En 1929, San Francisco era una ciudad de unos veinte mil habitantes, muchos de origen extranjero, atravesada por las vías del tren y en torno a ellas sobresalían las industrias. Por Beatriz Casalis
La principal fuerza política era el Comité Popular de Defensa Comunal(CPDC) liderado por el ex intendente Serafín Trigueros de Godoy, quien perdió por escasos votos frente a César Ferrero, de la agrupación Plus Valía. El Partido Comunista contaba con una buena organización entre los obreros locales, que incluía a la Asociación Femenina Comunista con más de cien afiliadas en 1929 y también con la seccional local de la Unión Obrera Provincial. Existían varias agrupaciones anarquistas y estaba presente el Partido Socialista.
Las precarias condiciones sociales y económicas que afectaban a trabajadores sanfrancisqueños en 1929 fueron causa como para que estallara un fuerte conflicto social. Dichas causas fueron potenciadas por la base política existente, de modo que la cuestión obrera fue muy conflictiva.
Las principales causas que motivaron el enfrentamiento entre obreros y patrones referían a aumento de salarios, jornada limitada de trabajo para adultos y menores, el pago de horas extra, así como también de los domingos y feriados trabajados, además del reconocimiento gremial.
Los trabajadores estaban agrupados en el Sindicato de Oficios Varios, que adhería a la Unión Obrera Provincial de Córdoba, conducción que seguía los lineamientos del Partido Comunista. Los dirigentes Antonio Maruenda y Jesús Manzanelli y los dirigentes locales Agustín Baldezarre y los hermanos Navarro lideraron la combativa protesta.
El reclamo se fue desarrollando en un fuerte sector industrial de nuestra ciudad. Se inició el 12 de agosto en los talleres de Miretti y Cía, dedicados a la fabricación de implementos vinculados al agro y aserradero. Los obreros reclamaban un aumento salarial, la aplicación de una jornada de ocho horas y el reconocimiento del sindicato recién formado. La empresa decretó un lockout patronal, por lo que una manifestación de más de mil personas recorrió las calles de la ciudad en apoyo de los huelguistas, lo que demuestra su importancia. El día 21 el Sindicato de Oficios Varios de San Francisco resolvió una huelga general en apoyo a los trabajadores de Miretti. La protesta se extendió a importantes empresas del grupo de la alimentación, como lo era la industria molinera y fideera.
En el molino “Meteoro” de Carlos Boero Romano, el conflicto tuvo lugar entre agosto y noviembre, mientras que en Tampieri y Cía lo fue entre setiembre y diciembre de 1929. La movilización llevó a cabo numerosas acciones de carácter masivo: manifestaciones, mitines, conferencias, boicot, huelgas locales y de alcance provincial. El Comité de Huelga mantuvo brevemente el control sobre las actividades ciudadanas.
El movimiento de protesta consiguió adhesiones de los sectores gremiales, políticos, artísticos, de la prensa escrita.
Por su parte, el sector patronal adoptó diversas estrategias a fin de neutralizar el largo conflicto tan perjudicial para sus intereses: negociaciones directas con sus obreros, presiones, contratación de rompehuelgas y el empleo de la fuerza.
El gobierno provincial envió un destacamento del Escuadrón de Seguridad de la Provincia para garantizar el ingreso de rompehuelgas al Molino Meteoro, a pedido del dirigente radical Augusto Boero. Los ferroviarios se solidarizaron con los huelguistas negándose a enviar vagones al molino, mientras el movimiento obrero local decretó el boicot a los productos de Meteoro.
El 24 de setiembre los obreros de la fideería Tampieri entraron en huelga reclamando aumento salarial y reducción de la jornada de labor. La población obrera incluía mujeres y niños, cobraban entre tres y cuatro pesos por día y trabajaban once y doce horas. Hubo incidentes y detenciones de huelguistas.
El Estado a cargo del Partido Radical siguió estrategias características de la época, por un lado la conciliación y por otro la represión policial. El ámbito de mediación entre las partes fue el Centro Comercial e Industrial. En el marco de una huelga general, a un par de cuadras del molino “Meteoro”, los manifestantes chocaron con las fuerzas policiales, siendo el saldo final del trágico 21 de noviembre de 1929 tres obreros y dos policías fallecidos. Fue el punto culminante de la protesta, luego de casi cuatro meses de conflicto.
Agrupaciones anarquistas y la Federación Socialista Obrera se solidarizaron. La UOP decretó un paro por 48 horas en repudio de la represión. Una semana después la protesta fue reprimida por la Liga de Defensa Pública. La policía detuvo a los dirigentes Manzanelli y Maruenda, quienes fueron remitidos a Córdoba. El movimiento se fue extinguiendo lentamente. Los resultados de la confrontación fueron magros. Mientras los trabajadores de los talleres habían conseguido las mejoras solicitadas, los molineros y fideeros obtuvieron aumentos de sueldo otorgados discrecionalmente por los patrones.
Epílogo: en diciembre de 1929, en una fonda ubicada frente a la fideeríaTampieri, tuvo lugar un enfrentamiento entre miembros del Escuadrón de Seguridad, a raíz del cual se produjo el deceso de su jefe , subteniente Juan T. Garay y del agente Julián Ochoa.
(*) Historiadora