El juicio de destitución contra el fiscal de Huinca Renancó, Juan Manuel Roco Colazo, se acerca a su etapa final. Luego de que el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y Funcionarios del Poder Judicial (Jury) escuchara ayer la palabra de quien está acusado por mal desempeño en sus funciones, el próximo martes comenzarán los alegatos.
Por más de una hora y media Roco Colazo se dedicó a acusar al fiscal General de la Provincia, Darío Vezzaro, de ser quien por “venganza” promovió las denuncias en su contra, algo que ya había denunciado a través de los medios de prensa.
Puntualmente, el fiscal reiteró que el expediente “Flores, Miguel Ángel, y Fortuna, Aroldo Settimio, por supuestos autores de defraudación por administración fraudulenta” fue el que dio origen al Jury. Según señaló, el fiscal General lo denunció por la serie de correcciones que él le había formulado a esa causa que tuvo, precisamente, a Vezzaro como representante de la parte querellante.
Roco Colazo dijo que una vez a cargo del Ministerio Público, el jefe de fiscales lo presionó para que “pisara” la causa Fortuna y que como él no lo hizo, le envió una auditoría a Huinca Renancó y después lo denunció.
En otro tramo de su declaración, el fiscal analizó cada uno de los expedientes que forman parte de la acusación, entre ellos el de su hijo. Para justificar su actuación en aquel hecho -en el que su esposa era la denunciante y su hijo el damnificado- adujo que sólo tomó “medidas urgentes” como fue, por ejemplo, la prueba de alcoholemia que ordenó realizar a los agresores. No obstante, negó terminantemente que haya pedido declaraciones testimoniales y recordó que rápidamente envió un fax a la Fiscalía General para informar su necesidad de apartarse de la causa.
Productividad
“Mi productividad es excelente”, señaló el acusado, quien se remitió a las estadísticas publicadas en la página web del Poder Judicial. A modo de ejemplo, advirtió que en 2004 su fiscalía resolvió 157 causas, cifra que superó, por ejemplo, las de los tribunales de Bell Ville, Corral Bustos, Carlos Paz y Alta Gracia, entre otros. Lo mismo ocurrió en 2005 con 117 causas resueltas y en 2006 con 105, según reseñó.
Entre los argumentos defensivos, Roco Colazo también habló de las “responsabilidades compartidas”. Sobre este punto recordó que si en la instrucción se producen errores, existen las instancias de control y apelación. Por lo tanto, afirmó: “Si yo estoy sentado en el banquillo de los acusados, el resto también debería estarlo”.
Tras aclarar al Tribunal que con su declaración no estaba pidiendo “clemencia”, dijo que se “sentía indefenso”, toda vez que, a su criterio, el Jury no le permitió aportar pruebas de relevancia para demostrar su inocencia.
Al finalizar la audiencia, su abogado defensor, Alejandro Zeverín, pidió que se cite a declarar a un comisario que estuvo en la madrugada en que Roco Colazo y su esposa concurrieron por la agresión a su hijo. Si bien el objetivo era dilucidar si Roco Colazo ordenó tomar declaraciones testimoniales, el pedido fue rechazado por el Jury que lo consideró innecesario.