Día del Abogado: una fiesta para pocos

Por Daniel Torre *

Días pasados, autoridades del Colegio de Abogados de Córdoba, directores de salas y, según la institución, «algunos colegas» se reunieron en un salón de fiestas de la zona norte de la ciudad a festejar el Día del Abogado.

Poco después, ante las críticas de muchos letrados y el silencio del colegio, el administrador de un importante grupo de la red social Facebook (director de la Sala de Derecho del Consumidor), quien asistió al evento, ensayó, a mi entender, una desafortunada defensa de aquél, con explicaciones entre cómicas, irónicas, soberbias y equivocadas.

No conforme con ello, horas más tarde eliminó del grupo a varios colegas que criticaron tanto su opinión como al colegio.

Al respecto, me permito decir lo siguiente: me parece bien y hasta necesario que el colegio organice un almuerzo protocolar con sus miembros, directivos y directores de salas para conmemorar el Día del Abogado. Es un acto cuasi obligatorio para nuestra institución reconocer el trabajo de sus miembros.

No obstante, disiento de las formas. El comunicado llegó tarde. Se publicó después del evento y fue poco serio.

Entiendo que la invitación a directivos y directores estaba bien, pero se agregó a “algunos colegas” sin más precisiones. ¿Por qué «algunos colegas»? ¿Quiénes eran? ¿Qué se tuvo en cuenta al invitarlos? ¿Cuántos eran? ¿Quién los eligió? ¿Cuánto costó la tarjeta? ¿La pagó el colegio?

“Algunos colegas”: dos palabras con el sello de la esencia elitista y desaprensiva de quienes dirigen hoy el Colegio de Abogados de Córdoba, una conducción que, claramente, no abraza por igual la defensa gremial de sus colegiados y que tiene baja empatía con ellos.

En todo caso, el almuerzo debería haberse realizado solamente con los miembros de la entidad, los directores de sala y las autoridades, quienes -a su vez- deberían haber explicado (y lamentado) que por razones de público y notorio conocimiento no se pudo organizar un evento con todos los abogados de la matrícula.

Por último, creo que por respeto, decoro y, en especial, en atención a la situación sanitaria vigente, se podrían haber evitado fotos con mucha gente sin barbijo, junta y sonriendo jocosamente.

Tan simple como eso.

Como letrado colegiado me siento defraudado por la conducción actual, que no sólo dilapida las oportunidades de hacer bien las cosas sino que elige hacerlas peor.

Sinceramente, espero que en las próximas elecciones se elijan personas comprometidas con el respeto a la institución, con solidaridad colegial y una noción correcta de lo que es la defensa de los intereses del grupo al que representan. Caso contrario, futbolísticamente hablando, seguiremos jugando en el fondo de la tabla. Estoy convencido de que tenemos material humano y académico para pelear por el campeonato; solo tenemos que elegir a los jugadores correctos, para armar el gran equipo que todos y todas merecemos.

(*) Abogado. Integrante del espacio Nuevo Tiempo