El grupo químico y farmacéutico Bayer invertirá 5.600 millones de dólares en el desarrollo de herbicidas alternativos que no estén basados en glifosato, según anunció en un comunicado.
La compañía tomó esa decisión después de haber recibido tres condenas en Estados Unidos por los potenciales efectos cancerígenos del herbicida RoundUp, un producto basado en glifosato desarrollado y fabricado originalmente por Monsanto.
El grupo alemán adquirió Monsanto en junio de 2018 por un total de 63.000 millones de dólares. Desde el cierre de la adquisición de la firma estadounidense, la cotización de las acciones de Bayer acumula un retroceso de 41,9% en la Bolsa de Frankfurt.
Según los últimos datos ofrecidos por Bayer, la empresa se enfrenta a más de 13.400 demandas en Estados Unidos por ese producto.
Hasta ahora, Bayer había defendido su producto tras cada sentencia asegurando que no estaba demostrado que fuera cancerígeno.
Desde 2017, la firma difundió un total de 107 estudios realizados de forma interna sobre el glifosato.
“Estamos haciendo buenos progresos en la integración del negocio agrícola adquirido y ahora vamos a empezar a implementar una serie de medidas para mejorar la transparencia y la sostenibilidad”, subrayó el consejero delegado de Bayer, Werner Baumann.
Esas medidas están dirigidas a resolver las preocupaciones que Bayer “ha escuchado” sobre su papel en la agricultura en los últimos 12 meses.
La multinacional de Leverkusen decidió suprimir la marca Monsanto tras culminar la mayor compra de sus más de 150 años de historia, aunque mantuvo los nombres de los productos incorporados al catálogo de Bayer.
Pese a la decisión de invertir en herbicidas alternativos, el grupo químico ha asegurado que el glifosato “seguirá jugando un papel importante en la agricultura y en la cartera de Bayer”.