La entidad, a través de su gerente de relaciones institucionales, Milagros Medrano, ve con buenos ojos la decisión del Central de bajar las tasas de interés, y aunque reconoce que durante el primer trimestre del año la situación continuará compleja, es optimista. Para reactivar la economía insta a que todos los sectores “hagan sus esfuerzos”. Admite que el año pasado no obtuvo ganancias reales y que se dedicó a reestructurar las deudas de sus clientes.
Banco Macro ve con buenos ojos las señales del Gobierno de Alberto Fernández por las que ya el Banco Central comenzó a bajar las tasas de interés, abriendo las primeras posibilidades reales de líneas de créditos para Pymes. La entidad no ha escapado de la complejidad económica registrada el año anterior, por la que ha salido a reestructurar las deudas de sus clientes. Pese a las crisis, nunca ha dejado de invertir en renovación edilicia y actualización tecnológica, apuesta que continuará vigente este año con una inversión de 40 millones de dólares en todo el país, según adelantó en diálogo con la prensa cordobesa, Milagros Medrano, la gerenta de Relaciones Institucionales y Atención al Cliente de Banco Macro, en su ya casi tradicional paso por Córdoba en plena temporada de verano.
La gerente de Relaciones Institucionales hizo un balance de 2019, sobre el que destacó que a pesar de que el sistema financiero “siempre estuvo sólido y líquido” a diferencia de otras industrias, “la gran complicación fue el crédito”. “ Las tasas cada vez más altas, la gente cada vez más endeudada y las empresas complicadas. Tuvimos crisis con los depósitos y tuvimos que explicar a la gente que no era lo mismo que el 2002, en donde se creía que teníamos los dólares y no los teníamos. Salimos a calmar a la gente para que entendiera que los dólares sí estaban en los bancos, claramente no fue bueno para ningún sector”, explicó.
En ese sentido, el banco puso énfasis en la reestructuración de la deuda de sus clientes, entendiendo que muchos se endeudaron con las tarjetas de créditos, con la intención de que “puedan comer y pagar”, según indicó.
“En el caos estuvimos cerca de las empresas y de los individuos, tenemos muchos años y muchas crisis, y lo que sabemos hacer es estar cerca del cliente para acompañar y para estar preparados para cuando el mercado se reactive”, amplió.
Al respecto, indicó que gracias a ese trabajo, la mora se encuentra en el orden de 2% y ·5 dependiente del sector y del segmento.
No obstante, Medrano reconoció que si bien la entidad no perdió dinero en su balance final, tampoco obtuvo ganancias si se considera el porcentaje de inflación. En ese sentido, dejó en claro que el corazón del negocio de un banco que es “prestar”, fue el más deteriorado, al tiempo que aseguró que va a “tardar” en recuperarse .
“El negocios financiero de un banco es prestar, captar depósitos y prestar y eso está muy deteriorado y va a costar recuperar porque recién ahora hay un interés de bajar las tasas de interés, se están acomodando las variables macroeconómicas”, dijo.
Préstamos
Con todo, recordó que el nivel de préstamos estuvo muy comprometido durante el año pasado. Con tasas que han llegado casi a 70%, “ es decir el costo del dinero primario que es donde se empieza a mover y armar todo el intercambio del depósito y del crédito”, tanto individuos como empresas descartaron la posibilidad de endeudamiento, según agregó.
Indicó que el Banco Central bajó las tasas a 52% días atrás, porque lo que ya salió una línea que se habilitará desde febrero para incentivar los créditos MiPyme. “Nos liberan encajes, tenemos un porcentaje de esos encajes para colocar Mipymes, las tasas van a ser de máxima 40%, con préstamos destinados a descuentos de cheques hasta 180 días y préstamos amortizables a 12 meses (para capital de trabajo)”, dijo quien lo evaluó como un incentivo para mover la economía y para que las Pymes, uno de los sectores más desprotegidos, empiecen a tener otras perspectivas.
“Creo que son señales de que se quieren acomodar las cosas, claramente para nadie la tasa del 40% es buena, pero el Central llegó a tener tasas de 80%, y que ahora las haya bajado a 52%, un crédito a 40% dadas las circunstancias es más que aceptable”, graficó.
Del mismo modo, si se tiene en cuenta la inflación, puede verse como una tasa negativa. No obstante, la directiva consideró que no se pueden ver las “cosas tan puntuales” sino el espíritu de las medidas. “No podemos seguir con tanta inflación pero tenemos que reactivar la economía, inflación y recesión es la peor receta del mundo, hay que incentivar a las empresas a través de estas líneas y otras que se puedan activar para que las empresas puedan volver a producir, a vender, para el individuo tenga algo de dinero en el bolsillo y se empiece a mover la rueda. Es momento en que todos los sectores e individuos debemos poner algo”, aseguró.
