La psicología positiva ofrece estrategias y herramientas para gestionar las emociones humanas en los entornos laborales y mejorar el desempeño de los trabajadores en empresas e instituciones.
Por Luz Saint-Phat – @LuzSaintPhat
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Conocer las herramientas que facilitan o dificultan el comportamiento positivo es un valioso recurso para gestionar las emociones humanas y mejorar el desempeño de los trabajadores en las empresas e instituciones.
Así, dar un feedback adecuado y a tiempo a los colaboradores, reconocerles sus aciertos y potenciar el desarrollo de su carrera son tres aspectos claves que los mandos gerenciales deben tener en cuenta al momento de conducir equipos de trabajo.
“Sobre este tema, tenemos una investigación que presentamos en Valencia, en la que destacamos los tres recursos en los cuales un líder debe focalizarse para tener buenos resultados”, explicó a Comercio y Justicia Estanislao Castellano, docente del programa focalizado Comportamiento Organizacional Positivo, que se dicta en el ICDA Escuela de Negocios de la Universidad Católica de Córdoba (UCC).
“Lo primero es asegurarse de que haya un buen feedback; es decir que las personas reciban información sobre sus aciertos y errores. En segundo lugar está el reconocimiento, es decir que el líder desarrolle acciones, gestos y palabras de gratitud y demostración positiva.
Además, también es importante que alguien se preocupe por el desarrollo profesional del trabajador, que lo estimule intelectualmente para que siga avanzando en su trabajo”, aseguró Castellano.
Estas herramientas surgen como correlato de la investigación y la aplicación de la psicología positiva en las organizaciones.
La disciplina enfatiza la importancia de las emociones positivas como la alegría, la gratificación y el entusiasmo en la mejora de la calidad de vida y trabajo de los individuos.
“La psicología positiva es una disciplina que se integra a la psicología tradicional y que pone el foco en indagar sobre qué variables explican el funcionamiento óptimo de las personas”, explicó el investigador del ICDA.
“En el caso del comportamiento organizacional positivo, el énfasis está en determinar cuáles son las variables que explican que la gente se sienta bien en el trabajo y que tenga un buen desempeño”, agregó Castellano.
De esta manera, a los fines de potenciar esas emociones positivas, el grupo de investigadores desarrolló estrategias ajustadas a las necesidades de distintas empresas locales.
“Lo que venimos trabajando está vinculado con la experiencia de flow, algo que permite que las personas sientan un nivel alto de concentración y estén implicadas en sus tareas”, subrayó el especialista en psicología organizacional.
Córdoba: más estrés pero más pasión
Las estrategias y herramientas señaladas por Castellano encuentran su sustento científico en variedad de estudios especializados que demuestran el rol trascendental que juegan las emociones humanas en el desempeño individual y colectivo.
“En el mundo, hace unos 15 años que se viene estudiando sobre psicología positiva; y más en profundidad sobre el campo organizacional hace 10 años”, dijo Castellano.
“En Argentina hemos arrancado hace unos cinco años y en Córdoba empezamos a validar protocolos de evaluación científica en el contexto local sobre una muestra de 2.700 casos, más o menos”, agregó el investigador.
“Así pudimos determinar cuál es un nivel promedio de distintas variables de bienestar, cuáles son los riesgos psicosociales, cuáles los recursos laborales que impactan sobre el nivel de desempeño laboral y cuáles son las creencias positivas que tienen las personas sobre el trabajo que favorecen el desarrollo profesional”, explicóo el docente.
“Tenemos un estudio comparativo entre la muestra cordobesa y una muestra española que señala que los trabajadores cordobeses tienen un nivel más elevado de estrés pero a la vez también tienen una gran capacidad de apasionarse y disfrutar su trabajo. Los extremos, tanto positivos como negativos, están un poco más elevados que en la muestra española”, reveló Castellano.
“Las situaciones laborales que se viven en Europa y en Córdoba son distintas en cuanto al contexto cultural y a lo que se vive día a día. Los cordobeses tienen muchos recursos internos, tienen un nivel de iniciativa y de proactividad un poco más alto, lo cual los lleva a plantearse desafíos más altos también. Cuando se tienen desafíos vinculados con los recursos, ahí empieza a fluir el trabajo y se encuentra la pasión”, concluyó.