El intercambio con el socio mayor del Mercosur se sostiene principalmente por los productos industriales, lo que no ocurre con China, otro importante destino.
Las exportaciones a Brasil explicaron la mitad del crecimiento de las exportaciones industriales argentinas en 2010, rubro en el que Córdoba tiene una fuerte participación gracias a la industria automotriz y de autopartes.
Sin embargo, durante diciembre de 2010 el resultado comercial con Brasil exhibió un déficit de 332 millones de dólares, según un avance realizado por la consultora Economía y Regiones, que dirige el economista Rogelio Frigerio. Este estudio sostiene que si se anualizan los resultados del año, se observa una profundización del déficit bilateral, que asciende a 3.161 millones de dólares en los doce meses.
Según el resultado general de diciembre, las exportaciones nacionales crecieron sólo 16%, una tasa moderada respecto del 24% promedio a la que venían creciendo hasta noviembre. A su vez, las importaciones crecieron al elevado ritmo que traían en el año: 48 por ciento.
En el último mes de 2010 la balanza comercial marcó un superávit de 241 millones de dólares, lo que implicó un desplome del orden de 80% en relación con el mismo mes del año anterior. Para encontrar una cifra más baja en el saldo de la balanza hay que remontarse a junio de 2008, es decir, unos 30 meses atrás, cuando se registró un nivel de apenas US$190 millones.
Intercambio
La robusta economía brasileña y la fuerte apreciación del real sigue siendo una tabla de salvación para muchos sectores de la industria argentina. El fuerte crecimiento del país vecino en 2010 (6%) y de su industria (10,6%) arrastraron la industria nacional. La economía brasileña, no obstante, debe enfrentar la actual apreciación de su moneda, que se contrapone con el objetivo de mantener la inflación en torno a 4,5%.
Su control junto con el nuevo objetivo cambiario trae aparejado el conocido “trilema de las economías abiertas”. Esto es, la capacidad de administrar una política monetaria independiente bajo tipo de cambio fijo, en un escenario de creciente integración de los mercados de capitales.
Las presiones inflacionarias exigen mantener tasas de interés elevadas. Esta política incentiva el ingreso de capitales y termina apreciando el tipo de cambio. Para frenar esta tendencia, Brasil viene aplicando medidas para controlar el ingreso de aquéllos.
Un giro sutil en su política económica implica un riesgo elevado para algunos sectores de la economía argentina. La devaluación brasileña de 1999 fue el preludio de graves problemas de competitividad para Argentina, por la incidencia del intercambio comercial. Hoy el tipo real de cambio bilateral con Brasil más que duplica el vigente en esa década, lo que implica una devaluación real del peso de 120%.
Según un reciente informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, “la balanza comercial de nuestro país del próximo año depende de una serie de variables, como ser el resultado final de la cosecha gruesa que recién se va a levantar entre los meses de marzo a mayo”.