Las bodegas Don Manuel Villafañe, ubicada en Maipú, Mendoza, y Valle de La Puerta, del Valle de Famatina, La Rioja, concretaron una alianza estratégica que apunta a potenciar la producción y calidad de sus productos.
“Si bien la ubicación geográfica muestra una distancia considerable y los vinos llevan la identidad propia del lugar en el que se producen, ambas bodegas tienen puntos en común cuando se trata la búsqueda de excelencia en el producto y su comercialización”, aseguraron los impulsores de ambos emprendimientos y agregaron: “El nuevo joint venture pretende enriquecer ambas bodegas, resaltando lo mejor que cada terroir puede brindar al mundo. Valle de La Puerta trabaja desde hace años en una región que paulatinamente fue ganando su reconocimiento no sólo nacional sino además en el plano mundial. La experiencia que cuenta en el manejo de los viñedos y la elaboración de vinos en una zona con muchos desafíos, como es el Valle de Famatina, es el reflejo de más de 20 años de trabajo y de un amplio conocimiento en la comercialización de vinos en otros mercados. Es precisamente este potencial el que ahora comparte con Don Manuel Villafañe, que aporta la infraestructura adecuada para el desarrollo de un plan de crecimiento sustentable en Mendoza y que deja abierta la posibilidad de encarar un importante proyecto de turismo, para dar a conocer a ambas bodegas en los ámbitos nacional e internacional”.
Historia y producción
A más de 400 años de la llegada de Don Manuel Villafañe a Argentina, la bodega que hoy se erige al pie de la Cordillera de los Andes no sólo tiene una rica historia por contar sino que también luce un paisaje único.
Instalado en el país como agricultor, Villafañe se convirtió en pionero de la viticultura nacional, por ser una de las primeras personas en plantar vides en esta tierra. El objetivo en ese momento era proporcionar vino a los sacerdotes de las iglesias, y mucho más tarde a los colonos que llegaron al “Nuevo Mundo”.
La bodega Don Manuel Villafañe es hoy referente en Mendoza, la mayor zona vinícola del país. Equipada con la última tecnología, fue diseñada para satisfacer los mercados más exigentes del mundo. Hoy cuenta con capacidad de 1,2 millón de litros en cubas de acero inoxidable y cemento, con capacidades de 5 mil a 27 mil litros, que permiten una amplia flexibilidad al momento de elaborar vinos de alta gama.
Actualmente, la firma promociona sus vinos no sólo en el mercado local sino además en el mercado internacional: llega a países como Estados Unidos, China y Reino Unido, con ejemplares destacados como IV Centenario (blend de malbec, petit verdot y cabernet sauvignon), Gran Reserva, Reserva y una oferta de vinos varietales que realzan la calidad de cada cepa.
Por su parte, Valle de la Puerta adoptó, desde sus inicios, algunos símbolos de la cultura diaguita para representar en sus productos. Es el caso del puma, que le da identidad a la bodega y representa al supremo ser terrenal por su sabiduría, fuerza e inteligencia.
Establecida 1994 en el Valle de Famatina, a más de mil metros sobre el nivel del mar, actualmente cuenta con 150 hectáreas de viñedos y más de 770 hectáreas plantadas con olivos, de un total de 1300 hectáreas.
Rodeado por las sierras Velasco y Famatina, este valle ofrece un suelo de muy buen drenaje, además de un microclima especial, con días de verano calurosos y secos, y noches frescas que se combinan con el aire puro y su topografía desértica, lo que asegura condiciones ideales para el crecimiento y la maduración de uvas y aceitunas.
Gracias a la calidad del terruño, en éste se obtienen algunos de los mejores ejemplares de bonarda del país, además de cepas que ofrecen excelentes vinos, como malbec, cabernet sauvignon, syrah y torrontés.
La bodega fue construida en 2002 y es una de las más modernas y tecnológicamente avanzadas de su tipo en Argentina.
En 2005 se inauguró la almazara, incorporando la última tecnología para producir la creciente cosecha de aceitunas y obtener un aceite de oliva de calidad Premium.
En materia de vino, Valle de La Puerta presenta sus líneas: Clásico, Alta, Reserva y Gran Reserva, y las marcas Rebelde y la selección premium: Colección Quinquela. Dos bodegas que, a la sombra de la Cordillera de los Andes, sueñan con seguir homenajeando la historia argentina que las vio nacer, crecer y expandirse.