El rubro del vidrio se vio afectado por la caída en la construcción. La puesta en marcha de los nuevos ProCreAr y las obras privadas alientan la producción. La tecnología de punta posiciona a esta planta cordobesa
La caída en la actividad de la construcción que se viene manifestando hace menos de un año y medio arrastra a otras industrias como la del vidrio. Por ese motivo, una de las procesadoras de vidrios más importantes del país con sede en Córdoba, como Vidpia Vidrios Piazze, perdió 25% de sus ventas en 2016, con relación a 2015.
“La producción cayó pero pudimos mantener nuestro plantel de 190 empleados, y desde luego, los que han renunciado por su cuenta, no los hemos repuesto”, indicó Hugo Piazze, uno de los responsables de la gestión de la empresa.
Sin embargo, el empresario se mostró optimista con vistas al año que recién comienza a causa de la reactivación del nuevo Plan ProCreAr que, con el que asegura comenzará a moverse la actividad a partir de la construcción de casas particulares. “Como proveedores somos los últimos en empezar y terminar, con lo cual calculamos que antes de mediados de año empezará a reactivarse”, apuntó.
Del mismo modo, aseguró que las grandes obras privadas que demoraron sus inicios o relentizaron sus ritmos, están cobrando impulso, principalmente en la Capital Federal, hecho que también alentará a la industria del vidrio. Por ejemplo, la fábrica provee vidrios especiales -procesados con tecnología de última generación- para el edificio corporativo que Banco Francés está construyendo en Buenos Aires, un emblema de la arquitectura moderna.
“Hay expectativas de mayor inversión, es un año electoral y se espera que haya más movimiento de dinero. Esto, sumado a que si realmente se logra bajar la inflación para promover el consumo real, el panorama es esperanzador”, explicó el especialista.
Con todo, pese a que habrá una leve mejoría, indicó que no alcanzará a recuperar los montos registrados en el año 2015. El año pasado la empresa procesó 625 mil metros cuadrados de vidrio anuales, contra un promedio regular de 800 mil metros cuadrados anuales aproximados, según los turnos y la calidad de los trabajos. “No es lo mismo amasar pan que elaborar una torta de casamiento”, ejemplificó.