Por Manuel Couso (*)
El comienzo de año es momento de planificar y organizar el devenir de los próximos meses. Además, es importante plantearnos objetivos personales; es esencial diseñar nuestro esquema financiero para transitar sin problemas la economía personal, profesional y familiar.
Lo aconsejable es pensar y plasmar en una planilla de Excel un recorrido de cuáles son día a día nuestros ingresos (discriminando por fuente), nuestros gastos fijos (alquileres, cuota de colegio, obra social), gastos extraordinarios (vacaciones, compra de electrodomésticos, arreglos del auto) y gastos hormiga (pequeños consumos en el kiosco, salidas, entre otras).
Parece más tedioso de lo que verdaderamente es, así que es una tarea rápida y sencilla.
La importancia del Excel no solamente es la de organizarse sino también la de conocer gastos que hoy en día uno no se da cuenta de que está ejecutando.
Una vez que finalizamos este proceso, es clave determinar y anotar nuestros objetivos financieros para luego presupuestarlos.
Lo que vimos hasta acá es el ABC de la planificación financiera. Consiste básicamente en tomar conciencia de nuestros ingresos y de todo tipo de gastos, volcarlos en una planilla e instaurar objetivos económicos. Ahora bien, puede que la situación se torne un poco más compleja.
En Argentina, hay un porcentaje creciente de individuos, familias y negocios con deudas. Esta situación puede alterar la guía que comentamos al principio del artículo, ya que en estas circunstancias la planificación es un deber.
En consecuencia, aquí van unos tips para la planificación financiera:
1. El primer consejo que desde estas líneas nos aventuramos a esbozar es la institución de metas financieras, es decir, colocar objetivos no sólo en términos de la cantidad de dinero que a uno le gustaría ahorrar sino también de bienes o servicios que le gustaría adquirir. Puede ser el primer automóvil, un viaje con la familia o también una mudanza de hogar. La importancia de este tip es la organización que permite y el incentivo psicológico de tener un punto de llegada.
2. La regla del 50/30/20. Una vez que estructuremos nuestro presupuesto, es decir, conozcamos exactamente todas nuestras fuentes de ingresos y nuestros gastos totales, deberemos avanzar hacia este mandamiento de las finanzas personales.
Consiste en respetar un esquema de gasto/ahorro. De nuestros ingresos totales vamos a destinar 50% a gastos fijos (cuota escolar, alquileres, obra social), 30% a gastos hormiga y extraordinarios (arreglos circunstanciales, gastos en salidas, esparcimiento, ocio, etcétera) y 20% vamos a ahorrarlo.
De esta manera y respetando este organigrama financiero vamos a conseguir establecer un patrimonio de respaldo para luego avanzar a la posibilidad de realizar inversiones, de constituir un fondo de emergencia o, también -si es que tenemos-, saldar deudas.
3. En Argentina hay un porcentaje creciente de individuos, familias y negocios con deudas. El primer paso para poder resolver el déficit en nuestras cuentas es asumir la situación y conocer exactamente cuánto debemos.
El segundo paso es evitar el efecto “bola de nieve”: financiar deuda con más deuda, hábito recurrente. Para eso es central recortar o eliminar el uso de tarjetas de crédito. En anexo a este tip, es importante a la hora de hacer nuestras compras pagar en efectivo. La razón es esencialmente psicológica, ya que muchos estudios han demostrado que cuando uno abona cash tiende a ahorrar y a evitar la compra impulsiva.
4. Otro consejo que nos resulta relevante está vinculado con el punto de partida. Es central comprender que el hábito de la planificación financiera y el ahorro acaba de comenzar. No dejarse engañar por la típica frase “arranco el mes que viene”, “cuando terminen las vacaciones” o “cuando logre ganar más dinero”. Sorprenderá cuando se comience a tener un riguroso control de gastos, cuántos de éstos se puede recortar y comenzar a aplicar la regla del 50/30/20.
5. Crear nuevas fuentes de ingresos. A la hora de organizarnos financieramente, estableciendo metas y llevando registros, es crucial recortar los gastos pero también aumentar los ingresos.
En resumen, el primer paso para poder resolver el déficit en nuestras cuentas es asumir la situación y conocer exactamente cuánto debemos. El segundo paso es evitar el efecto “bola de nieve” -financiar deuda con más deuda, hábito recurrente-, para lo cual es central recortar o eliminar el uso de tarjetas de crédito. El tercer paso es ajustar los gastos fijos y hormiga para constituir un fondo de emergencia en moneda dura para afrontar la deuda en un plan de pagos.
(*) Experto en finanzas e inversiones y CEO en Academerval