Según un estudio, del total de los consultados, 17% de las compañías del sector informático y TI están presentes en este ecosistema virtual, 12% pertenece al sector educativo y 11%, al financiero
Entre las actividades que desarrollan las compañías en el metaverso, según un informe elaborado por la EAE Business School, la mayoría (53%) invierte en criptomonedas.
El estudio realizado por la institución perteneciente a Planeta Formación y Universidades analiza la situación del nuevo mundo virtual paralelo a la realidad y sus influencias en las empresas y la sociedad.
Según un análisis de Bloomberg Intelligence, se proyectó que para 2024 el mercado para el metaverso podría llegar a mover 800.000 millones de dólares.
El documento señaló que a 53% de las empresas que invierte en criptomonedas dentro del metaverso le sigue un 44% que apuesta por actividades de NFT (non fungible token), 40% por desarrollar el ambiente laboral y el trabajo remoto y 30% por incrementar la imagen de marca y posicionamiento.
Las organizaciones también están presentes en el metaverso para comprar productos (27%), para la creación de producto y juego de azar ( 24%), y para los bienes raíces, y creación de su propio mundo virtual y entretenimiento.
“En términos de productividad laboral, el metaverso aportará grandes cambios y beneficios en el entorno laboral, sobre todo en la manera de trabajar en forma remota y en equipo”, expresó Eduard Garcia Rosicart, profesor de EAE Business School y autor del informe.
El relevamiento demostró cómo los principales sectores empresariales del mundo ya han empezado a apostar por el metaverso, entre los cuales se destaca 17% de las empresas del sector informático y TI; 12% del sector educativo y 11% de las compañías financieras.
Por su parte, otras actividades que despiertan interés en el metaverso son las empresas de anuncios de marketing (10% ya ha invertido); las de salud médica (9%); las de tecnología e innovación (7%); las compañías de viajes (6%); las compañías de transporte y construcción (5%); los servicios de atención al cliente (4%) y las empresas de servicios, comida y fabricación (3%).
“El desarrollo de universos virtuales implicará transformar la forma como las personas compran, juegan, se divierten, interactúan, comparten, trabajan, estudian, etcétera. Es, en pocas palabras, transformar la vida social de las personas. Esto va estrechamente conectado con la transformación de los negocios, que deberán adaptarse a la nueva realidad de la mayoría de sus consumidores, una realidad virtual. Esto supondrá el desarrollo de nuevos negocios y la reinvención de los ya existentes”, señaló Garcia Rosicart.
“Hoy en día, el metaverso se ha convertido en un símbolo de la nueva revolución digital que busca conectar a las personas en un mundo virtual basado en diversas tecnologías, como lo son la realidad aumentada y la realidad virtual, creando con ello experiencias que prometen transformar el internet y la forma como se mueve el mundo”, destacó.
Economía descentralizada
En el ámbito económico, “el metaverso busca impulsar una economía descentralizada, más abierta, segura y justa para todos sus usuarios. Esta economía estaría respaldada por el sistema blockchain (cadena de bloques), una especie de base de datos digital y pública cuya estructura es casi imposible de falsificar o hackear”, explicó Rosicart.
“El metaverso se convierte en una propuesta transformadora que sienta las bases de una nueva economía y de una nueva forma de relacionarse con las demás personas, creando con ello nuevas oportunidades de negocios que harán de la vida un entorno más eficiente, productivo y entretenido para las personas”, agregó.
Por último, el informe de EAE Business School indicó que el metaverso es un espacio sin dueño. Actualmente existen más de 160 metaversos que conforman un ecosistema digital abierto. “Este mundo virtual genera confusión, principalmente por dos motivos: aparentemente no hay límites y, por otro lado, de haberlos, todavía aún no se han definido”, reflexionó Verónica Ferrer, profesora en el Máster de Big Data y Analytics de EAE Business School.
“Nos encontramos delante de un desafío legal, tecnológico, social y medioambiental sin precedentes”, concluyó Ferrer.