El servicio ayuda a potenciar a la persona y su estilo, y enseña a comunicarse correcta y coherentemente según sus objetivos y el ámbito en el que se desarrolla
“La imagen es una herramienta, un instrumento que inevitablemente comunica. Si es utilizada de manera estratégica, oportuna y eficiente se puede llegar a comunicar exitosamente generando influencia, liderazgo, dominio, privilegios, distinciones, oportunidades y seguidores leales”.
Así lo explica a Comercio y Justicia la asesora de imagen cordobesa, Evelyn Tucci, quien afirma que este servicio resulta cada vez más demandante en el ámbito corporativo, político y empresarial.
“En el ámbito laboral, esta asesoría es cada vez más importante. Muchas veces la imagen de la persona no es congruente con lo que quiere transmitir y esta sintonía se logra revisando los objetivos profesionales, analizando el mercado objetivo y acomodando la imagen para lograr un equilibrio entre su autenticidad y su entorno”, explicó la especialista, en tanto que remarcó que este servicio “ayuda a potenciar a la persona y su estilo, ser auténtica consigo misma y comunicar correctamente y coherentemente de acuerdo a su contexto”.
Según estudios sobre el tema, está comprobado que la imagen personal se percibe siete por ciento de la comunicación verbal (lo que se dice), 38% del tono de voz (cómo se lo dice -la entonación, los silencios, etcétera-), mientras que 55% corresponde al lenguaje corporal y la imagen visual, es decir gestos, posturas, expresión del rostro y la vestimenta, entre otros.
“Nuestra imagen la construimos desde los roles que vamos cumpliendo y los mensajes que queremos dar con ella. La pregunta que le hago a mis clientes es, primero, qué quieren comunicar, y segundo, si están comunicando lo que quieren”, explicó Tucci.
Un asesoramiento de imagen lleva su tiempo y depende de cada necesidad. Puede demandar de un mes a dos o hasta seis meses, según los procesos de cada uno. Consiste en una serie de reuniones con el asesor en la que se estudia y trabaja a partir de los objetivos que tiene el cliente en los ámbitos personal y profesional. De acuerdo con eso, se plantean reuniones y pasos para potenciar la imagen. En una primera instancia, se elaboran cuestionarios para definir estilos, objetivos, gustos y preferencias, entre otras características que hacen también del autoconocimiento de la persona.
Por otro lado, se realizan diferentes pruebas y test, como el de colorimetría, mediante el cual se define la paleta de colores y su combinación para mejorar los rasgos según las características físicas de cada cliente. También se hacen test de estilismo y morfología, que definen el tipo de silueta y a partir de ahí se ahonda sobre conceptos de ilusionismo óptico, una manera de disfrazar las imperfecciones y potenciar las virtudes físicas de cada uno.
“Para lograr armonía en el vestir es necesario aplicar la herramienta correspondiente. Saber donde el cliente debe aplicar líneas, cortes, costuras, apliques, volados, tachas, cintos, etcétera, lo que lo hará ver seguro y en armonía”, advirtió Tucci.
Otros pasos que contempla el asesoramiento, incluye el test de visagismo (estudio de los rasgos faciales de una persona que permite saber qué corte de cabello es más conveniente de acuerdo a su fisonomía), fondo de armario (un análisis de las prendas que tiene y necesita cada persona según su ocupación y vida social) y personal shopping (acompañamiento para realizar compras de indumentaria, accesorios y calzado).
“La asesoría de imagen no se aprende en una primera reunión, es un proceso que implica cambios, los cuales se van notando de manera progresiva”, agregó.
El precio del asesoramiento de imagen varía según la necesidad y el servicio. Hay asesorías exprés, para algún evento especial, o integrales que contemplan todos los pasos anteriormente mencionados y oscila entre $2.000 una sesión, a un asesoramiento integral de hasta $10.000.
Consultada acerca de la relación de esta tendencia en el resto del mundo con lo que sucede en Córdoba, Tucci, advirtió que en “otros países este servicio es de gran importancia y la mayoría de los empresarios cuenta con su asesor. En Córdoba recién se está incorporando y la gente lo valora cada día más”.
En algunos lugares, las compañías acuden a estos especialistas para mejorar la imagen de su negocio, por ejemplo, ayudando a crear un nuevo código de vestir de los trabajadores que refleje la marca, o enseñando al personal cómo pueden mejorar sus habilidades de comunicación en reuniones de negocios. También, son contratados para ejecutar programas de formación, entrenamiento, talleres o seminarios, cubriendo aspectos como la imagen en el lugar de trabajo, la primera impresión, el lenguaje corporal y la etiqueta empresarial.
“El asesoramiento de imagen es recomendable para toda persona que necesite comunicar a través de su apariencia o simplemente para quien necesita un consejo o ayuda sobre su manera de vestirse para un evento en particular y/o para su rutina diaria. Desde los adolescentes que necesitan definir su estilo para, por ejemplo, su fiesta de egresados, hasta los profesionales y trabajadores de pequeñas y grandes empresas”, concluyó Tucci.
La imagen ideal
Una asesoría integral contempla definición de objetivos y autoconocimiento del cliente, pruebas y test de colorimetría, visagismo, morfología, estilismo, fondo de armario y personal shopping, entre otros.