martes 5, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

¿El sampling supone una violación a la propiedad intelectual?

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Por Sergio Castelli * y Flor Rodríguez **

Cada vez es más frecuente, al escuchar una canción por primera vez, no notar que haya partes de ella que pueden resultar familiares a otras. Es que actualmente se encuentra en boga el sampling, una técnica de producción musical cada vez más usada por los artistas a la hora de “crear” sus composiciones.

Este recurso tuvo sus inicios en la industria musical en los años 70, con el nacimiento del hip-hop. Actualmente, continúa siendo un elemento principal, no sólo de ese estilo sino utilizado en otros géneros ya que, junto con el avance de la era digital, aquél ha ido perfeccionándose y ganando más relevancia.

El sampling consiste simplemente en extraer fragmentos de obras musicales ya existentes y utilizarlos para componer nuevas. Una especie de “copia y pega“.  A modo de ejemplo, podemos mencionar la última canción de Lali Esposito, Obsesión, que  es muy reconocida porque en la introducción es imposible no recordar el clásico y muy exitoso tema de Jennifer López Love don’t cost y más adelante, Stop, de Britney Spears, de su noventoso hit Crazy. Cabe mencionar que dichas referencias no pasaron inadvertidas, tanto por los fans como por la princesa del pop, quien hace unos días en su cuenta oficial de Instagram felicitó a Lali por el nuevo disco y su agradecimiento por el homenaje realizado en éste.

No resulta difícil imaginar que esta práctica ha generado diferentes controversias legales respecto de los derechos de los autores de obras musicales.

La falta de definición sobre estándares legales que fijen límites al respecto, la evolución y perfeccionamiento de la técnica del sampling han dado lugar a numerosas decisiones de todo tipo por parte de los tribunales y a numerosos  artículos doctrinales en los que se han analizado y estudiado las implicancias jurídicas que conlleva su uso. Por un lado tenemos los derechos de autor sobre la obra musical que se incluye, tanto la letra como la música, y por otro, los derechos de facultar o prohibir a los terceros que hagan uso de los fonogramas por parte del productor musical. 

Ahora bien, la controversia la encontramos para identificar cuándo el uso de un fonograma requiere de expresa autorización del productor, ya que no sería suficiente observar el sample de la obra preexistente sino también dilucidar la intención del autor a la hora de integrarlo a la obra nueva.

Habiendo tantos componentes subjetivos que requieren análisis para determinar la novedad y originalidad de las obras creadas, los jueces deben estarse en cada caso particular y, en caso de que dicha decisión resulte favorable para el productor original de obra, esto puede ocasionar a quien usó el sample una grave pérdida en la inversión realizada.Si bien la mayoría de los artistas musicales se “inspiran” en trabajos de otros pares y el sampling puede resultar beneficioso a la hora de producir nuevas creaciones, es muy importante tener en cuenta las cuestiones sobre el alcance de protección del derecho de autor, ya que puede suceder que al usar un sample sin la debida autorización, nadie lo reconozca y, en caso de que no pase desapercibido, como en el tema de Lali, no todos los autores originales puedan tomárselo con buenos ojos, como Britney, quien, a la luz de las declaraciones que realizó,  podemos suponer que le ha dado a la cantante argentina una autorización.

Agente de la Propiedad Industrial. ** Abogada

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