La cadena de restaurantes nacida en Villa Carlos Paz, también pondrá un pie en Miami, desde donde proyecta multiplicarse en Estados Unidos y México. Comidas para toda la familia, en todos los horarios y a precios competitivos es la clave de su crecimiento.
Desde que nació y hasta la fecha, Junior B, cadena cordobesa de comidas, ha venido creciendo en forma sistemática hasta llegar a sus actuales 26 restaurantes distribuidos en seis provincias del país (interior de Córdoba y capital, Santa Fe, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego y Tucumán).
Como producto de su éxito y convencida de que el sistema de franquicias es la “mejor forma de invertir”, el 1de agosto, la marca inicia un plan de expansión con el que busca llegar a las cien bocas en los próximos cincos años.
“Nosotros no salíamos a comercializar la marca, los franquiciados nos venían a buscar; ahora apostamos al crecimiento junto a dos consultoras que nos están desarrollando el plan de franquicias -CentroFranchising, para el interior de país, y Estudio Canudas, para Buenos Aires”, adelantó a Comercio y Justicia uno de los fundadores de Junior B, Federico Bertorello.
El objetivo en los próximos 18 meses es consolidar el plan de marketing, fortalecer la capacitación de los franquiciados y posicionar la marca como “líder de opinión en materia de franquicias”, según agregó Bertorello, para luego promediar entre las 15 y 18 aperturas por año hasta 2022.
Según recordó, su hermano, Marcos, también fundador de Junior B, es uno de los ideólogos de la actual Cámara de Franquicias de Córdoba, en la que participan activamente fomentando la cultura de este sistema en el país.
Para montar un local de Junior B, la superficie óptima es de 300 m2, no obstante, un espacio de 200 m2 es aceptable. La inversión inicial es muy variada porque depende del estado del local y si ya ha sido utilizado en el rubro gastronómico o no. Sin embargo, el franquiciado debe considerar una inversión promedio de 10 mil pesos por metro cuadrado; es decir, para un local de 200 m2, el monto es de dos millones de pesos. “Puede elevarse hasta 50%, dependiendo de la obra que haya que montar”, apuntó.
Para llegar a Buenos Aires, Junior B participará primero de la Expo Franquicias, que se desarrollará en el mes de agosto; luego pondrá en marcha su plan, que tiene como meta desembarcar en territorio bonaerense a partir del año próximo.
Pensar en grande
Expandirse en todo el territorio argentino es una decisión tomada, al igual que cruzar las fronteras y convertir a Miami, Estados Unidos, en el hub del Norte. “Ya tenemos las gestiones iniciadas y los socios locales, sólo estamos buscando cuál es el mejor lugar para montar un restaurante allá, que será manejado por un cordobés”, anticipó Bertorello, quien -además -indicó que desde allí, la mirada está puesta en la Riviera Maya, México.
Como experto en el rubro, Bertorello asegura que para llegar al punto de equilibrio en este negocio es necesaria la “actitud” del franquiciado. “Si bien como marca nosotros manejamos la estrategia del negocio, que funcione bien depende de muchas otras variables – tales como el tiempo que le dedica el franquiciado, la ubicación, la gestión, el clima laboral-. Nosotros aportamos el saber hacer, pero el hacer corre por cuenta del franquiciado”, sintetizó.
Con relación a la rentabilidad, bien se conoce que el rubro en general ha caído, el fundador de la cadena indicó que -en sus locales- la renta varía entre 10% y 20%, dependiendo de las condiciones y de la gestión particular de cada franquiciado.
La fórmula
Junior B es una cadena de restaurantes que ofrece pastas, lomitos, pizzas y comida mexicana, y que ha sabido trasladar su know how al resto del país.
El secreto de su expansión y crecimiento radica, según Bertorello, en que se ha adecuado a la tendencia mundial por la cual el fast food está desapareciendo en demanda de más servicios, comidas variadas, calidad, mejor atención y precios competitivos.
“Apostamos a un modelo de negocio con más ofertas, para todos los horarios del día, con acciones institucionales y propuestas variadas para toda la familia”, dijo, además de recordar, que sus precios son muy “competitivos”.
“Somos el clásico restaurante informal, ni fast food ni restaurante cinco cubiertos, una opción muy buscada por la familia y por los comensales a nivel mundial”, explicó.
Confianza en la franquicia
Bertorello defiende el modelo de franquicia como una inversión, que -en un contexto de decrecimiento- es más segura y con menores riesgos. “Entre poner un emprendimiento propio y una franquicia, en la segunda opción el margen de error se achica, porque la marca se hace cargo de la estrategia de negocios, de los costos, de la organización de la inversión, del armado del local, a lo que se le suma la confianza en el modelo que, en nuestro caso, está puesta de manifiesto en 26 locales que ya funcionan en seis provincias del país”, concluyó.