Por Salvador Treber
El esquema referido al financiamiento de la Administración Pública Nacional ha sido
permanentemente deficitario y resulta promisorio que se haya fijado como objetivo
prioritario para el ejercicio en curso cerrar en forma definitiva esa preocupante brecha
En el cuarto trimestre del año pasado, coherente con lo sucedido en los tres precedentes, lo ingresado en concepto de tributos en la jurisdicción nacional no permitió cubrir el nivel de lo gastado en el ejercicio y, contra lo exigido por el Fondo Monetario Internacional (FMI), se cerró 2018 con déficit primario equivalente a 4,6% a lo que debe sumarse otro 3,7% que corresponde a las erogaciones financieras.
Dado que dicho organismo internacional insiste en la necesidad de eliminar totalmente dicho desequilibrio en el corriente año y -paralelamente- reducir la relación porcentual del gasto público respecto del PBI en el presupuesto para 2019, se han introducido una serie de “recortes” que suman alrededor de $400 mil millones, afectando a la mayoría de los gastos, incluso los que financian los servicios de seguridad, educación y salud.
En cuanto a los recursos se ha procedido a extender la aplicación de retenciones a todos los sectores en sus respectivas operaciones de exportación en procura de lograr un incremento de ingresos de alrededor de otros $100 mil millones. Se ha consensuado con el FMI en que se generalice para los cereales exportados una retención de cinco y de hasta diez por ciento en las de minería e industria, mientras se mantienen sin variante alguna las de 25,5% que rigen para todas ventas al exterior de las diversas expresiones del complejo sojero.
Al par se postergan las previstas reducciones de impuestos concretadas en oportunidad de la última reforma y el proyectado revalúo de activos empresarios.
Se entiende que sólo así llegará a cumplir la meta de “déficit cero“ que exige el FMI y que ha impuesto como la máxima prioridad. Bajo tales condiciones se logró concretar el nuevo acuerdo con dicho organismo que prevé sendas remesas en los ejercicios 2019 y 2020 que, en conjunto, totalizarán US$37,1 millones, reservando el saldo de US$5 mil millones para el ejercicio 2021. También han postergado, en principio hasta 2020, ciertas disposiciones como es el caso de la reducción prevista de cargas laborales para empresarios; además de delegar en las provincias 50% de los subsidios al transporte de colectivos (en 2018 ascendieron a alrededor de $44 mil millones)
Luego de revisar prolijamente y evaluar su incidencia, el FMI procedió a viabilizar el replanteo, aunque advirtieron que no habrá más tolerancia a flagrantes violaciones de lo acordado como sucedió en el tercer trimestre 2018.
En consecuencia, han advertido muy enfáticamente que cualquier falta de cumplimiento será severamente sancionada. Tal aviso se extiende a las nuevas autoridades que surjan en las elecciones de fines del presente año, dejando constancia que hasta podrían suspender temporaria o definitivamente las remesas que en ese momento estén pendientes.
Recaudación del cuarto trimestre de 2018
Los sucesivos datos relativos a este aspecto fueron especialmente analizados y tomados muy en cuenta para exigir las modificaciones antes referidas para el ejercicio 2019 pero la prolija revisión de lo sucedido en cada uno de los tres meses causó una significativa llamada de atención.
Lo evaluado requiere un triple análisis, de cada uno de los meses de dicho trimestre y de todo el año. Respecto al primer enfoque, sintéticamente se puede advertir que nuestros funcionarios no inspiran mucha confianza y por ello los técnicos del FMI redoblan sus controles.
Características de la recaudación de octubre
En primer lugar debe tenerse muy en cuenta que, pese a que el incremento interanual se elevó a 42,2%, quedó debajo del respectivo índice de inflación.
El total referido fue de $312,5 miles de millones pero de los impuestos más importantes sólo el IVA, tradicional líder, exhibió un aumento interanual satisfactorio pues ascendió a 59,5% con $110,8 miles de millones. En efecto, los Aportes Personales y las Contribuciones Patronales que aportaron $72,8 miles de millones aparecen con un muy bajo incremento interanual de 25,7% y el impuesto a las Ganancias, que aparece en tercer lugar, hace lo propio con $63,7 miles de millones que implica una suba interanual de 30,7%.
Aún así, dicho trío generó 79,1% de la recaudación total del mes. Si se suman los Impuestos al Comercio Exterior que aportaron $25,6 miles de millones y el sobre Créditos y Débitos que sumó $21,5 miles de millones esa proporción trepa a 94,2%; mientras alrededor una veintena de otros menores apenas sumaron un muy escuálido e insignificante 5,8%.
Como se ha señalado en otras oportunidades, estos últimos no justifican su permanencia que se afecte a su contralor personal técnico que podría reforzar el concentrándose en los más importantes.
Por otra parte, al analizar el acumulado de los diez meses, el IVA totalizó en dicho lapso $908,6 miles de millones; seguido de los Aportes Personales y las Contribuciones Patronales, con $712,4. En tercer término, el impuesto a las Ganancias llegó a $602,8 miles de millones.
En cuanto a la triple asignación de dichos fondos, la Administración Nacional recibió $131,4 miles de millones en octubre y $1.086,4 miles de millones al cabo de los diez meses. En este aspecto el segundo mayor destino son el conjunto de provincias que figuran con $98,2 y $881,9 miles de millones, respectivamente, y queda desplazada al tercer lugar las Contribuciones de Seguridad Social con $71,5 para octubre y $702,9 miles de millones en el acumulado.
