Consumidores abandonan el tradicional asado dominical por sustentosos platos de ravioles o fideos frescos. Las elaboradoras artesanales suman personal para atender colas de espera.
El sector de los fabricantes de pastas transita uno de sus mejores momentos. El aumento en los precios de la carne vacuna y de pollo ha obligado a muchas familias cordobesas a cambiar el tradicional asado dominical por una olla de sorrentinos, ravioles o fideos artesanales.
Así, son largas las colas de espera que pueden observarse los domingos por la mañana en las fábricas artesanales de pasta. “Desde hace un mes es notable el incremento del consumo en estos productos frescos, tanto sean pastas rellenas como no rellenas”, confirmó a Comercio y Justicia el presidente de la Cámara de Fabricantes de Pastas Alimenticias y Afines de la Provincia de Córdoba (Cafpaac), Aldo Ferreyra.
Así, el volumen de venta ha aumentado entre ocho y 10%, de la mano de la facturación, que lo ha hecho en el orden de 20%, porcentaje que ya integra la suba de precios recientemente anunciada por el sector -10% en fideos, 12% en discos de empanadas y 15% en pasta rellena.
De mayor rotación
“Lo que más pide la gente son ravioles: con una caja de 600 gramos comen tres personas y cuesta $14. Un kilo de fideos cuesta lo mismo, pero rinde para cinco personas”, detalló Ferreyra, titular de la casa de pastas La Negrita.
Esta tendencia alcista se observa tanto en las fábricas de pastas artesanales como industriales, aunque con dinámicas diferentes. “Las elaboradoras industriales venden de lunes a sábado y a través de los almacenes o supermercados”, explicó Ferreyra. Por lo contrario, las firmas artesanales comercializan en mostrador, en el mismo lugar de elaboración. “Es aquí donde pueden verse las largas colas de espera para ser atendidos”, apuntó el titular de la entidad.
Con todo, algunas firmas han debido incluir más personal. En total el sector reúne a 980 empleados. “Preferimos tomar gente ajena al rubro o sin experiencia y capacitarlos. La idea es que se forme y especialice”, comentó Ferreyra.
Por ese motivo, en la cámara gestionan una capacitación en la Escuela de Panaderos de Córdoba, donde instalarán una máquina de hacer ravioles y una sobadora para aprendices. Asimismo, por intermedio de la Universidad Siglo 21, la cámara dictará a sus socios un seminario en gestión de empresas familiares.
Migración constante
Si bien las pastas son productos estacionales, los empresarios del sector notan un incremento creciente de la demanda. De hecho, mientras baja el consumo por habitante de carne, el de pastas crece. Los últimos registros dieron cuenta de que, en enero el consumo de los cortes vacunos por habitante se ubicó en 59 kilos, 20 por ciento menos que lo relevado en el mismo mes del año anterior. Como se recordará, las preferencias eran 73,1 kilos por habitante de acuerdo con la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra).
En tanto, el consumo argentino per cápita de pastas alimenticias de 2008 se estimó en 8,5 kilos por habitante año (incluyendo pastas secas y frescas) y creció con respecto a 2007 si se tiene en cuenta la información relevada por la Unión Industrial de la Pasta Italiana (Unipi), según los últimos datos de la Secretaría de Agricultura de la Nación.