Los hábitos de compra de los consumidores on line continuarán evolucionando, presentando nuevas oportunidades al mercado, sostuvo Forrester en su informe anual e identificó varias tendencias que van a ganar impulso en la “era de los clientes” en 2014.
Por Matías Altamira * – Exclusivo para Comercio y Justicia
La primera es que el tráfico y las ventas móviles seguirán creciendo en casi todos los mercados del mundo, por lo que las empresas lanzarán más sites para móviles y aplicaciones nativas, dando respuesta a los nuevos hábitos de los usuarios. Aquí el desafío estará en cómo informar clara y fielmente a los consumidores de las características de los productos y sus condiciones de comercialización, para cumplir con la normativa aplicable.
En esta línea, sería ideal que los gobiernos adecuen la ley a esta realidad, para mantener su eficaz aplicación.
La segunda tendencia es que las marcas aumentarán su presencia en marketplaces para aumentar relativamente rápido (aunque en cierta medida a menor margen) sus ingresos.
Esta estimación pondrá el foco en la responsabilidad de estos portales de venta de terceros -como fue el caso de MercadoLibre y la sentencia que lo condenó solidariamente- y cómo diseñarán sus estrategias de comercialización asumiendo o no parte del riesgo empresario.
La tercera es que los retailers tendrán que planificar las fechas clave de compras on line en cualquier parte del mundo, al igual que en sus mercados de origen. Por ejemplo, en 2013, el día de los solteros en China registró unas ventas on line de 5.700 millones de dólares. Esta extinción de barreras geográficas y culturales no elimina la jurisdicción y ley aplicable; todo lo contrario, las agrava porque si bien el consumidor está dispuesto a comprar en cualquier parte del mundo, sólo reclamará por daños en su ciudad.
La cuarta tendencia es que las nuevas entradas en el mercado serán más fáciles ya que los vendedores y los retailers desplegarán nuevas ofertas para las marcas. Esta facilidad tecnológica no debe menospreciar el estudio preciso de la legislación aplicable al mercado objetivo. De lo contrario, esa facilidad se evaporará cuando sea condenado en el extranjero por incumplimiento a una ley que no conocía.
La quinta es que la rentabilidad en los mercados globales seguirá siendo complicada. Esta última tendencia refuerza la necesidad de evaluar detenidamente las implicancias legales y contractuales de abarcar demasiado, porque si va a ser reducida la rentabilidad en caso de éxito, cómo será con reclamos de consumidores extranjeros.
La conclusión es que la simplicidad de la tecnología no debe llevar al empresario a tomar decisiones simplistas.
* Abogado especializado en nuevas tecnologías / [email protected]