Puntualmente, hizo referencia al sector bancario, que deberá colocar “líneas para ayudar”, por su parte, el sector trabajador no “podrá pedir paritarias desbordantes” y las empresas tendrán que hacer el esfuerzo de “no echar gente y mantener los costos”. “La comunidad del país va a tener que dar su granito de arena”, enfatizó.
Personales e hipotecarios
En cuanto a los créditos personales, si bien las líneas siempre continuaron durante el año pasado y el anterior, las dejaron de promocionar por las tasas altas. No obstante, durante la semana pasada las tasas también bajaron a 60% nominal en promedio, según precisó, con lo cual se suman a las señales de reactivación.
Por lo contrario, con los créditos hipotecarios, los inconvenientes en tomarlos no sólo están en torno a que las líneas UVA- sujetas a la inflación mediante el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER) , sino, al stock de viviendas y al valor de las viviendas que se encuentran en dólares.
“La segunda problemática es la cantidad de viviendas que tiene Argentina y el valor que siempre está en dólares. Hay pocas viviendas y con valores de referencia en dólares, es muy difícil absorber una cuota en pesos de un salario que cada vez se hace más complicado llegar”, comprendió, con lo cual ve muy lejos aún la posibilidad de reactivación del crédito para viviendas mientras las variables continúen muy alejadas, los salarios quietos y el dólar movido en precios.
Arrastre
En línea, pronosticó que durante el primer trimestre del año la actividad continuará complicada por cuanto van a tardar en acomodarse todas esas variables. “No se puede medir solo una variable sino el conjunto de variables para que un país sea competitivo, venimos de una inflación alta que va a tardar en acomodarse, tenemos que mirar el tipo de cambio, no tener déficit fiscal ni comercial, tenemos que ver como ser sustentables en el tiempo, es un proceso que se irá generando de a poco para que esto vuelva a tener una viabilidad”, explicó.
“Si este nuevo Gobierno tiene esas intenciones, Banco Macro va a acompañar”
“Hay dos cosas que son indiscutibles en el mundo, que no se puede tener una inflación de más de un dígito y que no se puede tener recesión, tampoco déficit comercial ni financiero. Si este nuevo Gobierno tiene esas intenciones, Banco Macro va a acompañar, ya vieron lo que pasó con Portugal o Grecia, que tuvieron que tener sus cuentas normales porque es la única manera de atraer fondos e inversiones”, apuntó Medrano.
“Las señales deben venir de todos los sectores pero el primero que da señales es quien conduce el país. Hay mensajes que están buenos, el de tranquilizar a los mercados, pagar la deuda, hablar con los acreedores y los fondos, y de a poco se van viendo las medidas que empiezan a tomar como positivas”, remarcó.
Inversión constante
Medrano confirmó que a pesar de la crisis Banco Macro no dejó de invertir en estructuras y tecnologías. En todo el país, la entidad destinó más de 30 millones de dólares en la transformación digital, basada en tres ejes: mejorar la experiencia de los clientes, habilitar nuevas formas de ventas digitales y optimización de la experiencia del cliente en cada sucursal.
En cuanto al acceso del cliente avanzan con desarrollos mediante sistemas biométricos de voz, cara y huellas digitales; en lo que respecta a nuevas formas de ventas digitales han desarrollado una plataforma para préstamos de clientes y no clientes.
La renovación de las sucursales físicas consistente en la incorporación de tecnología y la optimización del layout en función de eso se hará a la medida de cada cliente. “Tenemos clientes de la Quiaca a Ushuaia de todos los segmentos, tenemos 800 mil jubilados de todas las edades, pagamos a los Wichis, somos agentes financieros de cuatro provincias y de algunos municipios, es decir, conocemos muchas realidades, por lo que estamos probando en todas las sucursales. Por ejemplo el cambio de PIN, la supervivencia para jubilados con biometría, que el cliente pueda solo autogestionar su clave y haga el blanqueo del Pin”, adelantó Medrano.
El plan iniciará con la instalación de dos o tres sucursales por cada segmento de atención del banco para probar soluciones que se adaptan a cada público. El banco cuenta con más de 400 sucursales y si se suman los centros y los anexos de pago, cerca de 500. Entre los planes de reconversión, Córdoba está en la mira. También se barajan sistemas de corresponsalías y billeteras electrónicas, según adelantó.
Inversión
La previsión para este año es destinar 40 millones de dólares en la transformación digital, que tiene foco en mejorar el acceso digital al cliente, ampliar la plataforma digital de ventas de préstamos y reestructurar con tecnología las sucursales físicas para facilitar la gestión a los distintos tipos de públicos. “Tenemos clientes de la Quiaca a Ushuaia de todos los segmentos, tenemos 800 mil jubilados de todas las edades, pagamos a los Wichis, somos agentes financieros de cuatro provincias y de algunos municipios, es decir, conocemos muchas realidades”.