Por Luz Saint Phat / [email protected]
La tensión crónica y prolongada en el tiempo tiene diferentes efectos psíquicos y físicos. La Asociación Americana de Psicología advirtió de algunos aspectos claves necesarios de considerar. El apoyo social es central para potenciar el bienestar
En pocos días, comienza el último mes del año y, usualmente, se trata de una época festiva al mismo tiempo que muy demandante.
Mientras se asiste a fiestas laborales y familiares, también se atienden las exigencias laborales que suelen ser bastantes.
En el medio, particularmente en Argentina, también existen otros factores que generan tensión como la situación económica, el cambio de Gobierno y las expectativas creadas en torno a los cambios que se implementarán en el país a partir del próximo 10 de diciembre.
Todas estas variables sumadas pueden dar lugar a un proceso de estrés permanente, que es necesario monitorear.
Al respecto, recientemente, La Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas e inglés) indicó recientemente seis claves sobre el estrés que pueden ser interesantes de considerar.
Vale señalar que la entidad publica anualmente una investigación que mide el estrés en la población estadounidense y, a partir de esos datos, genera recomendaciones generales.
Aunque el contexto y la cultura donde se efectúa este relevamiento es muy diferente a Argentina, las sugerencias tiene aplicación mundial.
“La continua prevalencia y gravedad del estrés lo ha convertido en un área crítica de investigación para los psicólogos, que han realizado cientos de investigaciones sobre el tema a lo largo de los años”, explicó el artículo publicado por la entidad estadounidense y firmado por Anna Medaris.
Entre los hallazgos más sobresalientes de los últimos tiempos, se encuentran seis puntos para tener en cuenta.
La primera advertencia es que el estrés, además de provocar aflicciones que pueden considerarse estrictamente del aparato psíquico, también se manifiesta en el cuerpo.
“Todos hemos sentido cómo el estrés a corto plazo, como un sobresalto, puede hacer que el corazón se acelere. Y el estrés continuo puede acumularse, causando inflamación, desgaste del sistema inmunológico y sobreexposición del cuerpo a hormonas del estrés como el cortisol”, explicó APA.
“Como resultado, las personas con estrés crónico tienen un mayor riesgo de sufrir una serie de dolencias que incluyen problemas digestivos, enfermedades cardíacas, aumento de peso y accidentes cerebrovasculares”, aseguró el artículo.
En segundo lugar, y relacionado en el punto anterior, resulta clave comprender que los efectos físicos del estrés muchas veces son internos y no visibles desde un primer momento.
En relación a esto, APA destaca investigaciones donde – por ejemplo- se descubrió que estudiantes afroamericanos de bajos ingresos que eran “psicológicamente exitosos” o que “mostraban un fuerte sentido de autocontrol y perseverancia”, envejecen más rápidamente. a nivel celular, un predictor de problemas de salud crónicos e incluso de muerte prematura.
Por otro lado, es preciso advertir que los efectos del estrés no finalizan una vez que termina la experiencia que originó el malestar
“De manera similar, el hecho de que alguien haya sobrevivido a una experiencia estresante o incluso traumática no significa que su cuerpo se recuperará de inmediato o una vez que el evento haya terminado”, dijo en este artículo la profesora de psicología de la Universidad de Northwstern, Edit Chen. “Muchos estudios han documentado vínculos entre las experiencias de vida estresantes en la infancia y un mayor riesgo de enfermedades como las cardiovasculares muchos años después”.
En relación a este tema, el texto citó un análisis realizado sobre la base de otros 187 estudios, el cual permitió revelar que los factores estresantes de la vida temprana están relacionados con la inflamación que esos efectos negativos se agravan en el período de adultez
Un párrafo aparte merece la cuarta clave. Se trata del “apoyo social”, como factor central para la disminución del estrés.
“Los vínculos sociales fuertes pueden proteger contra enfermedades físicas y mentales relacionadas con el estrés, como enfermedades cardíacas y depresión, reduciendo el riesgo de muerte prematura en un 50%”, aseguró el artículo.
Aún así, se señaló que lograr “ese apoyo puede ser más fácil de decir que hacer”. De hecho, en la encuesta sobre estrés que realizó APA en la población estadounidense este año, se descubrió que “dos tercios de los adultos dijeron que les habría venido bien más apoyo emocional durante el año pasado”. Además, poco más de la mitad de las personas encuestadas aseguró que desearía tener a alguien a quien acusar en busca de consejos.
En cuanto a las estrategias, los especialistas también alertaron sobre la evitación como forma de afrontamiento de las dificultades, aún cuando las situaciones se encuentren fuera del control personal.
Finalmente, el documento de la APA señaló que el estrés no es “del todo malo”. En esta línea, en la encuesta de la organización, 73 % de los adultos dijeron que aún pueden hacer cosas cuando sienten estrés, y 59 % dice que pueden superar el estrés rápidamente. “Necesitamos algo de estrés para desarrollarnos como humanos en toda nuestra capacidad, para aprender a manejar los desafíos”, dijo sobre este tema Kathryn Grant, profesora de psicología del Colegio de Ciencia y Salud DePaul.