Validan despido de bancario condenado por abuso sexual contra una menor de edad

El fallo consideró ajustada a derecho la cesantía por pérdida de confianza dispuesta por el Banco de Córdoba. El tribunal tuvo en cuenta las repercusiones que el hecho penal causó en la sociedad [privado]

La Cámara del Trabajo de San Francisco consideró ajustado a derecho el despido fundado en perdida de confianza de un ex empleado del Banco de la Provincia, quien fue condenado en la Justicia penal abuso sexual contra una menor.

La jueza Roxana Beatriz Peredo sostuvo que con fecha 22-04-2015 se comunicó a Rubén A. Armando su despido, con base en: a) existencia de una sentencia condenatoria a dos años de prisión (en forma de ejecución condicional) por resultar autor responsable del delito de abuso sexual. b) que ese hecho tiene trascendencia directa en el prestigio y buen nombre del empleador, en el ámbito laboral y en la comunidad toda en la cual el banco desarrolla sus actividades y c) que ese accionar se contrapone al régimen de conducta interno de la empresa.

La magistrada evaluó que el banco probó la existencia de los hechos injuriantes que dieron origen a la “irremisible pérdida de confianza” invocada.

De la prueba, la jueza derivó que la condena penal contra el accionante tiene trascendencia directa en el prestigio y buen nombre del empleador, en el ámbito laboral y en la comunidad toda en la cual el banco desarrolla sus actividades, lo cual quedó acreditado por medio de los testimonios receptados, que fueron contestes al afirmar que tomaron conocimiento de lo ocurrido con Armando a través de diversas plataformas de carácter público (radio, redes sociales y prensa), coincidiendo en que la noticia se exteriorizó como un verdadero escándalo en la sociedad sanfrancisqueña.

Prensa

En esa dirección, Peredo remarcó que el tema tuvo inserción en la prensa escrita, como quedó corroborado con la informativa rendida por el diario La Voz de San Justo, que remitió una copia certificada de la Sección Policiales del ejemplar del 24 de junio de 2014, bajo el título: “Abusador fue condenado pero no irá a prisión”.

El nombre de una institución como el Banco de Córdoba sale a relucir ante la opinión pública, talla en aspectos que trascienden lo económico, los que pueden afectar el activo mas valioso de la entidad: el buen nombre y prestigio.

Esa publicación, reza textualmente: “Ayer por la mañana fue condenado a dos años de prisión de ejecución condicional el empleado bancario acusado de haber abusado sexualmente de una niña que era amiga de sus hijos. Rubén Armando recibió la pena en el marco de un juicio abreviado que se concretó al reconocer el hombre su culpabilidad en el hecho del que se lo acusaba”

La versión periodística añadía que el juicio estuvo a cargo del vocal de la Cámara del Crimen, Mario Comes y que en un principio se había previsto la realización de un juicio oral y privado cuya duración era de dos días, pero el imputado ayer por la mañana decidió aceptar su culpabilidad, por lo que se realizó el juicio abreviado.

Ocho años

Conforme la crónica del diario, “el empleado bancario estaba acusado de haber manoseado a una niña que al momento de ocurrir los hechos, en el año 2012, tenía ocho años”, añadiendo que la menor “era vecina y amiga de sus hijos y los hechos se habrían producido cuando la pequeña concurría a jugar con los niños al domicilio de este sujeto”, siendo que al momento de ocurrir los hechos, “Armando se desempeñaba en la extensión de mostrador que posee la entidad bancaria de la esquina de 1° de Mayo y boulevard 9 de Julio, en barrio Sarmiento. Si bien esta persona resultó condenada no irá a prisión ya que la pena impuesta es de ejecución condicional, por lo que cumplirá los años de pena en libertad.”

De lo expuesto, la magistrada infirió que el nombre de una institución como el Banco de Córdoba sale a relucir ante la opinión pública, talla en aspectos que trascienden lo económico, los que pueden afectar el activo mas valioso de la entidad: el buen nombre y prestigio. Remarcando la existencia de un detrimento de la “imagen corporativa”.

Repulsa

En esa dirección, la vocal apuntó que un hecho de tal naturaleza (abuso sexual de una niña), no puede sino ocasionar una fuerte repulsa social, como la ocurrida en San Francisco, “a la que las autoridades del banco debían dar una respuesta adecuada, acorde al momento histórico y circunstancias que rodeaban al caso”.

La magistrada finalmente consideró que ese accionar se contrapone, además, al régimen de conducta interno de la empresa, ofrecido como prueba por la demandada, concluyendo que la comunicación extintiva del vínculo laboral reunió los requisitos de causalidad, proporcionalidad y contemporaneidad, por lo que el despido de Armando resultó ajustado a derecho.