La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que más de 20% de este segmento de la población mundial presenta distintas afecciones psíquicas
Más de 20% de la población mundial de adultos mayores padece algún tipo de trastorno mental, según lo indicó este año la Organización Mundial de la Salud (OMS) en una nota descriptiva titulada “La salud mental y los adultos mayores”, publicada en abril de este año en su sitio web (http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs381/es/).
El dato es relevante si se tiene en cuenta que las estimaciones de distintas organizaciones internacionales señalan que, entre 2015 y 2050, la proporción de la población mundial mayor de 60 años se multiplicará casi por dos, pasando de 12% a 22% del total de habitantes del mundo.
“Aunque la mayoría de las personas mayores tiene una buena salud mental, muchas corren el riesgo de presentar trastornos mentales, enfermedades neurológicas o problemas de consumo de sustancias, además de otras afecciones como la diabetes, la hipoacusia o la artrosis”, dice el texto consultado.
Específicamente -continúa la nota-, “más de 20% de las personas que pasa de 60 años de edad sufre algún trastorno mental o neural (sin contar los que se manifiestan por cefalea) y 6,6% de la discapacidad en ese grupo etario se atribuye a trastornos mentales y del sistema nervioso”.
Aseguró la organización: “Estos trastornos representan en la población anciana 17,4% de los años vividos con discapacidad. La demencia y la depresión son los trastornos neuropsiquiátricos más comunes en ese grupo de edad”.
En tanto, según indica la OMS, los trastornos de ansiedad afectan a 3,8% de la población de edad mayor y los problemas por abuso de sustancias psicotrópicas, a casi 1%.
Otro dato importante es que aproximadamente una cuarta parte de las muertes por daños autoinfligidos corresponde a personas de este tramo etario. “Es frecuente que los problemas por abuso de sustancias psicotrópicas en los ancianos se pasen por alto o se diagnostiquen erróneamente”, dice el texto.
Sobre la demencia, la OMS indica que es “un síndrome que se caracteriza por la mengua de la memoria y la capacidad de pensar, trastornos del comportamiento e incapacidad para realizar las actividades de la vida cotidiana”. En tanto, sobre la depresión, el documento indica que “afecta a 7% de la población de ancianos en general y representa 5,7% de los años vividos con una discapacidad entre las personas de 60 años de edad y mayores”.
Aun con estas cifras, la organización advierte de que “el personal sanitario y los propios ancianos no reconocen los problemas de salud mental en su verdadera dimensión, y el estigma de las enfermedades mentales propicia que las personas sean aún más reacias a buscar ayuda”.
Estrategias
Respecto de la construcción de un modelo de abordaje de esta problemática, la OMS indica cuatro aspectos a tener en cuenta por las políticas públicas destinadas a esta población.
Los criterios son la capacitación de los profesionales sanitarios en la atención a los ancianos; la prevención y atención de las enfermedades crónicas que acompañan la vejez, como los problemas mentales, neurales y por abuso de sustancias psicotrópicas; la elaboración de políticas sostenibles sobre la asistencia a largo plazo y los cuidados paliativos; y la creación de servicios y entornos que favorezcan a las personas de edad avanzada. Además, dice la organización, “la salud mental de los adultos mayores se puede mejorar mediante la promoción de hábitos activos y saludables. Ello supone crear condiciones de vida y entornos que acrecienten el bienestar y propicien que las personas adopten modos de vida sanos e integrados”.