La competitividad y un nuevo escenario de negocios posible. La importancia del capital humano en las empresas que miran hacia fuera.
Argentina experimentó en los últimos diez años una evolución muy marcada de sus negocios internacionales, crecieron las exportaciones y las importaciones, así como los lazos entre empresas argentinas y extranjeras a nivel de inversiones.
En el marco del seminario realizado ayer en la sede de la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba, Comercio y Justicia dialogó con Marcelo Elizondo, ex director ejecutivo de Fundación Exportar, actual titular de la Escuela Internacional de Negocios de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales de Buenos Aires (UCES) y presidente de la consultora DNI.
Sobre el presente argentino en la materia, el directivo sostuvo que “da la sensación que desde hace dos años la condición para esos negocios internacionales ya no es tan confortable, ni tan cómoda. Suben los costos de producción, crece la conflictividad sindical que afecta el ambiente de trabajo, políticas restrictivas por parte del Gobierno, financiamiento insuficiente. Lo planteamos, no en términos de crítica sino por cómo lo enfrentamos para ser competitivos desarrollando herramientas necesarias”.
Evaluando el escenario actual para el comercio exterior en Argentina, Elizondo planteó que “hay dos fotos. Una, la foto actual: adónde hoy Argentina vende sus principales productos. El principal mercado para Argentina es Brasil, por lejos; el segundo es China y luego Chile, EEUU y el conjunto de otros países europeos y latinoamericano. El podio es Brasil, China y Chile. Hay una segunda foto que es la de los mercados potenciales que Argentina podría desarrollar”.
Nuevos mercados
En cuanto a los nuevos horizontes a los que apuntan los empresarios locales, el analista afirmó haber “relevado diez mercados donde se ven oportunidades, países como Sudáfrica, Egipto, Turquía, el Medio Oriente (Israel y el Líbano), los Emiratos Árabes Unidos, algunos países asiáticos como Indonesia, Malasia, y países latinoamericanos como Perú”.
Según el ex directivo de Fundación Exportar, “la Argentina tiene tres fortalezas que debemos destacar” a la hora de pensar en nuevas oportunidades de negocios en el mundo. “La primera es que tiene una canasta de productos exportables heterogénea. La segunda es que las exportaciones vienen creciendo en los últimos años. La tercera es que el universo al cual exportamos es diverso”, apuntó. “Tenemos a Brasil, pero también a China, la UE y países latinoamericanos. Ciertos rubros tienen mayores oportunidades. El rubro que mejor índices está mostrando es el automotor, que está sometido a las normas del Mercosur que otorga un marco normativo de referencia y eso le da un horizonte de proyección de evolución de los negocios. En el sector agroindustrial se destaca el biodiésel”, detalló el consultor.
Elizondo remarcó como tercera fortaleza “la generación de divisas a partir del turismo receptivo. Es una exportación no convencional que activa pymes, negocios gastronómicos, hotelería, transporte. Córdoba cuenta con condiciones para los tres rubros”.
Perfil
La escuela de negocios que dirige y la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba entablaron un acuerdo estratégico con el objetivo de “trabajar sobre lo más importante que tiene el comercio exterior, que es el factor humano: el empresario”.
Según planteó el especialista, “el empresario es quien tiene que desarrollar conocimiento, una estrategia; tiene que crear una empresa que esté basada en la institucionalización”. Destacó que “nadie compite en el mundo si no ha convertido su negocio en empresa. El comercio internacional es para empresas. Una empresa tiene éxito si cuenta con cinco elementos: estrategia (sabe hacia dónde va); liderazgo (el factor humano); organización (que cada uno sepa qué tiene que hacer y qué no); motivación y eficiencia en el uso de recursos”, detalló.
“Todo esto depende del factor humano. El empresario que pueda convertirse en líder, motivador y generador de prácticas eficientes es el que va llevar su negocio al éxito. El que no cumpla con estas características deberá dedicarse al mercado doméstico. Pero quienes quieran exportar deben intentar desarrollar estas virtudes personales, que se trasladan luego a la organización”, concluyó Elizondo.