ESCUCHAREstamos en una sociedad de la información. Global, múltiple y cambiante, el arte no podía quedar fuera de ella. Y la virtualidad trae aparejada, muchas veces, la tentación de la banalidad.
Es como si lo difuso, lo anónimo fuera una invitación a sacar fuera de nosotros, o poner en las redes, lo más superficial. Y ello vale para todos los campos, actividades y quehaceres.
También para las artes y ciencias. Poner sustancias en las redes no es algo fácil. Por eso mismo, distingue a los que lo llevan a cabo. En Internet hay de todo como en botica, por usar una vieja frase de nuestros abuelos. Generalmente, hablamos de lo banal, del exabrupto a los sentidos. Pero a la par de ello, si bien con más bajo perfil, pueden encontrarse contenidos de calidad.
Si tuviéremos que pensar en una persona que sea paradigmática del arte puesto en las redes sociales e Internet, nos quedamos con el nombre de una escritora cordobesa: Susana Oro.
Nuestra amiga es un claro exponente del signo de los tiempos actuales. Publicó la primera de sus novelas románticas, Ríndete a mí, en una reconocida editorial nacional. Luego, se cansó de la “burocracia de la pluma”, esa que promete leer manuscritos y no lee, o se pone a recomendar cambios de tramas y adiciones o sustracciones de personajes, como si fuera Gabriel García Márquez en espíritu.
Fue entonces cuando, a finales del año 2013, probó con la publicación digital de su novela Todos los caminos me conducen a ti. Y de pronto, vía Internet, pareció que el mundo le abría sus puertas. A la fecha tiene cuatro novelas publicadas en ese formato que se venden (y bien) en todo el mundo.
Una parte central de ello, obviamente, es la calidad de su pluma. Ha sabido interpretar como pocas las necesidades de las lectoras de romance; hoy por hoy, el grueso de las que compran libros, de papel o por Internet. Las suyas son novelas que han innovado en el género, planteando nuevos escenarios, incorporando el humor a la trama. También retienen los mejores rasgos de esa porción de la literatura, con tramas ágiles en las que pasa de todo, y personajes que generan un abanico de emociones desde la risa al llanto -pasando por todas las estaciones intermedias-.
El suceso en las redes no ha hecho mella en su sencillez y calidad humana. Cuando la contactamos para que nos contara cómo es pasar de publicar libros en papel al formato digital, nos dijo: “Fue algo difícil de aceptar. Publicar en editorial da status. Pasar por las librerías y ver nuestras novelas en las vidrieras y en las mesas produce una inmensa emoción. Dan ganas de contarle a la gente ‘esa que está ahí la escribí yo’. Cuando me fui de la editorial que me publicaba sentí que bajaba unos cuantos peldaños, pero me equivoqué porque la publicación digital me abrió las puertas al mundo, algo difícil de lograr con las editoriales porque son muy pocos los autores que salen con sus obras afuera. Mis novelas no sólo están en digital, sino también en papel en Amazon; la única diferencia es que mis libros no están exhibidos en las librerías. La mayor ventaja es que tengo lectoras en España, México, Ecuador, Puerto Rico, Alemania, Australia, Canadá, Inglaterra… en todo el mundo”.
Pocos autores revelan tan llanamente sus sentimientos internos. En el caso de Susana, eso corre parejo con su capacidad para transmitirlos en sus escritos. Seguramente, allí está la clave de su éxito.
* Abogado. Doctor en Ciencias Jurídicas. ** Agente de la Propiedad Industrial
