El hábito de comprar por Internet se arraiga al tiempo que se suman nuevos usuarios y el resto de la economía se enfría. Patricia Jebsen, presidente de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE), detalla las claves de una industria joven y en crecimiento.
Incidencia offline
Para comenzar, Jebsen explica que el e-commerce es un canal de ventas adicional, sobre todo para las empresas que no tienen tienda física. “Se trata de un canal que es una gran vidriera para que mucha gente tome decisiones de compra y después termine adquiriendo productos vía web o en una tienda. Para analizar sus opciones en el mundo físico, 73,4% de los usuarios consulta regularmente en la web y eso en tiendas tradicionales se calcula en $200 millones en ventas offline”.
Hoy, los altos costos de tener un negocio hacen del e-commerce una mejor oportunidad porque es un canal más rentable. “La ventaja es que los stocks son mucho más flexibles que en una tienda física y eso abarata costos. Aunque se necesita dónde poner los productos, no hay costos de alquileres. Otro tema es que en general, el costo de logística lo paga el cliente final y aparece una vez que ya se vendió el producto”, enumera Jebsen. “Además, la cantidad de mano de obra que se necesita es menor y, por otra parte, en los medios online, se puede ser muy flexible en las promociones, con menores costos”, prosigue y aclara: “No obstante hay que tener en cuenta que, a pesar de que es un negocio más rentable, no es a corto plazo”.
Los cuatro desafíos de las pymes
Entre los desafíos más frecuentes a los que se enfrentan las empresas a la hora de desarrollar canales de comercio electrónico, la presidenta de la CACE identifica cuatro principales.
“El primero, es contar con la plataforma tecnológica. Para eso hay variedad de opciones, como -por ejemplo- publicar en una plataforma como MercadoLibre o recurrir a sitios enlatados para hacer e-commerce”.
El segundo desafío es la logística. “Encontrar una empresa que pueda entregar los productos. Por ejemplo, supongamos que sea una pyme de Córdoba que está acostumbrada a vender en su ciudad y de repente tiene que mandar un producto a La Pampa. El e-commerce requiere una logística tanto interna como externa, que opere desde cómo se busca ese producto en la estantería hasta cómo se le entrega con un operador logístico al cliente”.
El tercer escollo es decidir cómo cobrar, “si se usan linkspagos o se ejecuta directamente en el sitio”.
Finalmente, hay que seleccionar el equipo de trabajo: “¿Qué equipo es el más apropiado para manejar este negocio que es diferente de mi negocio tradicional?”, sostiene Jebsen que hay que preguntarse.
Oportunidades equitativas
Al ser consultada sobre quién tiene más oportunidades -las empresas grandes o las pymes-, responde: “Para mí, todas por igual. Es que el comercio electrónico tiene barreras de entrada bastantes bajas en comparación con las que las que tiene poner un local a la calle, en cuanto a inversión, en cuanto a equipo, etcétera”.
En este marco, hay oportunidades tanto para pequeñas y medianas empresas como para grandes firmas “que con esto logran mayor cobertura geográfica”. Además, hay que tener en cuenta que hoy “no todos los clientes tienen el tiempo o las ganas de ir a una tienda física. Hoy el primer motivo de compra en Internet es la comodidad”, señala Jebsen y ejemplifica: “Estos días se realizó el Hot Sale, que empezó el viernes a las 12 de la noche. A esa hora, la gente no va a estar yendo a un shopping pero probablemente haya 100 millones de usuarios que pueden estar en la red buscando productos”.
Tendencia en cifras
Uno de cada cuatro usuarios de Internet realiza compras online. La tasa de conversión hoy entre cantidad de visitas y compras es de 2,1% porque, dice Jebsen, “en cada paso, hay un filtro. Incluso hay quienes llegan al carrito de compras y no terminan la transacción. Pero depende; hay algunos puntocom cuya tasa de conversión alcanza 20%”.
Para analizar sus opciones de compra en el mundo físico, 73,4% de los usuarios consulta regularmente en la web y eso en tiendas físicas se calcula en $200 millones en ventas offline.
En cuanto a tendencias, se empezó a ver un fenómeno que se llama “comprás en Internet y retirás en una tienda física”, tanto en tiendas de retail como en operadoras logísticas. La segunda tendencia en ascenso es el m-commerce (cuya implementación asciende, según números de la CACE, a 35,7%). “La gente ya no sólo navega desde la computadora sino también desde los celulares, los usuarios están en la calle y van chequeando productos por Internet”, redondea Jebsen.