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Las cadenas cordobesas facturaron 25% más en julio. La suba de los precios se ha desacelerado por vaivenes estacionales o por efectos de los cortes populares de carne.
Las ventas en las cadenas locales de supermercados en julio han mostrado un crecimiento de alrededor de cinco por ciento en los volúmenes entregados y una suba en la facturación que ronda entre 20 y 25%.
Pese a que el mes pasado -al igual que en los dos anteriores- no se han registrado subas abruptas en los precios de los productos, el consumidor muestra cada vez con mayor potencia su entrenamiento a la hora de elegir una mercadería. “El comprador se ha profesionalizado, es un experto en cómo consumir a la hora de reemplazar carne por pollo, por ejemplo, o para buscar menúes de oferta”, explicó a Comercio y Justicia Juan Carlos Martín, gerente general de Mariano Max.
Sobre la base de una inflación anual estimada cercana a 23%, según las fuentes consultadas, los supermercados registraron el mes pasado un crecimiento de hasta 5%, según precisó Benjamín Blanch, titular de la cadena Buenos Días.
Por su parte, Ricardo Brasca, de Cordiez, indicó que en sus 34 locales las ventas fueron superiores en más de 20% a las del mismo mes del año anterior. “En términos reales crecimos uno por ciento”, asintió.
En Mariano Max, con seis bocas en toda la provincia, la facturación de julio superó en 25% la del mismo período del año pasado, lo que demuestra un crecimiento netode tres por ciento.
“El comportamiento fue traccionada en general por todos los rubros, aunque cabe destacar que los alimentos perecederos se vendieron un poco menos como consecuencia de los fríos”, acotó Martín.
Precios
Brasca coincidió con sus colegas en decir que “ha reinado una cierta calma durante estos últimos meses”, y que se manfestaron pequeños incrementos que en general no superaron tres por ciento, con lo cual “no traccionaron la inflación”.
También, indicó que en sus góndolas se ha registrado una leve baja de la carne, como producto de los cortes populares propuestos por el Gobierno Nacional, que -por cierto- la firma no comercializó. Entre los cortes baratos se encuentran, por caso, los siguientes precios por kilo: asado, 10,50 pesos; roast beaf, 10,07 pesos; carne picada, 6,92 pesos; bife ancho, 11,80 pesos; hueso con carne, 2,98 pesos; matambre, 13,12 pesos; bola de lomo, 14,64 pesos y vacío, 12,65 pesos .
Al respecto, Blanch acentúo esta “cierta quietud” en la que se mantienen los precios, aunque -añadió- que por cuestiones “estacionales” algunas verduras -sufrieron subas de hasta 30%, el zapallito verde, por caso.
Los precios de la carne en las estanterías de Buenos Días se mantuvieron, con lo cual los cortes populares no marcaron su efecto en el resto. “Los días en que vendemos los 14 mil kilos de carne popular, los consumidores compran para acopiar en el freezer. Esta venta se ejecuta en un sólo día y a las 18 nos quedamos sin mercadería. Cuando se termina, se sigue vendiendo el resto de la carne y al mismo precio”, amplía.
Lo mismo relató Martín, quien incide en que la suba de precios al público se ha desacelerado en julio. “La gente sigue perfeccionado su criterio de compra, por caso, está migrando hacia la carne de pollo. La venta de pollo en la cadena aumentó 13% en relación al año pasado”, dijo. “No creo que la gente haya cambiado el hábito de consumo naturalmente, es un hecho forzoso sujeto a los precios de la carne, que hoy superan el 23% de aumento en relación a 2009”, remarcó Blanch.
El consumidor
– “No se comporta como en crisis anteriores, sigue apostando a las primeras marcas, por lo que no han aparecido segundas marcas”, dijo Juan Carlos Martín, de Mariano Max.
– “El consumidor se profesionaliza en la compra y sabe cómo reemplazar alimentos que se han encarecido. Busca menúes de oferta”, agregó Martín.
– “Sigue comprando en la misma proporción. A partir de septiembre la aguja podrá moverse más abruptamente, porque los aumentos de sueldos y jubilaciones se verán materializados”, apuntó Ricardo Brasca, de Cordiez.
