Según los especialistas, la problemática es hoy central en la psicología ocupacional. Las estructuras extremadamente jerárquicas crean escenarios propicios para que suceda este tipo de hechos
Por Luz Saint-Phat – [email protected]
El clima de trabajo y las normas organizacionales pueden ser elementos claves para pensar y también prevenir el acoso sexual en el trabajo.
Esta conclusión se desprende de una nota descriptiva que el sitio de la American Psychological Association (APA) ha publicado recientemente, titulada “Acoso sexual en el lugar de trabajo, un problema crónico”.
En este documento, que consultó Comercio y Justicia, se recupera una investigación también publicada por la APA denominada “El acoso sexual: ¿hemos hecho algún progreso?”, en la cual se abordan distintos aspectos de este fenómeno que resulta hoy global.
En este sentido, la entidad destaca que “el clima organizacional es un fuerte predictor de acoso sexual en el lugar de trabajo y puede incluir situaciones en las que los hombres superan en número a las mujeres, los supervisores son predominantemente varones y hay un sentimiento entre los empleados de que las quejas no se tomarán en serio”. Asegura la organización: “La investigación ha demostrado que la dinámica de poder jerárquica está en la raíz del acoso sexual”.
Dijo el presidente de la APA, Antonio E. Puente: “La psicología puede ayudar, en forma de entrenamiento, pero sólo funciona si es parte de un esfuerzo integral y comprometido para combatir el problema”, y agregó que “la mayoría de las investigaciones apunta a las sanciones como la principal forma en que las organizaciones pueden ser menos tolerantes con el acoso”.
Al referirse a la actitud de éstas, Puente dijo que “las organizaciones deben ser proactivas en el establecimiento de políticas que prohíban el acoso sexual, aumentar la conciencia de los empleados, establecer procedimientos de presentación de informes y educar a los empleados acerca de estas políticas. Se necesitan más investigaciones para identificar los antecedentes de acoso que ayudarán a los empleados y gerentes a identificar y responder apropiadamente”.
El “poder imperial”
El acoso sexual en el lugar de trabajo es una cuestión que ocurre en el marco de las relaciones interpersonales y está vinculado con la seguridad física de cada trabajador, según explica la investigación de referencia de la APA.
Así, este tipo de conductas se ubica en la gama de comportamientos abusivos o contraproducentes que tienen -en su núcleo- relaciones de poder jerárquicas.
En ese sentido, la publicación hace uso del concepto de “poder imperial” -que han utilizado distintos autores- para mostrar cómo en las organizaciones esta posición puede conducir a acciones impulsivas y erráticas, al comportamiento autoritario y a relaciones de explotación.
“El poder imperial es tóxico en las relaciones y en el lugar de trabajo. Por lo tanto, la pregunta de investigación es si los líderes que hacen uso del poder imperial son más propensos a los comportamientos abusivos, incluyendo el acoso sexual”, indica el artículo consultado.
“Por cierto -aclara el documento- no estamos sugiriendo que los líderes o jefas sean los principales culpables de los casos de acoso sexual, pero indicamos que el tono y la naturaleza de la dinámica líder-seguidor en el lugar de trabajo es una piedra angular de la cultura organizacional”.
Estado de situación
“La investigación psicológica ha ofrecido una comprensión de las causas del acoso en el lugar de trabajo, así como algunas estrategias para prevenirlo o reducirlo. Sin embargo, los estudios son limitados respecto de las características propias de los hostigadores, lo que hace que sea difícil predecir quién lo hará, y dónde y cuándo. Lo que sí sabemos es que los hostigadores tienden a carecer de conciencia social y poseen comportamientos manipuladores, inmaduros, irresponsables y de explotación”, dice el presidente de APA.
En este sentido, especifica que se ha demostrado que el acoso sexual está dirigido principalmente a las mujeres, pero que los hombres también son el blanco de dicho comportamiento.
A este respecto, las mujeres tienden a presentar más efectos adversos que los hombres después de sufrir acoso sexual en el lugar de trabajo. Aquéllos pueden incluir ansiedad, depresión, trastornos de la alimentación, abuso de drogas y alcohol, estrés postraumático y un nivel más bajo de felicidad general.
En tanto, los perpetradores no son sólo supervisores o superiores sino también compañeros de trabajo, subordinados y clientes.