Se trata de la planta procesadora Boreal, de capitales canadienses, que comenzó a operar en septiembre de 2020, en Uruguay
La planta procesadora de cannabis medicinal Boreal, de capitales canadienses, que comenzó a operar en septiembre de 2020 en Uruguay, cerró de forma imprevista.
La fábrica de era la más grande de América Latina. Con unos 5.000 metros cuadrados edificados, tenía una capacidad de producción de hasta 20 toneladas por semana y cultivos en 50 hectáreas.
Estaba ubicada en la localidad Colonia Garibaldi, en el departamento de Salto, a más de 500 kilómetros de Montevideo.
Desde que inauguró, la actividad disminuyó zafra a zafra.
Había 400 personas en planilla y las estimaciones indicaban que, cuando se llegara al máximo de producción, emplearía a 1.000. Sin embargo, a la fecha solo trabajaban 40 operarios.
La Unión de Trabajadores Rurales y Agroindustriales del Uruguay denunció que la mayoría de los despidos fueron comunicados vía WhatsApp.
En declaraciones a la prensa, el presidente de sindicato, Juan Carlos Albano, dijo que circulan tres versiones que explican el cierre: que la empresa tuvo que cortar las exportaciones, que se equivocó en la variedad a sembrar y no pudo comercializar los productos y que el director de la empresa en Uruguay le envió a los inversores, durante la pandemia, informes fraudulentos.
En su página web, Boreal se define como una “empresa dedicada al cultivo y secado de cannabis medicinal”, que se enfoca en que los productos sean “puramente orgánicos”.
Boreal Uruguay era un proyecto multinacional entre Canadá y Uruguay, que tenía como objetivo ser “un referente mundial en el terreno del cannabis medicinal”.