Por Sabrina Kenis (*)
Casi de casualidad y durante la investigación de una causa contra el ex presidente Alberto Fernández, surgieron del análisis de la prueba, conversaciones e imágenes que indicarían la posible comisión del delito de lesiones leves en un contexto de violencia de género contra su ex pareja, Fabiola Yañez. La noticia tomó estado público e invadió rápidamente los medios de comunicación tanto nacionales como internacionales, encontrando también en las redes sociales un conducto que de manera peligrosa contamina el real debate que debemos darnos como sociedad.
No es momento de ser oportunistas sino que por el contrario tenemos una nueva oportunidad para hablar de la persistencia y crecimiento de las violencias contra las mujeres por cierto y sin desconocerlo, a partir del relato y vivencias de una víctima de violencias que las sufre nada menos de su ex pareja, ex presidente de la Nación, lo que ya nos marca una tremenda asimetría de poder de uno sobre el otro.
Si bien las consecuencias y coletazos políticos que ya se observan son innegables, lo central es que una mujer cada dos, es víctima de violencia por razones de género por parte de su pareja o ex pareja, y que el grupo etario más afectado es el de mujeres entre 18 a 59 años (49%), seguido por niñas, niños y adolescentes de entre 0 a 18 años (36%) y que el 71% de los agresores son varones.
Claramente estamos inmersos en una sociedad atravesada por un modelo patriarcal que exige profundizar las acciones de sensibilización y prevención de las violencias por razones de género. Quizás un brevísimo repaso de números nos ayude a tomar dimensión del problema. En el primer trimestre del año 2024 según la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema, 7 de cada 10 mujeres denuncian a sus parejas o ex parejas y que 8 de cada 10 niñas o adolescentes tienen vínculo filial con sus agresores. En todo el país las mujeres, adolescentes y niñas tan solo por el hecho de ser mujeres se encuentran expuestas a diversos tipos de violencia, cobrando nuevas víctimas de manera diaria.
Lo preocupante es que estamos ante una problemática que lejos está de erradicarse, y cuya prevalencia va en aumento, toda vez que se trata de un fenómeno estructural y transversal que excede a un gobierno o bandera política. Salir del círculo de la violencia no es fácil porque estamos ante un agresor que ejerce y desarrolla un patrón de conducta sistemático, diverso en tipos de violencia y creciente en su intensidad, generando una sumisión y dependencia en las mujeres que habitualmente naturalizan el maltrato y la agresión. Es posible, lleva su tiempo y es un proceso lento y personal que se desarrolla a partir del pedido de ayuda y posterior encuentro con aquellas respuestas que coadyuvan a romper el silencio. Esa es la ruta crítica de la violencia y lo que no puede hacerse bajo ningún punto de vista es (re) victimizar una y otra vez a una mujer cuestionando si denunció, o porqué no denunció cuando sucedieron los hechos, cuando lo hizo o porque no lo hizo antes, ni siquiera cuestionar cualquier otro acto de su vida pública o privada.
La Sra. Fabiola Yañez ex pareja de Alberto Fernandez sufrió violencia de género, y su presunto agresor es nada menos que el ex presidente de la Nación. No podemos bajar los brazos, tenemos que continuar defendiendo aquellos derechos que fueron adquiridos y que son puestos en tensión naturalizando las violencias por razones de género.
(*) Profesora e Investigadora Universidad Católica de Córdoba. Directora de la Sala de Violencias por razones de Género del Colegio de Abogados de Córdoba.