La demanda interna “verdeamarela” (ventas minoristas, de autos e importaciones) mantiene cierto dinamismo (excepto en el caso de las ventas de autos al mercado local) que contrasta con la performance de la producción industrial.
El descenso de la producción industrial llevó a que las autoridades brasileñas continuaran tomando medidas para estimular la economía. La última señal en ese sentido fue el recorte de 50 puntos básicos de la tasa de interés de referencia (Selic), hasta un mínimo histórico de 8,5% anual.
El recorte de la Selic no sería el último de este año, el consenso de mercado espera dos recortes más, uno igual a este y otro de 25 puntos básicos, con lo que la tasa podría llegar a 7,75% en el mes de agosto y mantenerse ahí hacia fin de año.
Sucede que los datos de producción industrial de abril preocupan: la caída es de 2,9% en comparación a igual mes de 2011. No obstante, cuando se miran los indicadores vinculados con la demanda interna se observa cierto dinamismo. La demanda interna (mostrada por medio de ventas minoristas, de autos e importaciones) continúa con crecimiento (excepto en el caso de las ventas de autos al mercado interno) que contrasta con el desempeño de producción industrial. La industria muestra prácticamente un estancamiento respecto a los niveles de marzo de 2010 y 2011.
Las razones del crecimiento
El crecimiento de los últimos años de Brasil ha estado apoyado principalmente en la expansión del crédito bancario (hoy equivalente a 49% del Producto), que ha alimentado la demanda de bienes de consumo durable, autos, inmuebles, y ha propiciado una expansión sostenida de sectores no transables (construcción, sistema financiero, comercio, servicios, etcétera). Esto explica la caída sostenida de la tasa de desempleo. La industria quedó en el medio de la apreciación nominal del real, hasta mediados de 2011 y de un encarecimiento sostenido de sus costos laborales. Previamente, la elevada tasa de interés en reales apreciaba al real pero, como contrapartida, hacía lento el crecimiento de los sectores crédito-dependientes (construcción, particularmente). La caída tendencial que ha verificado la tasa de interés en los últimos años ha viabilizado el aumento sostenido del crédito. En estos trimestres, y por algún tiempo, podría darse una situación inversa, con menor expansión del crédito (puede haber saturación de endeudamiento en familias, ha habido deterioro de la cartera crediticia, etcétera) y un tipo de cambio más competitivo, buscando un equilibrio en un punto intermedio entre ambos ciclos.
Las medidas implementadas por las autoridades brasileñas no han tenido aún mayor impacto sobre la industria pero se espera una mayor influencia en los próximos meses. Hacia delante hay certeza sobre la continuidad en las políticas expansivas.
Las condiciones en el mercado laboral dan sustento a la continuidad en el dinamismo de la demanda interna.
La economía brasileña se ha mostrado más sensible a las fluctuaciones internacionales que otros países de Latinoamérica y eso agrega una cuota adicional de incertidumbre.
El principal foco de incertidumbre proviene del sector externo, principalmente de Europa, erosionando las expectativas de los agentes que toman decisiones, especialmente de inversión.
En este contexto, hay consenso entre los principales analistas económicos que el crecimiento del Producto Interno Bruto en 2012 se ubicará en torno a 3%, lo que lleva implícito que el ritmo aumentará hacia el segundo semestre del año.