Los camioneros firmaron ayer por 24% y, antes, los empleados de comercio habían obtenido 27%. La buena recaudación fiscal y la menor presión inflacionaria favorecieron los acuerdos.
Con el 24 por ciento de aumento salarial obtenido ayer en la paritaria por los camioneros, se acentuó la descompresión de la puja salarial. Los camioneros habían exigido un aumento de 31% en un primer momento.
Con los cierres recientes, sólo los gastronómicos, que alcanzaron la pauta máxima prevista de 35 por ciento. La semana anterior, el gremio de comercio cerró por 27 %, con lo que los aumentos pactados promedian un 30%, cuando el mes pasado el gremio de la Alimentación había fijado una referencia de 35 por ciento.
A lo largo de junio los incrementos se ubicaron por debajo del piso, luego que el gremio de los curtidores logró 49%, los estatales nacionales 21%, los porteros 27,5%, los vigilantes privados 30,4% y los empleados de hospitales de colectividades 32%. Otros gremios habían cerrado con aumentos cercanos a 30 por ciento.
Las negociaciones en marcha plantean reclamos que no superan la barrera del 35 por ciento promediado durante abril, pero tampoco bajan de 30%. Hay gremios porteños -como el de los trabajadores del Puerto de Buenos Aires- que estarían dispuestos a bajar sus aspiraciones si se decide elevar el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, algo que el Gobierno podría acordar. El único sindicato que mantiene expectativas altas es el de los visitadores médicos, cuyas pretensiones van más allá de 40%.
Con la advertencia pública realizada por las terminales automotrices, acompañada por la de la Unión Industrial Argentina (UIA), con respecto a que las demandas desmesuradas no acompañan la reactivación, el Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata) comenzaría a negociar esta semana una suba de 35%. La demanda es similar al pedido de Luz y Fuerza, en el sentido de reabrir -a partir del próximo mes- la paritaria de los empleados de usinas y distribuidoras metropolitanas, que habían acordado un aumento del 22%, con la condición de que éste se revisará según la evolución de la inflación. Como la suba de los precios parece más contenida, no se abrirían las negociaciones.
Mejora de expectativas
La recaudación tributaria, que volvió a sorprender al mercado -e incluso esta vez con estimaciones más optimistas-, resultó ser mayor que la prevista y descompromió a su vez la presión inflacionaria. Con una mayor disponibilidad de fondos, el Estado desahoga sus compromisos de pagos y asegura la continuidad de sus planes, en especial el de obras públicas que sostienen la reactivación. Dado el fuerte crecimiento de los ingresos que se viene dando en los últimos meses, se estima que la pauta de ingresos será superada con holgura, por lo que quedará un importante excedente del cual el Gobierno podrá disponer.
Con los ingresos recaudados en los primeros cinco meses del año, ya se cubrió 43% de la meta presupuestada para el año y sólo haría falta que la recaudación total crezca a un 7,5% en lo que resta de 2010. En mayo, la recaudación ascendió a $ 39.345 millones, lo que significó un incremento interanual de 44,2 por ciento, la tasa de crecimiento más alta en los últimos veinte meses.