Notorio deterioro en noviembre
Los ingresos tributarios en este mes marcaron un serio retroceso pues su crecimiento interanual sólo fue de 33,7% pasando de $224,8, en noviembre 2017, a $300,1 miles de millones en 2018; lo cual implica un notorio retroceso relativo que seguramente ha generado muy serios problemas a la Tesorería.
El IVA, la máxima fuente de ingresos, pese a que mantuvo su primacía en esta oportunidad sumó $96,8 miles de millones, cifra que es superior a los $74,3 miles de millones del mismo mes en el año precedente con un incremento interanual de apenas 30,3% y, por tanto, a pesos de valor constante con una disminución de 25,4%.
En segundo término figuran los Aportes Personales y las Contribuciones Patronales que, en conjunto, totalizan $73,4 miles de millones que superan a lo ingresado por dicho concepto en idéntico mes de 2017 en un 23,2%; lo cual hace suponer que las dificultades de financiación se han acrecentado y han provocado un aún mayor retraso en las pasividades; pues a valor constante retrocedieron en nada menos que 18,6%.
Luego se alinea en el tercer término el Impuesto a las Ganancias que entre los tres mayores es el que en términos relativos creció en mayor medida pues tras un año pasó de $47,4 a $65,4 miles de millones (37,9%) pero aun así, expresados en pesos de valor constantes dejan expuesta una merma interanual de 2,6%
Entre los restantes tributos, el sobre Créditos y Débitos en Cuenta Corriente se ubica cuarto lugar pues aportó $23,6 miles de millones y logró, aunque muy levemente, crecer en términos reales con un incremento de 45,3% con respecto al año anterior.
En quinto lugar se ubicaron los Impuestos al Comercio Exterior que, en conjunto, alcanzaron una cifra muy semejante con $23,7 miles de millones. Los cinco instrumentos antes referidos sumaron 94,2% de la recaudación total de noviembre pasado
En cuanto al acumulado desde enero, el mismo fue de $3.062,7 miles de millones, 30,7% superior al del año 2017 y 10,6% menos que lo indispensable para cubrir el efecto inflacionario interanual.
Al analizar el destino de los recursos acumulados de once meses, la Administración Nacional fue receptora de $1.213,1 miles de millones que implican 27% que en idéntico lapso del año precedente; al par que el conjunto de provincias recibieron $973,8 miles de millones (42,4%), siendo las únicas que no perdieron por el efecto inflacionario mientras las Contribuciones Seguridad Social con $774,4 miles de millones (+24,2%) que continúan siendo las más afectadas.
Datos de diciembre y del cierre de 2018
La recaudación ascendió a $319,9 miles de millones, que implican una aumento interanual de 36%, obviamente insuficiente frente al índice inflacionario que ascendió a 47,6%.
Este escaso incremento es mucho más notorio al considerar que el acumulado anual fue de $3.382,6 miles de millones pues sólo es 31,2% superior a lo percibido durante el año precedente.
Al considerar la distribución final del período enero-diciembre, esta situación se torna más grave aún para la Nación pues le correspondieron $1.346,1 miles, cifra apenas 28,4% superior a la del año 2017 y explica las enormes dificultades que afronta la Administración Nacional.
Aún peor es el caso del sistema jubilatorio pues a las Contribuciones de Seguridad Social le correspondieron $848,5 miles del acumulado que representan un muy mediocre incremento interanual de 24,2%.
En cuanto al conjunto de las provincias, si bien son las menos perjudicadas, tampoco cubren integralmente la evolución inflacionaria pues receptaron $1.074,7 miles, 42% mayor que lo que se les transfirió en 2017; aunque tampoco lograron superar sin sufrir angustias lo hicieron en bastante menor medida que los en los dos destinos precedentes.
Continuando con el análisis de la recaudación acumulada de doce meses, los principales instrumentos tributarios, tal como es habitual, el IVA encabezó los aportes con $1.104,6 miles, con un incremento interanual de 44,3%, y representan 32,7% del total de recursos; seguido por los Aportes Personales y las Contribuciones Patronales que sumaron $859,4 millones (25,3%) y el Impuesto a las Ganancias que hizo lo propio con $742,1 miles (33,7%) que implica 21,9% del total general. Por lo tanto entre estos tres cubrieron 80% del total de ingresos.
En cuarto término aparece el Impuesto a Créditos y Débitos que ascendió a $234,3 miles (6,9%) y en quinto término están los Derechos de Exportación e Importación que totalizaron $221,4 miles (6,5%); sumando los cuales se llega a 93,4% del total general.
Una vez más cabe señalar enfáticamente que la veintena de pequeños impuestos que en total sólo aportan 6,6% no tienen justificación alguna y requieren un desproporcionado costo para su adecuado contralor que automáticamente se resta en alguna medida a los cinco primeros.
Seguramente su eliminación no se sentiría porque se podría acentuar la inspección sobre los más importantes mediante el personal que actualmente los atiende. Cabe señalar que para el año 2019 el respectivo presupuesto prevé un leve incremento en la presión tributaria que surge de algunas reformas a ese efecto introducidas en los tributos más relevantes.