viernes 15, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Final cabeza a cabeza por la sucesión en la Casa Blanca

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Después de meses de primarias, convenciones, campañas, debates y subas y bajas en las encuestas, hoy todo quedará en manos de los electores. Analistas locales no advierten grandes diferencias para el futuro regional entre un triunfo demócrata y uno republicano.

Tras una agotadora batalla de 18 meses, finalmente llegó el día en que se conocerá cuál será el futuro presidente de los Estados Unidos, la potencia económica y política que dominó el planeta durante el siglo XX y que hoy está atravesando una grave crisis -junto a la Unión Europea (UE)-, además de estar viendo peligrar su hegemonía a manos de China, el gigante asiático. Los últimos sondeos indicaban un final reñido entre el actual mandatario, el demócrata Barack Obama, y su rival republicano, Mitt Romney, los dos hombres en carrera para atribuirse uno de los cargos políticos más importantes del mundo.

Ayer fue el día final, en el cual Obama y Romney emprendieron los últimos intentos desesperados por convencer al escaso número de votantes indecisos de que sus políticas y sus plataformas son las mejores para dirigir a Estados Unidos a partir de 2013 .
Con la mayor parte de los sondeos mostrando que ambos tienen prácticamente las mismas posibilidades de llegar a la Casa Blanca, Obama y Romney realizaron sus últimos esfuerzos para movilizar a sus seguidores.
Un sondeo de de ABC News/Washington Post mostraba un empate: ambos recibían 48% de las intenciones de voto, mientras los electores independientes, cuya decisión puede inclinar la balanza, se reparten 46% para cada uno de los aspirantes. De todas formas, otros anticipaban una pequeña ventaja para Obama, que así estaría más cerca de obtener los 270 delegados necesarios en el Colegio Electoral.

Caminos distintos
Obama fue el primero en oficializar de manera formal su candidatura por el Partido Demócrata, en abril del 2011, y no compitió en elecciones primarias.
Por su parte, Mitt Romney tuvo que imponerse en las internas y fue ungido como candidato en agosto pasado.
En septiembre, ambos candidatos comenzaron sus campañas de manera más intensa. Romney, un millonario y ferviente mormón, se mostró como un gestor experto en el rescate de instituciones al borde del desastre, en el marco de la crisis económica que aqueja a Estados Unidos. Su eje principal fue captar los votos de los que se sienten desencantados por Obama.

El actual presidente norteamericano, por su parte, centró su campaña en defender la reforma sanitaria que él mismo impulsó.
La ventaja de Obama se fue lentamente licuando a lo largo de las semanas. Los tres debates televisivos fueron irregulares, con un Romney que salió mejor parado del primero y un Obama que se recuperó en los dos restantes.
Durante los últimos días ambos candidatos tuvieron que suspender temporariamente sus campañas por los devastadores efectos que tuvo el huracán “Sandy” sobre la costa este, con más de cincuenta muertos y pérdidas millonarias que sufrieron los estados de la costa atlántica.

Debates de campaña
Por momentos, la campaña fue poco atractiva para el resto del mundo, pues en medio de la crisis que atraviesa Estados Unidos se centró en dos temas: la reforma de salud -cuyo aspecto primordial comenzaría a regir, si Obama es reelecto, en 2014-, y el cobro de impuestos a los sectores de mayores ingresos. También la política migratoria estuvo en el centro de los debates.
Para América Latina en general y Argentina en particular varios temas importantes están atravesados por los comicios norteamericanos. Quizás el más coyuntural sea el de una probable profundización de los reclamos de los fondos buitres sobre el país -sobre todo con un triunfo republicano-, buscando cobrar los fondos adeudados, luego de desconocer dos renegociaciones y haber optado por la judicialización del reclamo.

Otros temas centrales será la política comercial de Estados Unidos en la región -vía tratados de libre comercio, sobre todo con los países de la costa del Pacífico-, la política de inversiones de empresas norteamericanas -fundamentamente en el sector petrolero- y su estrategia de intervención en la crisis europea.

Peso decreciente

– Durante los últimos años se redujo la participación de Estados Unidos como destino de las exportaciones cordobesas, al pasar de 3,3%, en 2000, a 1,6%, en 2010.
– De hecho, el año pasado no estuvo siquiera entre los diez principales destinos, que fueron Brasil (19,1% del total), China (11,4%), Países Bajos (4,8%), Chile (4,5%), Colombia (3,6%), Indonesia (3,5%), Venezuela (3,2%), España (3%), Argelia (2,8%) e Italia (2,6%).
– “A lo largo de estas últimas décadas, Estados Unidos ha ido perdiendo importancia relativa en el comercio exterior cordobés, por el deterioro de la competitividad. Hoy es muy difícil colocar algún tipo de producto industrial. Argentina, además, acaba de perder su status de país beneficiario del Sistema General de Preferencias, entonces se vuelve cada vez más difícil colocar alguna manufactura industrial”, evaluó el economista Gustavo Fadda.

Pocas expectativas de cambios para la región

Las elecciones en Estados Unidos generan expectativas en el mundo, pues sus consecuencias inciden en los aspectos económico y político en todas las regiones. En ese marco, Comercio y Justicia consultó al economista Gustavo Fadda, profesor de la UCC y de la UE Siglo 21, sobre el impacto en Latinoamérica de un triunfo demócrata o republicano.

– ¿Qué implicaría para América Latina en general y Argentina en particular un triunfo de Obama o de Romney?
– La situación no se modificaría en demasía, pues América Latina no es un tema prioritario para estos candidatos porque sus intereses estratégicos están puestos en otros lados -en Asia y en la crisis de la Unión Europea (UE)-. En este momento, Latinoamérica no es opción para ellos. Vamos a seguir en piloto automático, con la misma relación que tenemos hasta ahora. En suma, un triunfo de uno o de otro sería neutro para nosotros.

– ¿Un triunfo republicano no podría potenciar una política de acuerdos de libre comercio particulares con países de la región?
– Podría haber un empuje, teniendo en cuenta que en esta parte de América no venimos siguiendo muy de cerca los avances en materia de integración que tiene Estados Unidos con los países de América, porque Argentina fue uno de los países que apoyó el “no al ALCA”, junto con Venezuela. En ese entonces, Estados Unidos tomó la decisión de llevar adelante el ALCA sin el Mercosur y sin Venezuela. Y a lo largo de estos años ha venido negociando bilateralmente y logrando zonas de libre comercio con los países del Caribe, con Colombia y con otros países de la región.

– Respecto al reclamo de los fondos buitres ¿éste podría tener más fuerza con un triunfo de Romney?
– No, se van a mantener las líneas firmes como hasta ahora. Cualquiera de los dos sostendrá el apoyo a los fondos, porque es algo que tiene que ver con una cuestión cultural de defender a sus inversores.

– ¿Qué puede pasar con las posibles inversiones petroleras norteamericanas en Argentina?
– Eso es independiente de quién vaya a ganar, pues Argentina no está dando señales claras de seguridad jurídica y de garantizar inversiones en nuestro país sino todo lo contrario. Toda la política de seducción que está llevando adelante el Gobierno, con las visitas de la Presidenta a Estados Unidos tratando de conseguir inversores para este rubro, así como el raid que está llevando adelante el ministro de Planificación Julio de Vido para convencer a los rusos y a los chinos van a seguir girando en círculo hasta tanto no haya una señal clara de certidumbre jurídica para los inversores.

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