ESCUCHARA raíz del impacto por la crisis,el sector tiene 46% del personal licenciado y la mitad de los
empleados fuera de convenio desarrollando tarea bajo la modalidad home office
Al igual que muchos sectores del país, la actividad logística mostró su preocupación ante el impacto de la crisis provocada por el coronavirus en su industria.
“La facturación promedio está entre 40% y 45 % por debajo de este mismo período del año pasado. Este número es alarmante, en un sector cuyos márgenes de rentabilidad en el mundo oscilan entre 5% y 7%”, comentó Hernán Sánchez, presidente de la Cámara Empresaria de Operadores Logísticos (Cedol), en el marco del primer desayuno del año que realizó de manera remota, la Asociación Argentina de Logística Empresaria (Arlog).
El encuentro, que tuvo lugar mediante la plataforma Zoom y en simultáneo por YouTube, convocó a más de 300 personas y se centró en el debate acerca de cómo el coronavirus está modificando el ecosistema logístico.
Además de la disertación de Sánchez, quién también es expresidente de Arlog, de Raúl Blanco, director de finanzas, tecnología y logística de La Anónima, y de Manuel Martínez, gerente de operaciones, seguridad y medio ambiente de Terminal Río de la Plata, el evento contó con la moderación de Alejandro Leiras, director de capacitación de Arlog.
Según coincidieron los expositores, la actividad logística resulta un eslabón fundamental en época de coronavirus. En este marco, Sánchez hizo hincapié en las complicaciones que sufre el sector, con 46% del personal licenciado y la mitad de los empleados fuera de convenio desarrollando tarea bajo la modalidad home office. También expresó que la performance de distribución bajó notablemente y hay una reducción de 55 por ciento de los vehículos en circulación.
El directivo destacó el trabajo que realiza Cedol en conjunto con el gobierno nacional para paliar la situación. “Tuvimos reuniones en las que discutimos las distintas etapas de la pandemia y las medidas a tomar”, expresó Sánchez, en tanto que concluyó: “Como saldo de esta pandemia, tenemos que construir un modelo socioeconómico más sustentable”.
Por su parte, en su disertación, Raúl Blanco, subrayó la urgencia con que se debieron tomar las decisiones en La Anónima, a fin de enfrentar las medidas de aislamiento social preventivo y señaló que lo hicieron con una combinación entre home office y trabajo presencial, pero que el impacto se verificó en toda la cadena. “De un momento a otro, hubo problemas de transporte y a los proveedores les costó bastante conseguir camiones”,l sostuvo. No obstante, expresó que su centro distribución ya está operando con poca demora de descarga y suficiente cantidad de camiones.
En cuanto al impacto económico, dijo que la pérdida de rentabilidad fue de 10% a 15%.
“Las compañías perdieron capacidad de producción. Nosotros experimentamos ausentismo, pero logramos establecer un ecosistema de equilibrio para abastecer a nuestras sucursales. El comportamiento de la gente pasó a ser el primer eslabón de la operación. Este cisne negro demostró que proteger al personal, trabajar en equipo y ser solidarios resulta fundamental”, concluyó.
Por último, Manuel Martínez precisó que en su empresa el impacto de los flujos se comenzó a ver en el comienzo de la cuarentena. “Por el lado de los buques, el efecto sobre el volumen no fue significativo. Pero el flujo de tierra sí se sintió más afectado, sobre todo el de importación, como consecuencia de las restricciones a las actividades. La exportación tuvo una caída leve de entre el 15 y el 20%, y la importación ahora empezó a normalizarse”, expresó.
Finalmente, el empresario enumeró las medidas incluidas en los protocolos de limpieza y distanciamiento social que adoptaron. “Se separaron los turnos, se cerró el comedor; se establecieron restricciones en el vestuario, y se capacitó a todos los operarios para que cada uno pueda desinfectar su lugar de trabajo”, afirmó.
