduría, de corazón, generosidad y optimismo. Maestro de la Economía. Seguramente si los políticos de nuestro querido país, siguieran sus consejos, Argentina, sería un gran país. Gracias y hasta siempre, Dr. Salvador Treber. QEPD
MIGUEL VIDAURRETA Soy egresado de la UNR promoción 1984 por ende no tuve el privilegio de ser su alumno.Lo conocí en primera.instancia a través de sus libros (Un distinguido colega y amigo Eduardo Milanesio muy cercano a José María me hizo llegar el primer ejemplar que leí). Más tarde lo conocí personalmente en la Playa, Mar del Plata en familia con su hija Graciela,Juam Carlos y nietos).Qué regalo de la vida poder platicar con este talentoso SER, persona íntegra, conocimientos y saberes específicos e interdiscplinario. En los atardeceres escuché anécdotas, sutiles cuentos y chistes que humanizaban y agigantaban en cada charla su humanidad. Quedan para nosotros y generaciones venideras un vasto legado: sus libros, columnas,Artículos de especialidad, narraciones , el ejemplo de su vida privada y pública, el servicio prestado a la Nación como Director del BCRA ..asesor de políticos y empresarios y tanto más. Gracias José María por tu testimonio. Lo.comparto sin haber tenido la dicha de ser tan cercano . Aguardo esperanzado que los jóvenes abreven en su fuente de sabiduría y simpleza su bonhomía y vivir de hombre de bien.Resignación a sus familiares y amigos y descanso eterno para su alma !!! Miguel Ángel Vidaurreta- Venado Tuerto- Santa Fe
¿¿¿HAYO???
¡¡¡VAYA CON LA DOCENTE UNIVERSITARIA!!!
Salvador Treber integra el podio junto a Aldo Ferrer de los mejores economistas argentinos de los ultinos 50 años. Se va a extrañar esa independencia intelectual y valores eticos ante tanta mediocridad. Descanse en paz Maestro.
Entre 8/1974 y 7/1976 fui ayudante de catedra de Economia Argentina , asi se llamaba la materia del Plan 142, epocas dificiles . El Prof. TREBER nos exigia concurrir asiduamente a la Biblioteca de la Facultad pese a que eramos todos adhonorem .Estabamos en la Cátedra por amor a la docencia y admiracion a la persona del Profesor. Me marco fuertemente en mi formacion profesional . Hasta siempre Profesor .
Excelentes Palabras un gran reconocimiento al Profe Treber.
Carlos Cobresi
Aquí una nieta del gran maestro… Como docente universitaria me hayo en sus posicionamientos éticos y políticos asi como en algunas de sus frases que también despliego en las aulas… “Hay que pensar con cabeza propia” creo que es la que más atesoro! Gracias por compartir este relato…
Jose comparto tu dolor. Una gran perdida. Dejo marcado el mejor legado en vos. Claro y honesto. Te abrazo con el alma. Dios lo tenga en su seno.
¡Qué hermosa reseña! Palabras preciosas. Que en paz descanse su maestro y ese tan buen hombre.
Excelentes palabras de un gran discípulo a un gran Maestro!
Que buen reconocimiento y gratitud hacia un maestro.
No conocí al Prof Treber, aunque conozco al Prof José Maria Rinaldi, y quien habla con tanta admiración humana y profesional solo puede haber sido de esas personas ESENCIALES!
Hasta siempre !
Roberto M Colque