Se trata de uno de los “costos ocultos” que impacta de lleno en la inflación. El gasoil aumentó casi 80 puntos en todo el año y supera ampliamente el aumento a los camioneros. El sector advirtió de que la competividad del negocio “no cierra” y que hay mucha presión fiscal
Por Javier De Pascuale – [email protected]
El costo del autotransporte de cargas creció 61,5% en 2018 en el país, luego de que la suba en diciembre alcanzara 2,3 puntos, según informó la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac ).
El informe de la cámara sectorial señala que 2018 fue el año con mayor variación de costos desde 2002 y que “en un contexto de alta inflación minorista y mayorista, el índice se ubicará más de 12 puntos por encima de la evolución de los precios al consumidor (IPC), récord de inflación de los últimos 27 años”.
De este modo, transportar mercadería en camión trepa más de 60% en un récord para los últimos 16 años, impactando de lleno como “costo oculto” del alza inflacionaria que el Gobierno nacional dice combatir, a pesar de que autoriza alzas tarifarias que generan precisamente su correlato en los costos logísticos.
Según el Índice de Costos que elabora la cámara de empresarios logísticos, en diciembre se mantuvo la tendencia de incrementos para el sector, que se aceleró en la segunda parte del año, cuando poner en marcha los motores de los camiones implicó una suba superior a 40%. Los últimos aumentos fueron impulsados nuevamente por las variaciones en la mayor parte de los insumos componentes del sector, de los que sobresale el nuevo ajuste del combustible, que costó 2,8% más en el último mes de 2018, en conjunto con los incrementos en seguros (30%) y peajes (18,4%). Tras la suba en noviembre (3,3%) y luego de la enorme alza de setiembre (22,8%), el incremento acumulado del costo del gasoil alcanza nada menos que 77 puntos en el año 2018: supera el 100% desde la desregulación del mercado de hidrocarburos realizada el 1 de octubre de 2017.
Por el lado de los costos del equipo, material rodante registró en diciembre una nueva suba de 2% en tanto que neumáticos (0,4%) y reparaciones (0,2%) exhibieron aumentos menores. En ese mes, el costo de personal disminuyó en relación con noviembre ya que en ese mes entró en vigencia la segunda cuota de la paritaria de Camioneros y el bono acordado en el sector.
El resto de los rubros (lubricantes, patentes y tasas), excluyendo la variación en el costo financiero (2,5%), no sufrió modificaciones en relación con noviembre de 2018.
Las cifras se desprenden de un estudio realizado por el Departamento de Estudios Tributarios de Fadeeac, que mide 11 rubros que impactan directamente en los costos de las empresas de transporte de cargas de todo el país, y es referencia en buena medida para la fijación o ajuste de las tarifas del sector.
“Con estos valores, se vuelve evidente y preocupante el contexto económico ya abiertamente recesivo en el que debe operar el autotransporte de cargas”, declaró en el informe la cámara empresarial. Ello “genera fuertes caídas en los volúmenes transportados en el consumo masivo, la industria y la construcción por destacar las actividades económicas más relevantes. En definitiva, pone en riesgo la competitividad del sector”, alertaron los empresarios.
El sostenido aumento de los costos para transportar mercadería en el país que redobla la presión sobre el sector, que tiene el agravante de sumar una carga impositiva del orden de 40%. Junto al fuerte encarecimiento nominal y relativo del combustible, de las mayores presiones salariales y el resto de los rubros componentes en general, y de la depreciación de la moneda, la competitividad del sector está cada vez más amenazada.
Motor de la inflación
El disparo de costos “afecta de manera preocupante la competitividad de una de las actividades más importantes de la economía”.
Y esto sucede “en un contexto recesivo en el que se registraron caídas relevantes en los volúmenes de carga transportada”.
La competitividad del sector “está cada vez más amenazada” por todo este contexto y por una presión fiscal que supera el 40%.