sábado 23, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

“Lo importante es escuchar qué le pasa al niño y no enfocar en la patología”

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Padres y docentes deben estar atentos a las problemáticas que surgen en el aula para evaluar si es necesario comenzar un tratamiento. La medicación no es siempre una solución y escuchar al chico o cambiar las rutinas familiares y escolares pueden modificar situaciones conflictivas.

Por Luz Saint-Phat – [email protected]

En época escolar y ante las problemáticas que surgen en el aula -tanto en el proceso de aprendizaje de los alumnos como en la vinculación entre pares- padres y docentes deben estar atentos para evaluar si es necesario comenzar un tratamiento. La medicación no es siempre una solución y escuchar al niño, desarrollar nuevas estrategias de enseñanza o cambiar las rutinas familiares pueden modificar situaciones conflictivas.

Martha Moreno es licenciada en Psicología y coordinadora del Centro Integral Infanto Juvenil de la provincia de Córdoba. También es miembro la Junta Ejecutiva del Colegio de Psicólogos local y, junto a estas instituciones, forma parte del Forum Infancia Red Federal Córdoba.

En diálogo con Comercio y Justicia, la especialista señaló cuáles son las problemáticas más frecuentes y advirtió de la importancia de reducir al mínimo la administración de medicamentos en la infancia.

-¿Cuáles son las problemáticas psicológicas infantiles más frecuentes en el ámbito escolar, por las cuales consultan actualmente docentes y padres?
-En el ámbito público, recibimos consultas de docentes y padres relacionadas con los problemas que los chicos tienen en el aprendizaje y con las dificultades de conducta que se manifiestan el momento de la vinculación entre pares o con los adultos, lo cual se presenta en forma de peleas, conflictos y violencia. Lo que llama la atención es que estamos recibiendo estas consultas respecto de casos a muy temprana edad; nos están planteando dificultades en el jardín de cuatro, de cinco y en los primeros grados. Lo que resulta significativo es que también desde temprana edad se está derivando a los niños a neurólogos y psiquiatras, sin pensar en trabajar e intervenir esto previamente en el ámbito escolar.

-¿Qué predominancia tienen hoy en Córdoba los tratamientos que intervienen estas situaciones utilizando fármacos? ¿Qué consecuencias tiene esto en los niños, las familias y la escuela?
-El tema es que, justamente, como los casos se derivan a priori a neurólogos y psiquiatras, en varias ocasiones los tratamientos suelen terminar en diagnósticos que rotulan al niño y conllevan generalmente una medicación, sin espacio para poder pensar en otras alternativas que no incluyan los fármacos desde tan temprana edad. En este sentido, tenemos que señalar que dar una medicación puede resultar contraproducente si tenemos en cuenta que estamos hablando de niños muy pequeños. Esto, principalmente por los efectos colaterales y porque la dosis debe sostenerse en el tiempo. Por otro lado, también impide que se pueda pensar en profundidad qué le puede estar pasando al niño para que presente dificultades. Muchas veces, un alumno que tiene problemas en el aprendizaje es rotulado como hiperquinético o con un síndrome de desatención, cuando en realidad está atravesando alguna situación familiar complicada y eso influye en su predisposición a aprender.

-Hace pocos días, distintos ministerios de Educación del país acordaron trabajar contra el abuso de la medicación en la infancia ¿Cuáles son las estrategias en esa línea que se están llevando adelante en Córdoba?
-El acuerdo es muy importante porque de alguna manera se empieza a visibilizar que la medicación tiene consecuencias no deseadas. La idea de Córdoba es trabajar articuladamente con las escuelas para ayudar a pensar a las docentes sobre las dificultades que se presentan en el aula. Tenemos que tener en cuenta que muchas escuelas todavía funcionan desancladas de las transformaciones actuales, en estos tiempos en los que los chicos y las familias están atravesados por las nuevas tecnologías, y cuando los padres -quienes trabajan mucho- están más desvinculados de lo que sucede en el colegio y no pueden acompañar el proceso de aprendizaje de sus hijos. Entonces, nosotros planteamos un trabajo conjunto con la escuela para ver de qué modo las docentes pueden tomar nota de estas cuestiones y trabajar conjuntamente con agentes de salud mental que intervengan de otro modo las problemáticas de los chicos evitando -en la medida de lo posible- los tratamientos con medicación.

-¿Qué recomendaciones sugiere para que padres y docentes puedan detectar a tiempo las problemáticas psíquicas de los niños y desarrollen estrategias en el ámbito escolar o familiar?
-Lo importante es que tanto padres como docentes realicen un asesoramiento previo a la derivación médica, ya sea dentro del mismo ámbito escolar o con algún agente de salud mental que pueda valorar la complejidad de cada caso y guíe la intervención de una manera que no implique necesariamente un tratamiento farmacológico. Muchas veces la intervención puede ser pensar un cambio en las modalidades de vinculación entre padres e hijos, que los miembros de la familia pasen más tiempo juntos, con más tiempo de escucha.

Lo importante es escuchar qué le pasa al niño y no enfocar en la patología, porque las dificultades que aparecen en el aula son llamados de atención de los chicos y es necesario evaluar qué están demandando.

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