Es el proceso de transformación de los locales comerciales, según Lucas Péndola, empresario del sector. Después de Muy Güemes y La Gale, prepara su tercer emprendimiento de este tipo.
La oferta de producción, la atracción de público y la rentabilidad
Las galerías comerciales se transforman. Han pasado de ser los espacios multirubro cerrados y oscuros de los años 90 a convertirse en grandes sitios a cielo abierto donde conviven negocios de dos o tres rubros, indumentaria y gastronomía principalmente. No obstante, desde hace tres años se observa una tendencia aún más marcada de proliferación de estas últimas propuestas.
“El mercado de las galerías ha ido mutando. Ya están desapareciendo las galerías de los 80 y 90 del centro de la ciudad, cerradas, viejas, con locales chicos y multirubro. Actualmente a la gente le gusta consumir al aire libre, salir, comprar y comer”, destacó Lucas Péndola, uno de los desarrolladores que puso en marcha los espacios Muy Güemes y La Gale, reconocidas en el barrio Güemes de la ciudad de Córdoba.
En un primer momento, con en la primera se proyectaron espacios en los cuales puedan convivir los locales para compras de día, como ejemplo indumentaria y accesorios, y centros de gastronomía, según contó Péndola. No obstante, con el correr del tiempo y la receptividad del público, el formato fue mutando hasta transformarse en un complejo principalmente gastronómico.
“Hay que tener en cuenta que el barrio Güemes, a diferencia de otros centros de confluencia como General Paz y Barrio Jardín, es netamente gastronómico”, aseguró el empresario, que también gestiona una inmobiliaria en la zona.
En base a esta experiencia, la segunda galería desarrollada por la firma se proyectó desde el inicio con esa premisa, y desde hace ocho meses funciona como totalmente gastronómica.
Con ese impulso, la firma proyecta presentar a mediados de este año su tercera galería en Güemes, en un terreno de 400 m2.
Abanico de opciones
En cuanto a la composición de los rubros y la oferta, Péndola afirmó que la gestión de la firma propone la incorporación de propuestas que no compitan entre sí y que puedan ofrecer al visitante una “estadía completa”. “Queremos propuestas para que la gente venga a merendar, luego a cenar o comer una picada y termine tomando un helado y un trago, acompañado de buena música”, apuntó Péndola.
Además, para incentivar la salida durante toda la semana se preparan promociones e invitaciones con ese objetivo.
“Debemos entender que Güemes no solo es una propuesta de salida para los fines de semana, sino para todos los días”, dijo.
Eso es, además, parte de una estrategia comercial para paliar la caída de las ventas de los últimos meses.
“Tenemos que agudizar el ingenio y bajar políticas claras de promociones y descuentos. La gente sale menos, si no la atraés con un evento no sale porque cuida el bolsillo. O en lugar de salir tres días lo hace dos. O sólo sale a pasear y no consume”, detalló Péndola, que además ratificó que los comerciantes y las galerías deben apelar a la “creatividad”.
Potencial
En cuanto a la posibilidad de “barrer” otra zona para radicarse con esos formatos, Péndola consideró que Güemes es un barrio al que todavía se puede “explotar” y que su potencial, por fuera de los límites marcados, es muy alto si se tienen en cuenta por ejemplo el emprendimiento residencial El Pocito que se encuentra en marcha.
“Debemos lograr que Güemes cruce la frontera de Cañada, boulevard San Juan, Pueyrredón y Vélez Sarsfield. Además de que haya políticas públicas claras de revalorización del sector”, opinó.
Consultado acerca de la posibilidad de saturación del sector, añadió: “El desafío no es entre galerías, sino competir con la oferta de otros barrios. Que la gente asuma que es un polo gastronómico que puede ofrecer productos que no se encuentren en otras zonas y que por eso pueda traccionar otros públicos”.
Rentabilidad
En cuanto a la renta que genera una inversión en el desarrollo de galerías, Péndola destacó que es más alta que la que actualmente brinda la inversión en un departamento (cerca de 2% según los últimos relevamientos). “Nuestro negocio es alquilar o subalquilar por medio de contrato largos. Armamos el caso y al local lo monta cada inquilino. Tratamos de que el período de recupero sea el menor posible. No obstante, desde 2019 las ganancias se han achicado mucho. Buscamos que sea negocio no solo para el inversor sino también para el inquilino. Y muchas veces, para conservarlo en este contexto hay que bajar el precio del alquiler y de las expensas”, explicó. Como dato, se puede mencionar que el precio del alquiler de un local de 40m2 es de alrededor de $30.000.