lunes 23, diciembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Desarrollo y ambiente ¿pueden ser compatibles?

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Por Marcela Andrea Rodríguez*

El desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, dice el papa Francisco. Ello exige pensar ese desarrollo desde la ecología integral y llevarlo a cabo bajo una planificación estratégica

El ambiente es el conjunto que conforman la sociedad y la naturaleza, es el aire que respiramos, el agua que bebemos, la tierra que nutre nuestros alimentos y a todos los seres vivos, somos cada uno de nosotros. El desarrollo es el uso de los recursos para la producción. Los países hemos transitado años de ésta sin tener presente la contaminación que ejercía en el ambiente esa forma de producir. Esto nos ha llevado a una crisis planetaria en la que el calentamiento global, la pérdida de biodiversidad y políticas públicas indiferentes a esta realidad son el resultado de esa manera de desarrollo. 

Hoy, la Casa común (Francisco, 2015) está amenazada por ese desarrollo que no mide las consecuencias del uso de recursos y bienes y no piensa en los impactos ni en las generaciones presentes y futuras. Cada año, se estima que un tercio de toda la comida producida (el equivalente a 1.300 millones de toneladas con un valor cercano al billón de dólares) acaba pudriéndose en los cubos de basura de los consumidores y minoristas, o estropeándose debido a un transporte y unas prácticas de recolección deficientes. Si todo el mundo cambiara sus lamparitas de luz por unas energéticamente eficientes, se ahorrarían 120.000 millones de dólares al año. En caso de que la población mundial alcance 9.600 millones de personas en 2050, podría necesitarse el equivalente a casi tres planetas para proporcionar los recursos naturales necesarios para mantener los estilos de vida actuales. (Informe Producción y consumo responsable, ODS N° 12, Naciones Unidas, 2020).  

La pandemia de covid-19 develó una fragilidad en la economía global, en las locales y regionales, y dio paso a la oportunidad de elaborar planes de recuperación que reviertan las tendencias actuales y cambien nuestros patrones de consumo y producción hacia un futuro más sostenible.

Entonces, cuando nos preguntamos ¿desarrollo y ambiente son compatibles?, decimos que sí, pero desde un tipo de desarrollo, el desarrollo sostenible, que es el capaz de satisfacer las necesidades actuales sin comprometer los recursos y posibilidades de las futuras generaciones, como dice Francisco en la encíclica Laudato si’: “El desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral”. Instintivamente, una actividad sostenible es aquella que se puede conservar; por ejemplo, cortar árboles de un bosque asegurando la repoblación es una actividad sostenible. Entonces hoy decimos que, desde la perspectiva de la ecología integral en la que todo está conectado y la degradación del ser humano implica la degradación de la naturaleza, el desarrollo sostenible es compatible con el ambiente.

Nuestro país planifica estratégicamente, da pautas hacia la producción desde un desarrollo sostenible, da paso a un modelo que minimiza el uso de los recursos naturales, la generación de materiales tóxicos, residuos y emisiones contaminantes mediante la promoción de una estrategia de gestión productiva que integra la dimensión ambiental mediante un enfoque preventivo de la contaminación y la administración eficiente de los recursos. https://www.argentina.gob.ar/ambiente/desarrollo-sostenible/produccion-sostenible/pri

El objetivo de este modelo de desarrollo se orienta principalmente a reducir los riesgos para la salud y los impactos en el ambiente; disminuir el uso de los recursos, aumentar la competitividad de la actividad empresarial, armonizar el crecimiento económico con la inclusión social y el cuidado del ambiente  mediante la promoción un desarrollo industrial que no ponga en riesgo las necesidades productivas, sociales y ambientales de las generaciones futuras.

Llevar adelante esta afirmación -que el desarrollo es compatible con el ambiente-, siempre que el proceso de producción sea respetando los recursos y bienes ambientales, traerá consigo conflictos porque el territorio es conflicto: los actores individuales o colectivos habitamos la cotidianeidad, y en esa dinámica hay conflicto porque cada actor defiende sus intereses. En este territorio, sociedad, Estado, mercado juegan roles en el campo de la producción, en donde la responsabilidad ambiental es compartida en el cuidado de la casa común.


(*) Licenciada en enseñanza de ciencias del ambiente y profesora de sociología

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