ESCUCHARVeinticinco por ciento de los ciudadanos siente rechazo por las grandes empresas desde la llegada de la crisis, según un estudio llevado a cabo por Mikroscopia. A este grupo de consumidor lo han denominado “consumidor rebelde”, porque es un consumidor que no es radical.
El relevamiento argumenta que en los malos tiempos de la economía mundial, los consumidores observan cómo las grandes empresas continúan con beneficios, mientras que ellos evalúan que su situación empeora, sumado al cierre de algunos pequeños establecimientos.
En este estudio, a este grupo de consumidor lo han denominado “consumidor rebelde”, un comprador que no es radical en su forma de comportarse, no se queja de los precios de los productos y servicios que las empresas ofrecen, sino que está “desencantado” con la imagen que éstas desempeñan en la sociedad.
El estudio refleja que el “consumidor rebelde” ha modificado sus hábitos de consumo. “ El 32% cambia de supermercado para buscar ofertas y el 55% cambiar las marcas principales por otras más baratas”, según añade. Además, lleva a cabo algunas acciones ahorrativas como guardar la comida que ha sobrado o añadir agua al jabón lavavajillas, entre otras.
Por otro lado, este consumidor desencantado con las grandes marcas lleva a cabo prácticas de consumo colaborativo, como el intercambio de bienes y servicios, la compra colectiva o el conocido “do it yourself”, es decir, la producción propia de bienes que antes compraba. Por ejemplo, el 41% de este tipo de consumidor recurre al mercado de productos de segunda mano.
Como apunta Belén Barreiro, directora de MyWord, “la sociedad golpeada por la crisis no se resigna, sino que se ha vuelto más activa y cooperativa. El empobrecimiento está teniendo consecuencias de envergadura en la relación de los consumidores con las empresas y con las instituciones financieras.”
Este tipo de consumidor está más pendiente de lo que dicen y hacen las empresas y además se convierte en usuario prescriptor, debido a la popularidad de las redes sociales, en las que muchos de ellos vierten sus opiniones sobre productos, servicios y las empresas que los ofrecen, además de estar siempre informado sobre qué opinan los demás.
