El mes pasado, en Valencia (España) un empresario del rubro gastronómico llevó a juicio al gigante TripAdvisor, el sitio web orientado al turismo que proporciona reseñas vinculadas a viajes y turismo y releva a unos cinco millones de restaurantes de todo el mundo.
Antonio Calero, propietario de los comedores Marina Beach Club y Panorama, le demanda a la compañía norteamericana más de 650 mil euros.
El actor considera que los responsables del portal no controlaron las opiniones negativas sobre la comida que ofrece en su club de playa y enfatizó que la plataforma no le permite dar de baja el perfil de su negocio.
En el marco del pleito, los abogados del actor plantean que el hecho de que TripAdvisor permita que alguien escriba, como sucedió en el caso, que los platos que sirve el comercio son “tóxicos” o que sugiera que no cumple con normativa laborales o que lo defina como “la casa del horror”, afectó seriamente el honor de su representado, así como la reputación de su negocio.
Por ese motivo, el gastronómico pide que la empresa lo indemnice por daño moral.
El propietario del restaurante sólo empezó a usar el perfil de Marina Beach Club después de que otro usuario lo creó. Trató de gestionarlo hasta que los comentarios agresivos comenzaron a reiterarse y a perjudicarlo. Los letrados del portal alegan que acceder a cerrarlo violentaría la libertad de expresión. “Si no hay un perfil creado, un usuario no podría dar su opinión ni compartir su experiencia, y esto es un derecho humano básico”, argumentó en el juicio Bradford Young, del equipo legal de TripAdvisor.
Además, aduce que la medida afectaría el derecho a la información de los viajeros.
El propietario del local tiene otra visión: dice que TripAdvisor atrapa a los comerciantes y que una vez que quedan dentro de la plataforma rige una suerte de tiranía. “Somos trabajadores forzosos de TripAdvisor”, manifestó en la audiencia inaugural.
Por otra parte, dijo que gestionar a diario el perfil le provoca estrés. En ese sentido, recordó que la plataforma recibe alrededor de 400 mil opiniones por día y que solo uno por ciento son denunciadas.
El pleito en trámite motivó que otros chefs y propietarios de comedores comenzaran a expresar sus objeciones sobre los métodos de TripAdvisor.
Un caso es el de los cocineros de Galicia, quienes denuncian prácticas poco ortodoxas y alertan que el portal los invita a pagar para escalar posiciones.
En ese sentido, afirman que se encuentran en una “situación de dependencia” y que deben trabajar a medio tiempo como community managers.
Jimena Meije y David Fernández, propietarios de María Manuela, y Andrés Médici, de PurOsushi, ambos situados en el centro de la ciudad gallega de Vigo, expusieron que bajaron de posición en el ránking cuando los comentarios seguían una línea similar. Los gastronómicos aseguraron que le enviaron un correo a la firma y que la sugerencia fue que dejaran reseñas positivas desde el propio restaurante.
Además, aseguran que les plantearon que para recuperar su lugar debían hacerse “prémium” y pagar y que como se negaron los bajaron más posiciones, pasando del puesto 21º al 160º.
Uno de los ejes de las quejas es que -a diferencia de páginas como Booking o ElTenedor, donde quien quiera opinar debe dar sus datos- en TripAdvisor no es necesario que los comentaristas revelan su identidad.