Por Cecilia Moreau
Diputada nacional por el Frente de Todos
Hoy martes 10 nuestro país vuelve a reafirmar su compromiso con la democracia, un dato relevante y que amerita ser reconocido. Sin embargo, el contexto de crisis en el que asume Alberto Fernández hace que lo primordial sea sacar lo antes posible al país de esta situación.
La elección de Alberto para encauzar los destinos del país devuelve la expectativa a una sociedad que necesita que la democracia dé respuestas a sus problemas. Sin dudas, el combate contra el hambre y la pobreza serán la prioridad, sin descuidar ni el sistema productivo ni el científico-tecnológico, que han sido vapuleados durante estos últimos cuatro años. No obstante, si bien el desafío es grande, el gobierno que asume tiene los objetivos claros y sabe que no es un camino sencillo el que tenemos por delante.
En estos años que vienen necesitamos salir de esta crisis, y se logrará como respuesta colectiva. Ha quedado claro, y es un mensaje permanente de Alberto que solos no llegamos a ningún lado y que es sumamente importante el consenso y el diálogo como práctica política para resolver los asuntos pendientes. Ése es el primer valor que ha desplegado Alberto y será su impronta de Gobierno.
Este cambio de gobierno sin dudas representa una esperanza y un poco de oxígeno para una sociedad que fue agobiada por las medidas de quienes se van. Fueron años duros los que atravesamos con el cruel intento de retroceder en derechos fundamentales.
Por delante nos queda la necesidad de superar la situación social y ponernos al servicio del crecimiento de nuestro país, garantizando conquistas. Está claro que si no tenemos la convicción de avanzar en ese sentido habremos fallado en la tarea de dejarles a las próximas generaciones un piso mejor desde donde partir.
No quedan dudas de que para este período hemos sido convocados a trabajar en la reconstrucción de Argentina. Es el llamado que ha hecho Alberto durante la campaña y es lo que creemos que tenemos que hacer. Tenemos la responsabilidad de honrar el legado democrático, dándole a la sociedad soluciones a su vida cotidiana. Está garantizada la institucionalidad en Argentina, y eso es un motivo de reconocimiento, pero de nada sirve si no es puesta al servicio de lo que los argentinos necesitan.
A partir de mañana tenemos la oportunidad de que la ilusión se convierta en realidad, con pasos cortos pero firmes, avanzando con la responsabilidad de cumplir con las causas nobles. Ése es nuestro objetivo no solo como espacio político sino como militantes políticos que creemos en la democracia al servicio de la sociedad.