ESCUCHARSon más de 80 las empresas con procedimiento preventivo de crisis (PPC) abierto. A días de la siembra de la cosecha gruesa, no hay operaciones. La iliquidez, las tasas astronómicas y la devaluación de la moneda liquidaron ventas que ya venían tensionadas por la importación. Duro panorama
Los fabricantes de maquinaria agrícola entregarán hoy al Gobierno nacional un informe actualizado sobre la situación del sector, que busca lograr una medida de aquél que alivie las penurias del sector, que ha visto caer más de 35% las ventas en los últimos seis meses.
Referentes de la Cámara de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma) reunieron el pasado viernes los datos obtenidos de la última encuesta hecha a las más de 800 empresas del sector en todo el país, que confirmó las denuncias hechas públicas durante la última semana sobre el fuerte desplome de las operaciones que sobrevino después de un período de importantes inversiones productivas del sector.
Referentes de la Cáfma se reunieron en los últimos días con el ministro de la Producción, Dante Sica, para explicarle la realidad actual de la industria y para pedirle líneas crediticias subsidiadas por la Nación que permitan a los productores volver a comprar implementos y máquinas con financiamiento, justo cuando se acerca la siembra de la cosecha gruesa, la mayor en la actividad agrícola nacional.
No son pocas las compañías que invirtieron en ampliar la producción, luego de la explosión de demanda que vivió el sector en 2016 y 2017. Durante este último año, la industria nacional sufrió un boom importador que tensionó esos planes de negocio, no obstante lo cual el sector no considera hoy que ese sea su mayor problema.
Fue a partir de altísima devaluación del peso a partir de mayo cuando comenzó la verdadera penuria de las empresas de “fierros” del campo. El cierre posterior de la financiación debido a las “astronómicas” tasas terminó por planchar cualquier tipo de operación de venta, de productos cuyo precio exige inevitablemente el pago financiado.
Finalmente, la decisión tomada la semana pasada por el Gobierno de Mauricio Macri de extender el pago del impuesto a los Bienes Personales a las personas del campo, agravó la disposición negativa de los productores a invertir.
La cámara expondrá públicamente esta semana los últimos números del sector, que grafican el alcance de la crisis. Parte de esa denuncia será la difusión del dato de que son ya 80 las fábricas que iniciaron el procedimiento preventivo de crisis (PPC) en todo el país, paso previo al concurso preventivo judicial y la quiebra.
Con los números en la mano, las empresas mostrarán que, sin algún tipo de apoyo oficial, difícilmente puedan “cruzar el puente” que separa al campo del momento en que empiece a fluir la cosecha 2018/19.
La falta de créditos, las tasas inviables para cualquier negocio y la iliquidez que resulta de “secar” de dinero la plaza, serán elementos a agitar por la industria como los bloques que aplastan la actividad.
La semana pasada, ese panorama ya había sido planteado ante Sica, quien se comprometió a gestionar créditos a tasas razonables. La cuestión es si la iniciativa gubernamental se terminará plasmando y con la prontitud que la crisis requiere.
La industria solicitará una nueva audiencia a Sica después de difundir los datos generados por el relevamiento. Y espera alguna propuesta de solución que, por ahora, no aparece.
La explosión de ventas ocurrida durante 2016 y parte de 2017 impulsó a algunas empresas a invertir en línea de producción, inversiones que hoy deben ser pagadas con un dólar 100%
más caro y con ventas 35% menores.Las compañías nacionales deben competir con una importación que durante 2017 llegó a niveles alarmantes. Y la llegada de la crisis a las arcas públicas agravó la presión fiscal sobre
el sector, modificando para peor la competitividad frente a productos extranjeros. La volatilidad del dólar, el “vuelo” de las tasas financieras y la incertidumbre política completaron el panorama gris que se instaló en la actividad.
