viernes 20, diciembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Cómo comunicar con lenguaje inclusivo y no morir en el intento

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Por Mónica Diana Cornaglia * exclusivo para COMERCIO Y JUSTICIA

La neutralidad y la imparcialidad son principios fundantes del ejercicio del rol de los profesionales en mediación. En pocas palabras, pueden definirse como la habilidad o capacidad de suspender nuestra mirada del mundo y nuestra subjetividad en el acto de mediar. Implica pausar momentáneamente aquello que nos constituye como sujetos: nuestros valores, sistema de creencias, ideologías, etcétera. Esa habilidad se comunica a través de los canales analógico y digital; ambos son inter-independientes, es decir que en la práctica se entretejen e interactúan. El canal digital o verbal es por donde circulan las palabras y por medio de éste transmito “lo que digo”.

De esta pequeña síntesis se desprende la importancia de la selección de las palabras que utilizamos para comunicar aquello que queremos decir en el proceso de mediación. Razón por la cual es oportuno y necesario revisar de qué hablamos cuando hablamos de lenguaje inclusivo y reflexionar sobre qué puede aportar a nuestra práctica.

Hace algunos años, cuando socialmente cobró relevancia el uso del lenguaje inclusivo y no sexista, lo hizo a través de una de sus variantes, la de mayor carga simbólica y política: el uso del signo @ o las letras” x” y “e” en reemplazo de las vocales “a” y “o”. Hay que destacar que esta manifestación del lenguaje inclusivo encarna la lucha de los movimientos por la diversidad sexual para que sus identidades sean reconocidas y nombradas. Sin embargo, este uso no es el único posible para lograr un discurso por fuera del universal masculino y de las expresiones sexistas. Por el contrario, la riqueza de nuestro idioma ofrece variadas posibilidades de hablar por fuera de este universal masculino e incluir otras subjetividades. Algunas herramientas para ello son: el uso de sustantivos neutros, el uso de ambos pronombres “él y la”, de palabras “sin género”. 

Así las cosas, luego del cimbronazo de su irrupción y de las reflexiones que este genera, entró en tensión mi práctica habitual y naturalizada de hablar desde el universal masculino/ lenguaje sexista, con el principio de neutralidad /imparcialidad que hace a mi rol de mediadora. A esta tensión sumé lo dispuesto por la normativa nacional e internacional vigente en orden al trato igualitario, al reconocimiento de todas las identidades y de sus derechos (Código Civil, Ley de identidad de género, Ley Micaela, Convención de Belém do Pará, Cedaq, 100 Reglas de Brasilia para el Acceso a la Justicia de Grupos Vulnerables). 

En este contexto, dejé de decirme y de explicarme y, cual mediadora, acudí a las preguntas: ¿Qué impacto tiene una intervención mediadora en lenguaje inclusivo?, ¿Qué impacto tienen las intervenciones mediadoras en lenguaje no inclusivo?, ¿una intervención mediadora en lenguaje inclusivo: qué transmite? ¿Una intervención mediadora omitiendo el lenguaje inclusivo: qué transmite? ¿Cuáles son los principios mínimos que debe tener la comunicación del profesional en mediación en el acto de mediar? ¿Cómo intervenir en mediación conjugando los principios del rol, las reglas del sistema de lenguas, los cambios sociales actuales y la normativa vigente? 

Así, mientras me respondía las preguntas, en una búsqueda de equilibrio en el ejercicio de mi rol , tuve la oportunidad, a fines del año 2019, de conversar con Elena Pérez, decana de la Facultad de Lenguas de la UNC, quien luego de un intercambio riquísimo acerca del lenguaje inclusivo, puso en mis manos el Manual de Estilo de “Recomendaciones para el uso de lenguaje incluyente en textos académicos y administrativos de la Universidad Nacional de Córdoba”, que me ayudó a encontrar el equilibrio entre mi mirada del mundo y el ejercicio de mi rol. Me hizo saber que existe la posibilidad de comunicarse de manera incluyente, sin recurrir a símbolos cómo “x, e, @” y continuar adaptada a requisitos institucionales y formales. Lo incorporé inmediatamente como herramienta y recurro a ella en mi praxis cotidiana. Creo que podemos coincidir en que difícilmente podamos tratar a las personas cómo iguales y ser neutrales e imparciales hacia ellas si elegimos palabras que reconocen una única identidad: la masculina, y borran a las demás. Por eso hoy comparto esta herramienta a la que se puede acceder a través del enlace (http://www.digesto.unc.edu.ar/consejo-superior/honorable-consejo-superior/resolucion/1094_2019/?searchterm=separata), con la intención de contribuir con mis colegas y con aquellas personas que quieran comunicarse de manera inclusiva y no morir en el intento.

* Mediadora.

Comentarios 12

  1. Roberto says:

    Una pavada disfrazada de cuestión importante, colocar una “e” al final cuando nos dirigimos a otra persona (o en plural) no incluye a nadie, puede ser un entretenimiento como hablar al revés o en jerigonza

  2. David says:

    Hay dos géneros, una anomalía genética y el resto son preferencias psicólogicas. El lenguaje siempre ha avanzado de forma natural. Esta es la primera vez en la historia que quieren imponerlo de forma agresiva. Esto fascismo con maquillaje y purpurina.

  3. Ana Bagatello says:

    Muy interesante la mirada Mónica!

  4. Dante Rivas Rios says:

    La ciencia nos enseña que hay unicamentr dos sexos, no hay pues tal genero binario ni nigun otro por lo que haya que cambiar o modificar el idioma solo por gente desubicada de su naturaleza y quienes les siguen la corriente.

  5. Jorgelina Lagos says:

    Bueno…

  6. Ana María Ortega Sántos says:

    Cuanta memEs.

  7. Marta Marinari says:

    Mediadora me interesa mucho el tema aun no logro la convicción interna y personal de la necesidad de utilizar el lenguaje inclusivo, a pesar dexwue la lengua es viva y va cambiando . Mi aporte es que ello implica un cambio cultural pues hay una gran cantidad de gente que lo rechaza, otros- como mi caso- no lo creemos necesario para logra el reconocimiento adecuado y respetuoso de las individualidades. Me interesaría mantener intercambio de opiniones con ud. Soy mediadora desde hace 21 años..le dejo mi correo electrónico. Gs por su mirada y aporte.

  8. Lucia Pérez says:

    Impecable, gracias por acercar esta herramienta!

  9. Matías Maccio says:

    Brillante querida Moni! Agradecido de tus aportes.

  10. Susana+novas says:

    Tendre que seguir informandome.. gracias por la informacion

  11. Carla Peretti says:

    Muy interesante el artículo y el tema, son reflexiones y discusiones que necesitamos empezar a tener en todos los ámbitos. Felicitaciones!!!

    • Simone says:

      Ridículo 🤣 una pregunta: se digo todo el universo lo definen por el universo en una totalidad? Entonces porque fomentar la ignorancia en los jóvenes? Un contrato o un juicio en inclusivo o un currículum de trabajo? Dejen de joder no es serio 🤦🏼‍♀️

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