Por Sergio Castelli* y María Constanza Leiva**
Este lunes sorprendió un comunicado del Ministerio de Producción, en el que se observó la intervención directa que realizó la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia argentina en el mercado, imponiendo a la empresa Molinos del Río de la Plata la venta de la marca de pastas “Vizzolini”.
En este marco, es propicio recordar que la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia es un organismo especializado de nuestro país, que tiene como objetivo principal proveer a la defensa de la competencia contra toda forma de distorsión de los mercados, conforme lo consagra nuestra Constitución Nacional en su art. 42. Su accionar se pone en marcha mediante la instrucción de sumarios por denuncias de conductas anticompetitivas o de abuso de posición de dominio; investigaciones de comportamiento y estructuras del mercado mediante el análisis estructural de los mercados. El fin último de este organismo es proteger el interés económico general y garantizarles a los consumidores una variada oferta en el mercado que, por medio de la competencia, se provea a un desarrollo dinámico en la producción de bienes y servicios a bajos precios.
Se puede afirmar que una práctica es calificada de “anticompetitiva” cuando tiene por objeto limitar, restringir, falsear o distorsionar la competencia o el acceso al mercado, o que constituyen abuso de una posición dominante en un mercado, de modo que pueda resultar perjuicio para el interés económico general.
En el año 2014, Molinos del Río de la Plata había adquirido de Mondelez cuatro marcas de pastas secas: Terrabusi, Don Felipe, Canale y Vizzolini, generando que se posicionara como líder del mercado, sumado a las marcas que ya eran de su propiedad: Lucchetti, Don Vicente, Matarazzo, Favorita, Manera y del Verde.
La decisión fue tomada luego de analizar la situación en el mercado: se comprobó que la empresa Molinos del Río de la Plata había subido los precios de algunas de sus marcas con relación al promedio de precios del mercado de pastas, según lo que informó Esteban Greco, presidente de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia.
Para evitar el incremento en la participación de mercado de pastas secas de Molinos Río de la Plata, lo que hubiera afectado la competencia, es que se le impuso la obligación de desprenderse de una de sus marcas y así abrir paso a un nuevo competidor que permitiera alcanzar una situación de equilibrio mercantil.
El mismo presidente de la institución destacó la novedad del caso, expresando que “es la primera vez en la historia de Defensa de la Competencia en nuestro país que concreta este procedimiento en los términos de la ley, el que es habitual en los Estados Unidos y la Unión Europea. Se trata de una operación de fusión o adquisición de compañías aprobada con una desinversión definitiva e irrevocable previamente implementada. Con esta medida estamos restituyendo una marca para que haya mayor cantidad de opciones para los consumidores”, continuó Greco, quien también sostuvo: “Permitimos el ingreso de una nueva empresa al mercado, una empresa de origen chileno con experiencia en el mercado de pastas secas, con el objetivo de lograr un mercado más competitivo”.
De este modo, Bonafide, del grupo Empresas Carozzi, adquirió la marca Vizzolini, ingresando como nuevo competidor al reñido mercado de las pastas secas.
* Agente de la Propiedad Industrial ** Abogada