Sin probar la alta velocidad, rige la prioridad de paso

La Cámara interpretó que lo informado por el perito mecánico, en cuanto a la velocidad de conducción del demandado, no se sustento en hechos comprobables [privado] Al entender que la conducta exigible del actor, quien venía circulando por la izquierda de la calzada, era detener la marcha y esperar que la arteria se encuentre totalmente despejada para así poder ingresar de manera segura y sin riesgo, la Cámara 6ª Civil y Comercial de Córdoba hizo lugar al recurso de apelación planteado por la demandada, revocando la sentencia que le otorgó 60% de responsabilidad, al no probarse que venía conduciendo a alta velocidad que impidiera al accionante cumplir acabadamente con la regla de la prioridad de paso. El tribunal integrado por los vocales Alberto Zarza y Walter Simes al analizar la apelación advirtió no se encontró controvertido en esta instancia el hecho de la colisión, que el actor circulaba en dirección Este -Oeste y la demandada lo hacía por la calle Mal Paso en dirección Norte-Sur. Tampoco se discutió que quien gozaba de la prioridad de paso era la demandada. A pesar de ello, el juez de primera instancia atribuyó en un 60% la responsabilidad del siniestro a la accionada, Inés María Núñez, basándose en el carácter de embistente de ella y en la excesiva velocidad con la que circulaba, circunstancias que la demandada niega y alega que no se encuentran probadas. Bajo esas premisas, el fallo consideró el tribunal que la prioridad de paso es una regla a los fines de ordenar el tránsito, y además constituye una obligación legal ceder el paso al vehículo de la derecha, aunque siempre debe valorarse las circunstancias particulares del caso, pues la regla tampoco permite al vehículo de la derecha que “arrase” con todo obstáculo que se le presente. Así, se remarcó que lo determinante es que “quien circula por la izquierda debe verificar que no acerque ningún rodado por la derecha antes de trasponer la bocacalle”. Luego, al analizar la velocidad con la cual circulaban ambos vehículos, la Cámara sostuvo que no se encontró probada, a pesar de las suposiciones que realiza el perito oficial, ya que en la misma se afirmó que “no se puede contestar con fundamentos, dado que no tenemos huellas de frenado de este vehículo como para evaluar en tabla de frenado” Ampliación Asimismo, la Alzada consideró que posteriormente en la ampliación de la pericia se indicó que “la velocidad desarrollada por los mismos no se puede dar con fundamentos técnicos, dado que no tenemos elementos suficientes de prueba tales como huellas de frenado”. Si bien seguidamente aduce que “elautomóvilRenaul-Clio desarrollaba al momento de embestir frontalmente y por las deformaciones del mismo impacto, mayor velocidad a lo permitida en una encrucijada no semaforizada”, tal afirmación sola no puede implicar que se tenga por probada una “excesiva velocidad”, se explicó De ello se derivó que, si bien la prueba pericial es emitida por el profesional con conocimientos específicos en la cuestión, “debe tenerse en cuenta que esta opinión experta se sostiene en su aptitud epistemológica y no en la autoridad que emana de la calificación técnica de quien la emite”. Por lo tanto, la Cámara concluyó que ante la ausencia de argumentos técnicos que respalden lo aseverado respecto a la velocidad, “no debe adjudicársele eficacia convictiva a la opinión del perito oficial en tal punto”. A la vez, el fallo consideró que no puede considerarse la testimonial en la que solo se alude a que el Clío “venía fuerte”, sin dar ninguna otra caracterización sobre la velocidad de los vehículos. De tal suerte, la Cámara sostuvo que al no tenerse por probado de manera acabada la velocidad de las partes, no puede determinarse la incidencia causal que pudo haber tenido en la producción del accidente, máxime ante la contundencia de una regla como la de la prioridad de paso, remarcando que “de haber respetado previamente la actora la prioridad de paso y hubiera detenido su marcha previo a intentar el cruce de la bocacalle, el accidente vial no habría ocurrido”. Carácter Conforme lo expuesto, el tribunal entendió que el carácter de embistente que reviste la demandada Núñez y la velocidad que esta desarrollaba momento antes de la colisión (la cual no ha sido precisada), “no resultó un hecho de suficiente peso a los fines de endilgarle -tan siquiera parcialmente- responsabilidad a la demandada, puesto que el siniestro no habría ocurrido si el actor Benedetto hubiera detenido su marcha y reiniciado la misma solo cuando estuviere seguro de hacerlo sin peligro, y luego de extremar precauciones, lo que evidentemente no aconteció”. En conclusión, en la decisión resolvió acoger el recurso de apelación interpuesto por los representantes de la demandada y la citada en garantía y, en consecuencia, revocar el fallo recurrido rechazando la demanda incoada por Miguel Benedetto en contra de Inés María Núñez. Descargá el fallo [/privado]

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