Los participantes del estudio indicaron poco cambio de hábitos y una mejor regulación emocional en este segmento de la población
¿Cómo están vivenciando los adultos mayores el tiempo de pandemia y cuarentena que se está atravesando en el país?
Ésta es una de las preguntas que impulsó la realización de un estudio sobre factores psicosociales que se encuentran presentes en este segmento de la población durante este año, caracterizado por las medidas de aislamiento y distanciamiento social para prevenir el contagio de coronavirus, focalizando en este tipo de grupos de riesgos.
La investigación, denominada “Aspectos psicosociales de las personas mayores en cuarentena”, fue desarrollada por los académicos Ricardo Iacub, Christian Arias, Ana Kass, Bárbara Herrmann, Solange Val, Luciana Slipakoff y Mariana Gil del Muro. Mientras, los resultados fueron publicados en la revista Interacciones Psi, que pertenece a la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires.
Las personas mayores han sido identificadas, en el marco del aislamiento social, preventivo y obligatorio, debido al covid-19, como uno de los grupos en riesgo, razón que motivó desde la Cátedra de Psicología de la Tercera Edad y Vejez de la UBA, a indagar de qué modo, y en qué aspectos psicosociales, esta situación les afecta”, explica la introducción de la publicación.
“De esta manera, se proyectó una encuesta en la que se investigaron aspectos anímicos, emocionales, conductuales, cognitivos, de apoyo social e instrumental, así como modos de enfrentar la pandemia. Para desde allí dar cuenta de la situación actual, de manera de poder diseñar abordajes que prioricen las necesidades, en este contexto tan particular y sin antecedentes”, detalló el documento que se encuentra online.
Para la realización del estudio, se implementó un cuestionario “diseñado ad-hoc” por especialistas en el tema, el cual fue administrado por alumnos e integrantes de la cátedra. La herramienta de recolección de datos se aplicó a personas mayores de 60 años que residen en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), de manera telefónica.
En detalle, según se explica en el artículo de la publicación académica, la muestra quedó conformada por 758 personas mayores de 60 años, de las cuales 70.4% fueron mujeres y 29.6% varones.
Según se especificó, 41,1% de las personas encuestadas manifestó vivir sola; 15,8% con una persona; 25,6% con dos personas; 10,7% con tres y 7% con más de tres personas.
Mientras, 67,1% consignaron estar jubilados y/o retirados; 22,1% indicó que trabaja y el 10,8% se ubicó en ambas categorías.
En tanto, los niveles educativos de la muestra quedaron conformados por hasta primaria completa 13,9%; secundaria incompleta 12,8%; secundaria completa, terciario y universitario incompleto 37%; y terciario, universitario completo y más 36,1%.
Principales hallazgos
En las conclusiones, los académicos indicaron que -principalmente- “la encuesta muestra datos positivos con relación a los modos de vivenciar esta etapa, presentando pocos cambios de hábitos”, y agregaron que “el factor ajuste ante los nuevos contextos explica, en buena medida, por qué los hábitos no parecen haber cambiado notoriamente, más que nada en mujeres, personas más viejas, jubilados que no trabajan y aquellos que no son jubilados”.
En tanto que, según se pudo observar “los niveles educativos aparecen como una de las variables de mayor peso en la determinación de los recursos emocionales, la satisfacción con la comunicación y el control de los hábitos saludables”.
En este marco, los investigadores manifestaron que a partir de los resultados del estudio es posible “inferir una mejor regulación emocional que permite una moderación en las emociones negativas”
En este sentido, aunque algunos encuestados indicaron un aumento en la ansiedad, ésta se mostró en descenso “cuando la pregunta aborda los miedos o los pensamientos recurrentes sobre la muerte”
Según el equipo que desarrolló el estudio, “entre los facilitadores para atravesar la cuarentena” se destacan “un fuerte apoyo en recursos internos como la tolerancia, la paciencia, mantener el buen humor, tener capacidad de adaptación, mantener la calma y ser creativos”.
“Todo esto indicaría un control secundario, es decir la capacidad de postergar lo que no se puede realizar o realizarlo a través de otros o simplemente modificar el deseo, cuando no se encuentra la posibilidad de efectivizarlo”, se explicó.
En parte, los resultados pueden interpretarse con relación a teorías que explican cuestiones relacionadas con la etapa de la vida que transitan los adultos mayores.
“Todo esto constituiría un sostén al concepto de la paradoja de la vejez (Mrozek y Kolarz, 1998), que muestra que, más allá de tener más pérdidas biológicas, psicológicas y sociales, el nivel de bienestar suele ser alto”, explicaron.
Aun así, los estudiosos advirtieron de que “es importante tener en cuenta que estos mecanismos resultan posibles en escenarios medianamente controlables como los que hasta el momento estamos observando”.
En esta línea, es fundamental aclarar que “la encuesta no nos brinda más que una lectura actual de este escenario de pandemia y cuarentena y no es posible saber en qué medida puede sostenerse si se agravan los escenarios o se extienden por períodos más prolongados”.