“¿Sabías que Córdoba Norte es una de las regiones más afectadas por el Spiroplasma, la enfermedad transmitida por la “chicharrita” Dalbulus maidis?”, es la frase con la que comienza un informe de la Sociedad Rural de Jesús María, que buscó la semana que pasó actualizar el estado de la crisis que viven los cultivos cordobeses de maíz. En palabras de Pablo Solfanelli, productor agrícola, asesor técnico y coordinador del Grupo Río Seco de la SRJM, “casi no hay lotes sembrados que no estén afectados por el spiroplasma”. De la respuesta a la indagación, dependerán el rendimiento y el volumen de pérdidas de los productores. La entrevista completa al ingeniero Solfanelli.
-¿Hasta qué punto el spiroplasma afectó la campaña de maíz en la región Córdoba Norte?
-Incidió mucho en el norte de Córdoba. Te diría que la gran mayoría de los lotes están con niveles de severidad muy altos, dependiendo de la fecha de siembra, el híbrido y el lote. Si bien fue una afectación muy importante, es difícil saber cuánto, pero diría que casi no hay lotes sembrados después del 15 de diciembre que no estén afectados.
-¿Hay un promedio sobre el volumen de pérdidas?
-Lo que tenemos disponible hasta el momento es una planilla, que varios grupos de productores ya están usando. La propuesta es unificar un protocolo de monitoreo, que te permita estimar rendimientos. Se está tratando de masificar para que todos la hagamos, a modo de tener un pantallazo de cómo se comportaron zonas, híbridos y manejos. Es una planilla que está dando vueltas y estamos tratando de que la mayor cantidad de técnicos y productores la vayan completando. Esos datos van a ser claves para tener una estimación de pérdida en nuestra zona, y un pronóstico de comportamiento, según variables como fecha de siembra, zona, etcétera.
-¿Qué tan importante es realizar análisis de laboratorio? ¿El productor puede recuperar algo del maíz que no trilló picándolo?
-Los análisis de laboratorio sirven para construir pisos de rendimiento. Lo que nosotros hacemos son muestreos por ambiente siguiendo un protocolo. Muestreamos espigas y se desgranan, y las hacemos pesar. De esa manera, tenemos el peso ajustado a 14 y medio, que es la humedad, y peso aproximado de mil granos de ese lote. Cuando uno multiplica la cantidad de espigas por la cantidad de granos por espiga, estimamos el rendimiento aproximado. Con respecto al picado, sí podría funcionar, pero sólo para aquellas empresas que tienen campos mixtos. En cuanto a las empresas que trabajan sobre campo alquilado y que no tienen ganadería, puede haber un porcentaje de lote que se venda entre vecinos, pero es muy poco. Es decir, en el caso de las empresas que arriendan y son 100% agrícolas, no es tan fácil picar y consumirlo después.
-¿Cuáles son las expectativas del productor, de cara a la próxima campaña?
-Hay una gran incertidumbre de lo que va a pasar. Para mí, no hay una receta general, sino recomendaciones por empresa, campo y zona. Lo que sí yo veo es que está aumentando la paleta de alternativas usando cultivos de invierno, sobre todo trigo. Después hay otra opción, que es usar el agua que tenemos en los perfiles e ir a maíces más tempranos tratando de escapar al posible pico del vector (con lo que sabemos hasta ahora). Muchos productores están pensando en que todo lo que viene de maíz vaya a soja, todo lo que va con trigo va a soja, y van a dejar una proporción de soja sin cultivo de invierno o soja que vaya a garbanzo, y dejar esa superficie abierta para decidir más adelante. Vamos a ver cómo se presenta este invierno y qué aprenderemos de él.
-Respecto al maíz, ¿cuáles son las estimaciones de rendimiento en la zona?
-Es complicado hacer estimaciones de rendimiento con los maíces que están afectados por el complejo de achaparramiento. Básicamente, porque en la gran mayoría de los lotes, el número de granos se construyó bien, pero la incógnita es cuál va a ser el peso de mil granos. Y eso tiene bastante desuniformidad dentro del lote espacial. Incluso en el mismo ambiente hay plantas que han cortado o llenado, y plantas que todavía no han cortado. Si bien es bastante complicado hacer esa estimación, suponemos que las afectaciones van a estar por debajo del 50%, 60% del rinde potencial para la lluvia, la fecha de siembra y el esquema tecnológico de este año.