ESCUCHARPor Luz Saint Phat / [email protected]
Dos especialistas en salud mental explican algunos aspectos de una dinámica de los vínculos contemporáneos. También delinean algunas recomendaciones
Muchas veces las relaciones actuales caen en círculos viciosos, con patrones dañinos y repetitivos, especialmente si la situación se observa con lentes de perspectiva de género.
En este contexto, la sexóloga Noelia Benedetto (MP 8136) y el magíster, psicólogo y presidente de la Fundación Enjambre Mauro Gross (MP 9543) precisaron a Comercio y Justicia en qué consiste el término “dumping afectivo“.
“En el último libro de Mona Chollet, que se llama Reinventar el amor, ella hace referencia justamente a un concepto que ella le pone dumping amoroso y en realidad -como lo que puede llegar a vincular a las personas son los afectos y puede haber algún afecto más allá o más acá del amor- yo prefiero hablar de dumping afectivo”, indicó Benedetto.
“Justamente esto del dumping se trata de ofrecer de nuestra parte afecto, atención y todo lo que una pone en una relación, reduciendo o rebajando las demandas que tenemos hacia la otra persona. Por ejemplo, en términos de reciprocidad, atención, empatía, reparto de tareas, reconocimiento. Y al hacer esta rebaja, digamos, no tan solo con otras personas, sino la hacemos al resto de las potenciales personas candidatas”, expresó la especialista.
“Es decir, si vos estás como potencial vínculo de alguien y le pedís poco y nada, por así decirlo, pretendes poco y nada, es muy probable digamos que esto te posicione en términos de dinámicas vinculares con más posibilidades ante otras personas, por esto de bajar el umbral por así decirlo. Algo semejante a lo que se habla ahora de bajar la vara”, detalló.
“El dumping es un concepto de economía que consiste en bajar los precios o bien minimizar las restricciones en términos de salarios, protección social o respeto por el medio ambiente para atraer más inversores. Entonces, pasándolo como metáfora a las dinámicas vinculares, Mona se refiere puntualmente a las rebajas que hacemos en relación a las demandas o pretensiones para con otra persona en relaciones sexoafectivas”, explicó.
En relación a la cuestión de género, la sexóloga advirtió de que “hace ruido hacer como una división binaria, pero al menos de lo que se ha escrito, de lo que se ha profundizado al respecto, es una cuestión binaria y heterosexual”.
“Por ejemplo para Evilus, que es una socióloga, que siempre la traigo con la acción, para ella justamente hay toda una explicación sociológica para esto, digamos no tan solo psicológica singular. Ella dice que -actualmente- hay una especie de tendencia de renuencia de los socializados varones al compromiso, por cuestiones a lo mejor de que se manejan en los vínculos con una estrategia de acumulación y también de desapego y, por otro lado, una predisposición a querer sostener vínculos por parte de las socializadas mujeres por una estrategia totalmente opuesta que es justamente la de buscar cierta exclusividad y de algún tipo de conductas de apego”, aseguró Benedetto.
“Entonces, en este sentido, habría una especie de asimetría en términos de proporciones, donde habría una proporción más alta de socializadas mujeres en búsqueda de socializarse en términos de exclusividad y quizás en relaciones un poco más estables frente a una proporción mucho más baja de varones que desean eso porque se manejan con estrategias opuestas”, señaló.
“Entonces hay un cúmulo más elevado de mujeres que compiten, por así decirlo, con esa muestra un tanto más escasa de oferta de varones que están dispuestos a vincularse con estrategias semejantes a las de las socializadas mujeres”.
Finalmente, la profesional alertó de que se trata de “una especie de una oferta muy precarizada a nivel de lo vincular, quizás un tanto más liviana en términos de compromiso y ética afectiva, y esto lo que hace a veces es justamente que este fenómeno empiece a repetirse en la trayectoria vitales de algunas personas”.
Caminos posibles
En función de esta problemática, existen caminos posibles a transitar.
“Una de las formas de enfrentar esta problemática es trabajar en los aspectos de validación personal y de autoestima. No creer que prestar atención a las necesidades es exigir demasiado”, explicó Gross por su parte.
“Otro punto importante es revisar si tenemos disponibilidad para construir un vínculo, así como si la otra persona también lo tiene y además si hay un interés genuino. Si la otra persona nos plantea de no estar disponible, ahí hay ya una bandera roja y una respuesta para tener en cuenta”, agregó.
“Otra opción es diferenciar si eso que queremos o deseamos puede darse efectivamente de una manera sana dentro del vínculo en cuestión o si se trata más bien de una imposición para satisfacer nuestras expectativas”, señaló el presidente de la Fundación Enjambre.
